En los últimos años, la aparición de plataformas digitales como
Netflix o HBO ha cambiado por completo nuestra forma de consumir la televisión.
El contenido en streaming nos ha permitido poder decidir cómo y cuándo ver nuestras
series y programas favoritos, sin tener que preocuparnos por horarios ni
anuncios. El éxito de esta "televisión a la carta" ha servido para que
el número de medios que intentan imitar este modelo de negocio se multiplique. No obstante, no todas consiguen imitar este éxito y la gran mayoría simplemente
acaban pasando totalmente desapercibidas. Es el caso de YouTube Red, una buena idea
que ha sido muy mal ejecutada
La plataforma de vídeos más grande del planeta lanzaba a finales
del 2015 su nuevo modelo de suscripción, con el que pretendía volver a
revolucionar la forma de consumir vídeos, y de paso entrar al mercado de
producciones audiovisuales propias. Con una cuota mensual de 9,99 dólares, el nuevo
servicio permitía a sus usuarios poder reproducir vídeos sin necesidad de
conexión a internet y la posibilidad de acceder a contenido original y en
exclusiva (muy similar a Netflix). Sin embargo, han pasado dos años y la
aceptación por parte del público no parece haber sido la esperada por Google. ¿Qué
se puede esperar de un proyecto con el que ni la propia comunidad de YouTube parece
ponerse de acuerdo?
¿Pagar por algo que ya es gratis?
Muy pocos usuarios parecen estar dispuestos a pagar por
YouTube Red y no precisamente por su precio. La cuota mensual es similar a la
de otros servicios de streaming, pero la plataforma no ofrece los
suficientes incentivos para ello. La eliminación de la publicidad (piedra
angular de YouTube) tanto antes como durante los vídeos es algo que ya puede
hacerse mediante aplicaciones para el bloqueo de contenidos, por lo que pagar
por ello es absurdo. Algo muy similar pasa con la reproducción de vídeos en
segundo plano y descargar contenidos.
Incluir en la suscripción Google Play Music tampoco supuso un gran aliciente,
debido al pobre y escaso catálogo de este.
Por ello, desde un principio, su mayor reclamo giró en torno a
los creadores de contenido en internet, los youtubers. Así surgió YouTube Red Originals,
con el que Google, en colaboración, con sus principales estrellas, apostaba por
la producción propia de series y películas. PewDiePie, con sus
más de 40 millones de seguidores, fue de los primeros en lanzar una serie original,
Scare PewDiePie. Ficción que, aparte de enfrentarlo a situaciones de terror
inspiradas en videojuegos, cuenta con la supervisión de Robert Kirkman, creador
de The Walking Dead.
En estos dos años, el catálogo al que pueden acceder los suscriptores
ha ido creciendo exponencialmente con producciones como Sing It, comedia sobre
musicales protagonizada por The Fine Brothers o Fight of the Living Dead, reality
show que pondrá a varios youtubers en medio de un apocalipsis zombie simulado.
Entonces ¿por qué el servicio de streaming no consigue cosechar el éxito
esperado? La respuesta es simple, YouTube no es Netflix, aunque intente
imitarlo, por lo que el contenido que oferta no justifica el cobro de una suscripción.
Si a eso le añadimos que el público medio que consume estos vídeos es en su
mayoría menor de edad y por lo tanto no tiene los medios para pagarlo, se
entiende mejor este estancamiento.
Pero este no es su único problema. El modelo de suscripción
está diseñado de tal forma que sólo favorezca a aquellos youtubers con un gran
número de seguidores y he aquí su error. Nadie puede discutir que YouTube, como plataforma
de vídeos, no tiene rival en cuanto a volumen y cantidad, y esto se debe al gran
abanico de contenidos que puedes encontrar dentro de él. Por ello, dejar fuera
de este nuevo sistema a gran parte de su comunidad, es traicionar el modelo que
hizo grande a esta plataforma.
¿Llegará a España?
Aparte del territorio americano, YouTube Red se encuentra ya
disponible en Canadá, Australia, Nueva Zelanda y México. Sin embargo, el caso
de España es mucho más complicado. Pagar por el acceso a contenido en exclusiva
es un concepto que no termina de funcionar en nuestro país. El éxito que ha tenido el resto de plataformas digitales se debe en gran medida a los acuerdos
logrados con las compañías telefónicas para poder incluir estas en sus
paquetes de suscripción. Una posibilidad que YouTube no tiene, pues la gran
mayoría de suscriptores no estarían dispuestos a pagar por algo que a día de
hoy es gratis.
Contenido en nuestro país no le faltaría, pero la llegada de
YouTube Red necesitaría que la comunidad de YouTube España llegase a un
consenso mayoritario. Proeza que ni el todopoderoso Google ha conseguido en
todos estos años, pues la mitad de los canales que existen actualmente en
nuestro país viven de la polémica.
En definitiva, YouTube Red parece haber acabado repitiendo el destino que ya corrieran en su día modelos como YouTube Gaming o YouTube Kids. La plataforma de vídeos de Google no consigue entender que, a pesar de contar con un gran número de suscriptores, los patrones de consumo no cambian de la noche a la mañana. Quizá la solución pase por malgastar menos tiempo intentando imitar el éxito de otros y más en buscar la manera de adaptar su propio modelo a los nuevos tiempos.
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