Riverdale dejó claro desde el primer episodio de la serie que quería ser todo. Ha sido una serie de drama adolescente, comedia, thriller, una serie sobre drogas, justicieros, pandillas y, sobre todo, una serie de momentazos. Esta semana, Riverdale ha decidido ser una serie con una trama entrelazada, es decir, tres tramas diferentes que a lo largo de los 45 minutos se entremezclan. Y, bueno, no les ha salido del todo bien, pero se agradece que nos den algo nuevo.
El episodio comienza con una breve introducción donde podemos ver como los protagonistas de la serie leen uno de los últimos mensajes de Black Hood: "Tenéis 24 horas para demostrarme que no sois pecadores y no merecéis morir". Todos sabemos que va a ocurrir…
La primera trama está protagonizada por Jughead y Archie. Penny Peabody, la joven abogada de Los Serpientes, le explica a Jughead que su padre ha recibido una paliza en prisión y que deben sacarlo cuanto antes de allí. Penny tiene un nuevo negocio entre manos y necesita que el joven le devuelva el favor haciendo de repartidor. No, no va repartir los periódicos, sino que debe entregar una caja de lo más sospechosa en la localidad vecina de Greendale. Junto con su inseparable amigo Archie, pone rumbo hacía su nuevo destino, aunque no todo iba a ser perfecto; la rueda de la camioneta del pelirrojo estalla, lo que obligará a Jughead a hacer autostop y seguir su camino solo. Y aquí lo surrealista del momento: un viejo cazador le recoge, le cuenta una historia de que ya hubo en el pasado un asesino igual que Black Hood y comienza a divagar como si de un personaje de Hitchcock se tratara. Tras arreglar la rueda, Archie alcanza a Jughead y ambos harán la entrega en un almacén. Por último, Jughead decide visitar a su padre a la cárcel, donde descubre que no le ha pasado nada y que todo ha sido una estratagema de Penny.
La segunda trama está protagonizada por Josie. Sí, por Josie. Una trama que no le interesa a ella y mucho menos a nosotros. Si algo bueno nos ha dado esta trama son más minutos de Cheryl en pantalla. Josie recibe pequeños regalos de parte de un admirador anónimo. Ella no les hace mucho caso porque tiene cosas más importantes que hacer, como traicionar a las Pussycats o darse duchas de eucalipto en los baños del instituto. Tras un pequeño susto al encontrarse a Chuck Clayton, aquel chico que Betty casi mata en un jacuzzi, Josie le pide que le acerque a casa, él acepta encantado, aunque antes deciden parar en Pop’s a tomar batidos y bailar el twist. La diversión termina cuando la madre de Josie irrumpe con el sheriff en busca de su hija. Al día siguiente, se encuentra un dibujo de ella en el instituto con una nota: "Si no eres mía, no lo serás de nadie". Josie está convencida de que ha sido Chuck y éste es llevado ante el director, pero aquí viene el fantástico giro de guion: Resulta que su acosador, o más bien acosadora, es Cheryl. Sí, yo también puse la cara que habéis puesto. El surrealismo y la mamarrachada se vuelve a apoderar de Riverdale.
La tercera y última trama se centra en Betty y Veronica. La primera cree haber adivinado la identidad de Black Hood. Y es que Betty piensa que el sheriff Keller puede ser el asesino debido a que podría haber matado al señor Phillips mientras estaba encarcelado sin problemas. Veronica tan solo piensa que Keller tiene una aventura con otra mujer. Las dos se plantean averiguar qué es lo que ocurre con el sheriff. Por ello y por el bien de la verdad, Veronica se autoinvita a dormir a casa de Kevin. Veronica decide merodear por casa de Kevin hasta que baja al sótano donde se encuentra a un sudoroso y musculado sheriff Keller. ¿Qué lleva el agua de Riverdale? ¿Esteroides? Tras un exhaustivo interrogatorio de Veronica, Kevin les interrumpe y todos vuelven a lo suyo. Por último, Veronica y Betty deciden seguir a Keller en una de sus escapadas nocturnas, y lo que descubren les pilla por sorpresa; El sheriff Keller mantiene una aventura con la alcaldesa McCoy, lo que hará temblar los cimientos de Riverdale… o por lo menos eso espero.
El episodio concluye con todos nuestros protagonistas en Pop’s donde reciben un mensaje de Black Hood: nadie se ha salvado de su prueba y están todos condenados a morir.
Riverdale está calentando motores para dejarnos un final de midseason por todo lo alto. Se agradece que la serie intente innovar cambiando el estilo de la trama pero se ha quedado bastante floja la idea, ya que nuestros personajes únicamente se cruzan dos veces en todo el episodio. Aparte de esto, Riverdale sigue aumentando el ritmo semana tras semana y nos da todo lo que queremos: drama y collares de perlas.
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