Daytime Divas puede ser todo lo que necesitamos este verano para alejarnos de pensar en que no tenemos vacaciones: unos catfights, unos tirones de pelo y un intercambio de palabrerío un tanto grosero y adiós problemas. Y, por supuesto, nada mejor que tener de fondo la televisión, donde casi no hay rivalidades ni traiciones por tener un minuto más de cuota de pantalla. Así es la nueva serie de VH1. Desde luego su creadora sabe bastante del tema, ya que Star Jones fue co-presentadora de The View junto a Barbara Walters.
Maxine (Vanessa Williams, Ugly Betty) es la creadora y presentadora principal del programa Lunch Hour, un programa del estilo de The View (o Amigas y conocidas para los de aquí). También está co-presentado por Mo, Kibby, Nina y Heather, quienes en pantalla son muy amigas pero detrás de las cámaras les falta poco para tirarse de los pelos. Un pequeño desliz sanitario por parte de Maxine hará que las rivalidades y las polémicas se aviven aún más, sobre todo en el momento de escoger a su sustituta. Y, sí, Maxine vuelve. Vanessa Williams no está para hacer acto de presencia, sino que lo da todo en su papel de bitch máxima. Por momentos parece que tenemos de vuelta a su personaje en Desperate Housewives —sin el talento del resto de Desesperadas delante—, pero bien podría ser heredera de ella.
Por otro lado, también vemos las historias de las co-presentadoras y la que tienen montada cada una en su casa. La historia más profunda es sin duda la de Heather, la rubia, católica y republicana al estilo Elisabeth Hasselbeck que, aparte de estar en una relación abusiva con su marido, tiene un hijo que lucha con su identidad de género. Curiosamente ella le acepta basándose en que Dios le hizo así. La parte de rechazo viene provocada por su marido, que en ciertos momentos recuerda al personaje que maltrataba a Nicole Kidman en Big Little Lies.
Sí es cierto que podría ser mucho más mamarracha de lo que es, pero no está Ryan Murphy implicado, por lo que está un poco más contenida. Uno de sus grandes fallos es que no llegamos a saber por qué están enfrentadas todas menos Kibby con Maxine, no sabemos de dónde viene la animadversión de Mo hacia Maxine más allá de lo de robarle protagonismo, etc. Son cosas que suponemos nos irán contando según avancen los episodios, pero precisamente por esto no podemos hablar de piloto redondo que seduzca a la audiencia. De hecho el piloto es el más soso de los que he visto hasta el momento.
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