Vamos a seros sinceros. Pensábamos incluir en este top 10 los desplazamientos geográficos de Juego de Tronos como mejor comedia del año pero, viendo el nivel del género, hemos tenido que ponernos serios. Para intentar dar con una lista representativa de tanta calidad y variedad, hemos llevado a cabo una ardua tarea de criba y negligencia respecto a títulos que, esperemos, seáis capaces de perdonarnos. Lo sentimos por la Dreyfus, por la Dunham, por Ansari, por la Adlon y por los chicos de Silicon Valley, bastante aplauso tienen ya por otros lados. Vamos a jugárnosla un poco con la selección, pero con la certeza de que si hay que echarse unas risas, aquí no van a faltar.
10. Chewing Gum
Inglaterra, qué hermosa eres. La ficción británica se hizo el año pasado con un nuevo nombre al que tener en mente, y este lo ha reconfirmado: Michaela Coel. Siguiendo nuestro cliché de crítica favorito, ella es otra voz de su generación, pero la más sinvergüenza y la menos acomplejada. Michaela nos deleitó con Tracey, su alter ego frente a la pantalla, una ingenua chica familia ultrarreligiosa que tiene su propio despertar sexual inspirada por Beyoncé y la depresión económica y social del barrio bajo londinense donde reside. Chewing Gum fue de las comedias que más adoramos: breve y con el sabor bien concentrado.
9. Brockmire
Serie revelación que no cupo en su lista de rigor, pero a la que aquí vamos a hacer justicia. Cuatro gatos conocen IFC, una cadena americana de corte indie, pero vamos a intentar que al menos sean cinco los que conocen a Brockmire. Hank Azaria (voz original de Homer Simpson) se afianza en primer plano físico interpretando a un comentarista deportivo caído en desgracia que vuelve a los campos de béisbol a narrar con su legendaria verborrea para un equipo de tres al cuarto que se está intentando reflotar. Contra todo pronóstico, esta comedia de peculiar temática sorprendió con unos diálogos afilados a punta de navaja y unas estructuras relacionales sin rodeos. Traducción: un cincuentón acabado y vicioso que sí aceptamos a estas alturas de la película.
8. White Famous
Os lo presentábamos hace unas semanas, pero insistimos en la venta. Del creador de Californication llega esta comedia sobre el estándar hollywoodiense del éxito, la trascendencia de la raza para ser, como bien indican, famoso nivel blanco. Arden los caucásicos frente al azote de Floyd Mooney, un monologuista que irrumpe en la industria cinematográfica con su buenrollismo y su salero, pero que no se corta lo más mínimo a la hora de denunciar abiertamente las desigualdades étnicas tanto dentro como fuera de los sets de rodaje. Tu serie subversiva sobre la diversidad en tiempos del "ofendidismo" y la imposibilidad de quedar siempre bien.
7. You’re the Worst
No existe una química en comedia teóricamente romántica como la que tienen Gretchen y Jimmy. Destacamos su cuarta temporada, la última, como un auténtico ejercicio de realidad y hostias como puños sobre la cuestión sentimental. Nunca una ruptura fue tan sufrida como la suya, y pocas han sido tan bien escritas. La tragedia, el rencor, la venganza, la confianza destrozada, el vuelvo y el no vuelvo pero por el camino me entretengo... A todo le han sacado punta desde la comedia. Y con esa misma punta hemos acabado apuñalados en el corazón. Porque tú también eres una treintañera alcohólica con trastorno bipolar, y lo sabes.
6. American Vandal
El mockumentary es un arte, y eso es conocimiento popular. Y Netflix, este año, le ha dado una vuelta de tuerca cruzándolo con una de sus especialidades de la casa: el true crime. American Vandal es el mockumentary sobre la elaboración del documental que parodia los factuals sobre asesinatos morbosos, tomado todo tan en serio como complicado es de dilucidar su metajuego de géneros. Un instituto devastado por una catástrofe como ninguna: las pintadas de 27 penes con sus correspondientes 54 testículos en los coches del claustro. Exactamente ese número de falos hicieron falta para llegar verdaderamente hasta el fondo. De la investigación.
