En estos 365 días han sido esenciales tres factores que han hecho de este año uno de los mejores que nuestra industria televisiva puede recordar: el asentamiento de un estándar de calidad en las ficciones que no habíamos visto hasta la fecha y que se ha caracterizado por la reducción de los minutos por episodio, el aumento de la factura técnica y un atrevimiento a contar historias menos generalistas y más de nicho; el despegue definitivo de las plataformas digitales de VOD, que ya son una más en nuestra rutina diaria; y el remonte de la cadena pública nacional, que ha echado a volar de manera inesperada.
10. Una alfombra roja para las Series de Movistar+
Movistar+ hizo todos los cuadernillos Rubio en verano, leyó la lista completa de libros recomendados y se puso las pilas para el comienzo de curso en septiembre. Llevaba meses preparando el desembarco de su ficción original y lo hizo a lo grande gracias a Buenafuente, su Late Motiv y la pequeña alfombra roja en los estudios de Madrid. Eso sí, las series con sello Movistar protagonizadas y/o creadas por mujeres brillan por su ausencia. No obstante, el campo de nabos no impide reconocer que la batería de estrenos que ha preparado la plataforma de pago va a ser la hoja de ruta para saber a qué lugar se encaminará nuestra producción televisiva patria. Ya han salido a la luz La Zona, Velvet Colección y Vergüenza Ajena, de registros completamente distintos y que han encandilado a crítica y público por igual. La próxima será La Peste, una superproducción que nos ha dejado boquiabiertos ante el despliegue técnico y nos recuerda, por quincuagésima vez y por si no nos había quedado claro, que en España también podemos hacer grandes series (y no películas de 18 horas).
9. Estoy vivo y el resurgir de TVE
TVE estaba pasando un 2017 un poco difícil por las acusaciones de manipulación informativa y partidismo al servicio del partido político en el Gobierno. Sus audiencias continuaban en picado y Cuéntame no podía estar en emisión todos los días del año para darles alegrías. Muchas de las ficciones que estrenaban, como Olmos y Robles, La Peluquería o el bochorno de iFamily, pasaban sin pena ni gloria por la parrilla televisiva. Hasta que llegó Estoy vivo, una producción de Globomedia, empresa que no había triunfado en La 1 desde Águila Roja. El reparto de excelencia protagonizado por Javier Gutiérrez, Anna Castillo y Alejo Sauras y unas tramas originales y a la altura han conseguido que crítica y público estén de acuerdo en alabar esta serie. La ficción creada por Daniel Écija ya ha renovado por una segunda temporada y sirve como trampolín para volver a confiar en los productos seriados que salen de la cadena pública.
8. Paquita Salas viaja a Estados Unidos
Los Javis no se imaginaban que iban a ser, posiblemente, la pareja más influyente y talentosa del 2017 en España. Nos han regalado La Llamada y la clases de interpretación en Operación Triunfo, pero es que además nos han alegrado el espíritu anunciando el cambio de Fluser por Neflis para la emisión de Paquita Salas, una de las joyas mundiales más valiosas del pasado año. La adquisición por parte de la plataforma digital de pago nos llegó en otoñó y nos ha apañado la vida. Y no solo porque tengamos disponibles todos los episodios, sino porque habrá una segunda temporada que esperamos como agua de mayo. Porque el humor costumbrista de la gran Paquita es muy valioso y esencial para nuestra supervivencia como referentes de la comedia. Incluso Josh Hutcherson ha confesado ser fan de la serie. Eso nos tiene que valer para algo.
7. La renovación de Vis a vis salvó el año
FOX España se ha convertido este año, y de repente, en un nuevo jugador a tener en cuenta en la parrilla televisiva de pago para la temporada que viene. Después del movimiento de Movistar+ con sus series originales y del asentamiento de Netflix en nuestro país, el grupo ahora propiedad de Disney se ha transformado en reina y salvadora de las presas de Cruz del Sur. Este verano nos quedamos patidifusos al saber que Vis a vis regresaría a nuestras vidas con una tercera temporada que los fans habían pedido a gritos en redes sociales. Maggie Civantos (Maca), Najwa Nimri (Zulema) y Alba Flores (Sarai) estarán de vuelta en la prisión que ya ha comenzado su rodaje. Definitivamente, 2017 ha sido el año de los regresos.
6. Las chicas del cable, la primera serie de Netflix España
Al Papa lo que es del Papa. En este caso, la Mama. Gustará más o gustará menos, pero hay que reconocer que Bambú sabe a qué target se dirige y tiene mucha experiencia en crear producciones potentes de corte histórico que se adaptan a cualquier situación. La llegada de Netflix a España no ha sido superficial. Las chicas del cable se ha convertido en la primera serie española de la plataforma digital estadounidense, un hito impensable hace poco tiempo si tenemos en cuenta el maltrato que la ficción sufría (y continúa sufriendo) en nuestro país. Hubo numerosas quejas en cuanto al tratamiento descafeinado de la realidad feminista y respecto a las declaraciones de varias actrices del reparto principal. Pero el éxito de estas telefonistas en 1928 es innegable y una gran prueba de ello es que el próximo 25 de diciembre se estrena la segunda temporada. Sabemos que, por lo menos, la serie ha ayudado a despertar algunas conciencias dormidas sobre la igualdad. Veremos si ese trabajo continúa en la nueva entrega.
