Esta temporada de The Walking Dead se está caracterizando por la falta de sustancia. La necesidad de los espectadores por ver más acción terminó por ralentizar el ritmo del relato para que los primeros enfrentamientos se prolongasen durante varias semanas, y ahora pecan de falta de contenido en episodios en los que la trama no avanza y los personajes optan por acciones ridículas. Esta tanda tiene como seña de identidad el generar conflictos que se resuelven de forma chapucera y sobre los que se pasa de puntillas.
Rick decidió la semana pasada vivir una secuela de su enfrentamiento con Jadis y los carroñeros. Con la seguridad que le daba que el resto estuviese al tanto de su destino —ya me diréis qué seguridad le puede dar eso cuando podrían haberle matado en el acto—, Rick juega su papel de preso político a la perfección. Jadis, por su parte, sigue mostrándose como un personaje muy difícil de leer y que una temporada más tarde se limita a seguir siendo ambigua y a hacer bromas sexuales a expensas del líder alexandrino. Nada más.
El round 2 del Tekken apocalíptico termina de forma rápida (con un perfect) y un tanto improvisada. Ni el monstruo era tan monstruo, ni el trato ha sido tan bueno. Al parecer Jadis acepta unirse a la cruzada contra Negan, pero como ya hemos visto por el cliffhanger final, no parece que vaya a durar mucho por la falta de veracidad en la historia de Rick. ¿Dónde están los walkers? La traición de Jadis se ve venir tanto que ya ni se puede catalogar ni como traición ni como por la espalda.
Los caminantes, que tan importantes han sido en el asedio al Santuario, se han visto menguados en número por culpa de Tara, Daryl y Morgan. La semana pasada parecía que los cuatro fantásticos (Rosita, Michonne, Daryl y Tara) iban a acudir en misión kamikaze a la guarida de Negan para acabar la guerra de una vez por todas, pasándose por el forro la necesidades de Rick y de la estructura narrativa de la serie de alargar la trama hasta la midseason finale.
Al final, a Rosita le ha pesado su protagonismo en la séptima temporada y ve más correcto seguir el plan de Rick (I trust in Rick Grimes) que irse por su cuenta. Ella aprendió por las malas que no seguir las reglas puede terminar mal. Sasha, Rosita te echa de menos. Por su parte, Michonne cree contraproducente el arriesgar su vida sin asegurarse el resultado final. Probando ambas que su aventura tras los muros de Alexandria ha sido un paseíto para estirar las piernas.
Tara, Daryl y Morgan (probablemente próxima baja) se encargan de empotrar un camión contra el Santuario para que los caminantes entren y se coman a todos los saviors malos. Como si supiesen distinguir, los pobres. No sabemos cuántas víctimas ha habido, ni si han terminado con ellos porque estaban en proceso la última vez que les vimos. Pero probablemente Daryl y Tara hayan ayudado a Negan más que cualquiera de su hombres.
Dentro del Santuario la vida es mucho más entretenida. El padre Gabriel está en las últimas. Sinceramente, espero que se recupere porque, si no, la agonía del sacerdote aportaría más bien poco a su camino como personaje. ¿Qué le aporta estar convaleciente durante dos episodios si va a terminar muriendo? Ya ocurrió con Sasha en su momento, sabíamos que estaba muerta y aún así nos hicieron esperar tres episodios para verlo. Si os lo vais a cargar, adelante, pero no queremos medias tintas.
Eugene, por su lado, ha demostrado que si le quedaba un mínimo de sangre alexandrina se le ha agotado con sus últimos movimientos. El que parece haberse convertido en el número 2 de Negan vive por y para el dueño de Lucille. Casi le besa la mano al más puro estilo Peter Pettigrew de Harry Potter y sigue cosechando el odio de los seguidores de la serie a un ritmo tan acelerado que hasta duele leer ciertos comentarios en las redes sociales. Josh McDermitt, lo estás haciendo bien. Eugene, no tanto.
En cambio, Dwight gana enteros como personaje al mantener su fidelidad al plan por encima del temor a que Eugene se fuese de la lengua o a que Negan descubriese sus dobles intenciones. Dwight está sacando las agallas que le faltaron en su momento: la valentía que le faltó cuando abandonó a Daryl después de robarle o cuando mató accidentalmente a Denise. De verdad que estoy deseando que este personaje se desarrolle fuera de las paredes del Santuario, porque su adaptación a la vida en comunidad puede ser muy interesante. Esperemos que nos nos priven de ella.
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