Cada año nos lo ponen más complicado. Más volumen de estrenos, más agentes produciendo originales para llamar nuestra atención y, sin duda, más calidad para saturar nuestras ya maltrechas agendas semanales. Dejando atrás demasiadas series que deberían recibir mención especial este año, aquí van los 10 estrenos indispensables de 2017.
10. 13 Reasons Why
Revelada quedó la capacidad de 13 Reasons Why para copar la conversación social antes de que aterrizase Operación Triunfo. Queda lejano ya ese mes de abril en el que Belén Esteban escuchaba atenta tu cinta, porque habías hecho cosas malas, y con la que más de uno se quería suicidar. ¿Lo mejor de Netflix este año? Ni en los más húmedos sueños de Selena Gomez con Justin Bieber mediante. ¿Generador de temas destacado y de escenas de revolverte las entrañas paralizado e incapaz de apartar la mirada? Sin duda alguna.
9. Legion
"Rara" era poco adjetivo para describir a Legion. Y por eso la incluimos en la lista. La serie de Noah Hawley (Fargo) llegó a un panorama televisivo sobresaturado de superhéroes con una propuesta de sello único y afán rompedor. No hacía falta esperar 25 años al retorno de Twin Peaks para ver una quema de moldes psicodélica. David y su esquizofrenia telequinética nos garantizaban un drama de manicomio con una estética memorable y, por encima de todas las cosas, una sombra muy alargada para dejar en mal lugar a la factoría DC de la CW entera de aquí a su enésimo crossover.
8. Dear White People
Como hemos hecho en nuestros tiempos jóvenes con la Literatura Universal, en unos pocos años se estudiará el impacto cultural del contexto social en la nueva edad de oro de la televisión. Rodeados de todos los disgustos que ese “presidente” ha dado a Estados Unidos, aparece una perla entre la desgracia. Dear White People representa a la perfección ese género de comedia racial, de voz propia, cargada de protesta y de levantamiento. De esas series de obligado visionado, especialmente para ti, que te la dedican con amor. Lección de ética crucial, de responsabilidad y de apertura de ojos.
7. I Love Dick
Seguimos con La Autoría. Mayúsculas necesarias. Jill Soloway (Transparent) con carta blanca para dibujar en profundidad pasmosa los niveles de obsesión romántica y sexual de la mujer contemporánea. La que se representa sin tapujos y sin complejos. La auténtica que ya vemos cada año en las Pfefferman, pero con su monólogo interior a pleno pulmón vía epistolar. I Love Dick hacía de él un icono. No obstante, entra a esta lista por hacer de la identidad femenina el todo sobre el que necesita construirse el drama. O el drama disfrazado de comedia. Según le venga mejor al guion.
6. The Good Fight
Tras siete temporadas de robaescenas profesional, Christine Baranski volvía este año a retomar el infinito legado de Diane Lockhart en muy buena compañía. Una The Good Wife en versión premium, sin las restricciones clásicas de la network al mudarse al VOD. Más incisiva, más valiente, pero con la misma brillantez y la finura en el hilar que caracterizaba a su antecesora. Tres mujeres de muy diferente índole y condición encabezan esta continuación de la saga que complica con creces la perpetuación del tópico sobre la calidad de las segundas partes.
5. Feud
Un año maravilloso para las mujeres en pantalla, y no podía faltar el granito de arena de la ecléctica marca Ryan Murphy Productions. Feud arrasaba con el machismo, el ageism y hasta con los Oscars con la rivalidad de Bette Davis y Joan Crawford. Mérito extra por acercar a nuestra generación la cultura y las desdichas del sistema de los estudios hollywoodienses al que hoy, por suerte, empezamos a devolver a los Weinsteins y compañía. Su trágica frenemistad contada por semejante genio era otro éxito asegurado, pero daban la campanada con todo el sentimiento detrás del morbo de tabloide y exclusiva. Y ellas. Ellas, Lange y Sarandon, dos soberbias divas inigualables.
4. American Gods
Más nombres: Bryan Fuller. O mejor aún: Bryan Fuller desatado y hasta las cejas de anabolizantes artísticos. La épica batalla —o gestación de la misma— entre los dioses nuevos y los antiguos fue un regalo de espectacular estética para los amantes de la mitología. No hay puesta en escena comparable a la del showrunner de Hannibal. American Gods sorprendía además con su amplio reparto, de donde destacamos a la inigualable Laura Moon cargándose el “una gran mujer detrás de un gran hombre” para sacarle veinte zancadas y robarle treinta escenas.
3. Mindhunter
Nos arriesgamos con el titular: "el gran thriller del año". No quedaba mucho año cuando se estrenó, pero no nos equivocamos tampoco. Netflix apostó por una serie más cercana al manual cinematográfico (un saludo, películas de diez horas) y el resultado de jugar con lo mejor de ambas escuelas no pudo ser más satisfactorio. Esa ristra de psicópatas con alma de Se7en minando al tierno Jonathan Groff y deconstruyéndole psicológicamente mientras él intentaba construir sus propios patrones es el mayor must de la plataforma este año.
2. Big Little Lies
El fenómeno inesperado. Big Little Lies excedió toda expectativa que podríamos tener sobre un drama doméstico de whodunnit con víctima misteriosa en área residencial de bien. Estas Desperate Housewives Deluxe reventaron la hoja de ruta de tal manera que el concepto limited series ha quedado para poco más que para que Nicole Kidman se seque las lágrimas cuando recoge sus premios. Segunda temporada para la "miniserie" de las damas de Monterey tras recordarnos lo que es el abuso, la emoción y la importancia de la sororidad. Y de hacer series bonitas hasta decir basta.
1. The Handmaid’s Tale
La auténtica joya de 2017. Indiscutible mejor estreno del año en la totalidad de los sentidos. Hulu se catapultaba al reconocimiento crítico con esta adaptación futurista distópica de la novela de Margaret Atwood. Elisabeth Moss se reconfirmaba como estrella de la pantalla dejando atrás automáticamente a Peggy Olson y arrastrándonos a esta repugnante sociedad arcaica de esclavas del útero con todos los paralelismos que termina entablando fuera de la ficción. No se te puede considerar persona si no has visto, sufrido y temblado con el cuento de terror de la criada.
Esto es así. Nolite te bastardes carborundorum, bitches.
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