5. The Mindy Project
Se nos va una grande, pero sabemos que volverá pronto. Mindy Kaling comenzó su periplo en la comedia en 2012 con su versión romántica guionizada, pero le costó su tiempo encontrar el tono adecuado al nivel de desastre existencial de Mindy Lahiri. Tardó en eclosionar, pero ha terminado siendo todo un placer conocerla. Despedirse de ese caos de mujer que sostiene el 45% de los ingresos anuales de McDonald's ha sido el auténtico drama de la temporada. Gracias por enseñarnos a amar sin complejos. Especialmente a las grasas saturadas, al gif decadente como forma de vida, a nosotros mismos y a algún maromo, si eso. En ese orden específico.
4. Big Mouth
Siempre hay un hueco para la animación en esta lista. Lo que no esperábamos cuando vimos Big Mouth es que iba a ser tan arriba. ¿Hay algo más complicado de superar que una comedia que incluye vaginas parlantes que te introducen a la masturbación? Aceptamos propuestas, en serio. Big Mouth satirizaba los problemas clásicos de la pubertad, pero en condiciones, sin actores de 30 años cuyo momento más transgresor sea aceptar la bisexualidad durante medio episodio y no acordarse nunca más. Por representar fielmente los bienes, bondades y demonios de la revolución hormonal de los 13 años, aquí tenemos la gran comedia de animación del 2017.
3. The Good Place
Probablemente el giro del final de la primera temporada ya lo tengáis más que destripado, pero para el inocente que aún no sepa qué es The Good Place, ya está tardando en ponerse a verla. Esta metafísica comedia sobre el cielo y el infierno en versión religiosamente neutra se ha ido viniendo arriba con el paso de los episodios, y la segunda temporada ya ha confirmado que Michael Schur, cocreador también de Parks & Recreation y Brooklyn Nine-Nine, es garantía de éxito en tierras de comedia inteligente para cadenas generalistas sin decir "fuck". En caso de dudas, siempre podéis preguntar a Janet.
2. Difficult People
Una cancelación bien cerrada que sabe más a tragedia griega que a agridulce adiós. Billy y Julie son los dos hijos de puta más grandes que te vas a encontrar en esta lista. Y por ello les amamos. Dos cómicos frustrados que gestionan su fracaso con dosis sin filtro de crueldad gratuita contra todo y contra todos, un sinfín de referencias culturales para demostrar la de conocimiento malgastado que almacenan y una velocidad para el insulto que ya quisieras tú en tus cenas familiares. Billy y Julie se despiden tras tres temporadas de comedia ácida de alto nivel y regalarnos un universo de ponzoña verbal donde se repartió tanta bilis que la tasa de trasplantes de hígado bajó un 83% desde el inicio de emisiones.
1. Will & Grace
¿Alguien en 1998 esperaba que Will & Grace iba a ser la resurrección televisiva más necesaria hasta el momento? Toda la moda remember, la nostalgia y sus derivados cobran sentido por volver a tener a Karen y Jack en tiempos de la ultraderecha y el Grindr. Y bueno, sí, los otros dos también. Hicieron falta once años de barbecho para juntar a estas cuatro piezas en un revival que te hace pensar cómo de inmortal es la sitcom clásica. El único lavado de cara que han necesitado es pasarse a HD. Por todo lo demás, sigue intacta.
Fingiendo que en 2005 no se despidió nadie, el regreso de los alegres mariquitas y sus respectivas mariliendres ha ido directo a por la carcajada básica terror de la más pretenciosa crítica y el arrancar de lágrima imprevisto según le ha venido en gana. Con control absoluto sobre la funcionalidad de sus personajes, Will & Grace ha vuelto tan auténtica que hasta hace que ser así de graciosa parezca fácil. Un back to basics que perpetúa el "menos es más", que lo que nos hizo mearnos encima en los 90 sigue vigente en 2017 y, por encima de todo, que Make America Gay Again.
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