5. Adiós a El Ministerio del tiempo
5. Adiós a El Ministerio del tiempo
Ya fue un acontecimiento en 2015 cuando comenzó esta maravillosa obra made in Spain creada por los hermanos Olivares. Dos años después vuelve a serlo quizás por los motivos equivocados. 2017 ha sido el año en el que El Ministerio del tiempo ha tenido que decir adiós. Y decimos "tienen" porque creemos que ha sido más una obligación que una necesidad. La serie de TVE estaba en plena forma, renovando sus tramas y adecuando la salida de sus protagonistas iniciales con un nuevo reparto carismático y brillante, como fue el caso de Hugo Silva y Macarena García, que encajaban a la perfección con el ambiente histórico y aventurero de la patrulla. La entrada de Netflix en la producción no ha servido de mucho, porque la audiencia ha continuado en caída libre y sin frenos. Nosotros, sin embargo, nos quedamos con ese mágico y meta episodio final que sirve como homenaje para los espectadores que tanto hemos luchado por su renovación y que hemos sido fieles al formato tan innovador, divertido y divulgativo. Ojalá nos equivoquemos. Ojalá más Ministerio para 2018.
4. Tokio, por la puerta grande en La casa de papel
Nos gustan las series con principio y final cerrados desde el primer momento, que no se alargan como el chicle, que saben qué historia quieren contar, que incluyen un mensaje social y una ética que no se reduce al esquema bien-mal, sino que da un paso más allá en el terreno de lo gris. La casa de papel ha sido una sorpresa del 2017 por su gigantesca producción y un reparto sin complejos que consigue darse a conocer o desprenderse de personajes míticos que habían interpretado en el pasado. Antena 3 y Vancouver Producciones dieron en la diana con tramas que salen fuera del redil del drama familiar para todos los públicos. Hay sexo, hay sangre, hay disparos, hay dinero y hay relaciones amorosas, pero las justas y sin enredos. Los ladrones van al grano. No obstante, donde destaca la serie de Álex Pina es en su trepidante acción. Es por ello que nos hemos quedado con este momento clave de Tokio (Úrsula Corberó) en la segunda parte de la serie (que Atresmedia denominó segunda temporada por la cara), que aceleró los acontecimientos en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre y que nos dejó con las bragas en el suelo.
3. Regresos que saben a Merlí
La tercera temporada de Merlí está siendo un despropósito aburrido que duele con especial importancia porque nosotros amábamos esta serie de TV3 por lo que había logrado transmitir y contar en un prime time autonómico. Todo parecía perdido para la serie creada por Héctor Lozano y Eduard Cortés; hasta que volvió Bruno Bergerón. El personaje de David Solans ha regresado por todo lo alto y nosotros lo agradecemos porque es lo único que le ha dado vida a esta recta final de la ficción catalana. Será porque barremos para casa constantemente, pero los momentos de seducción y erotismo protagonizados junto con Pol (Carlos Cuevas) nos han devuelto la ilusión y han subido un poco la temperatura y el ritmo, que falta le hacía. Vivan los cortejos sutiles por debajo de la mesa.
2. Sé quién eres termina por todo lo alto
El final de una serie siempre es una decisión compleja en la que se tiene que medir con delicadeza cuánta y de qué manera recibe información el espectador, para evitar a las hordas cabreadas durante toda la eternidad. Y posiblemente hubo gente muy descontenta con el epílogo de Sé quién eres, pero la serie de Pau Freixas no pudo tener un desenlace más coherente, creíble y valiente. Los últimos siete minutos fueron la gran guinda del pastel de un episodio magistral, con una dirección soberbia y que nos dejó enormemente satisfechos. Sin apenas diálogos, con muchas miradas y con frases contundentes que explicaban la lógica de esta familia tan peculiar. La ficción de Telecinco se alzó con el premio del Festival MiM Series al Mejor drama, pero deberían haberle dado otro por mantenernos con tensión hasta el último segundo. Y es que, a pesar del comieron perdices, no podíamos dejar de pensar en el contexto tan turbio y macabro de los Elías que nos mantuvo en 2017 al borde del sofá.
1. A quién le importa lo que en Operación Triunfo hagan
A media España le importa ahora mismo lo que ocurre en la Academia de OT. El reinado de Operación Triunfo en esta lista siendo un talent show y no una ficción es el ejemplo perfecto del "pero qué rollo surfero, si yo soy de Pamplona". En TV Spoiler Alert terminamos el año transgrediendo nuestras propias normas. Después de 16 años de su primera emisión, el regreso de uno de los programas más icónicos de la historia de nuestra televisión ha sido estelar. Incluso el plató se les queda pequeño semana tras semana para las grandes actuaciones que nos regalan los artistas. ¿Es Operación Triunfo una ficción? No, pero quizás sí una serie; una sin guión y con mucha naturalidad que habla sobre la música, la madurez y la juventud. El 24 horas en directo ha conseguido que 16 personajes desconocidos llenos de talento y sus vivencias tragicómicas hayan anidado en nuestras vidas con unos valores positivos, profundos, emotivos, inocentes y agradecidos en una cadena pública a la que ya habíamos dado por perdida. Nosotros nos quedamos con el A quién le importa de Alaska y Dinarama, uno de los mejores números grupales de la edición que ensalza todos los sentimientos y emociones que las nuevas generaciones reclamamos.
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