La televisión está mostrando las esquinas más curiosas del ser humano, detalles de nuestra naturaleza que hasta el momento nadie se había atrevido a mostrar. Esta apertura de mente del medio audiovisual repercute directamente en el espectador y lo que antes era polémico, tabú o raro empieza a verse como algo natural.
Nunca olvidaré el día que estaba viendo la versión estadounidense de Mistresses, una dramedia de ABC en la que una de las protagonistas, que se había enamorado de un hombre casado, se encuentra con la mujer de este, formándose un conflicto que, en vez de solucionarse con la clásica pelea basada en los fundamentos propios del matrimonio tradicional, concluye con la protagonista liándose con ella y con el marido, y empezando así lo que conocemos como una relación poliamorosa. El hecho de pensar que alguien como mi madre pudiese encontrarse con una escena así en la televisión en abierto me emocionó y me hizo pensar que algo estaba cambiando.
El poliamor es una modalidad de relación amorosa en la que más de dos personas mantienen un vínculo emocional y sexual caracterizado principalmente por la libertad, la comunicación y la superación de la norma cultural. Al contrario de lo que muchos puedan pensar, el poliamor existe desde que el hombre es hombre, literalmente: el homo sapiens fue concebido para tener relaciones no exclusivas y, a día de hoy, muchos de nuestros hermanos del reino animal, como los chimpancés, siguen llevando a cabo esta práctica.
La primera cadena que mostró con profundidad este tipo de relación fue HBO con la serie Big Love (2006), de Mark V. Olsen y Will Scheffer. La serie cuenta la historia de una familia mormona encabezada por un hombre casado con tres mujeres, cada una con sus hijos y su casa, pero unidos en un mismo espacio. En este caso se muestra una relación poliamorosa pero no como la entendemos ahora, sino desde una perspectiva más propia de la religión y el mundo de las sectas. Igualmente, la serie resulta interesante tan solo por ver cómo las diferentes esposas se las arreglan haciendo horarios para que todas tengan el mismo tiempo con el marido o cómo conviven entre ellas e intentan que, a pesar de ser una familia enorme, estén unidos.
Una serie muy distinta a esta es Family (2008), una webserie que se volvió muy popular en Estados Unidos que cuenta en clave cómica las aventuras de tres amigos, una chica y dos chicos, que viven juntos y se relacionan entre ellos pero también con personas ajenas a la relación. Está basada en la historia de Terisa Grenaan, la propia creadora, quien durante un tiempo compartió su vida con dos hombres.
Otra serie bastante curiosa es la mexicana Las Aparicio (2010), escrita por Leticia López y Verónica Beliver. Aunque la historia no se centra en un relación poliamorosa como las anteriores, sí que hay una trama que va sobre ello ya que una de las protagonistas, viendo que está enamorada de su mejor amiga pero sintiéndose incapaz de dejar a su novio, decide proponer la unión de ambos.
Pero si hay una serie que reivindica el poliamor como ninguna y que está conquistando el mundo ahora mismo es la canadiense You Me Her de John Scott Shepherd. Se trata de una comedia bastante ingeniosa que narra la historia de un joven matrimonio cuya vida cambia cuando conocen a una chica de la que ambos se enamoran, iniciando así una relación poliamorosa que no todo el mundo está dispuesto a aprobar. Aunque puede que peque de ingenuidad, creo que es la serie que mejor plasma el mundo del poliamor y, gracias a Netflix, la más popular hasta el momento.
Pero si hay una serie que reivindica el poliamor como ninguna y que está conquistando el mundo ahora mismo es la canadiense You Me Her de John Scott Shepherd. Se trata de una comedia bastante ingeniosa que narra la historia de un joven matrimonio cuya vida cambia cuando conocen a una chica de la que ambos se enamoran, iniciando así una relación poliamorosa que no todo el mundo está dispuesto a aprobar. Aunque puede que peque de ingenuidad, creo que es la serie que mejor plasma el mundo del poliamor y, gracias a Netflix, la más popular hasta el momento.
La revolución sentimental y sexual ha vuelto, y los espectadores estamos siendo testigo de ello gracias a series como estas. Aunque aún existe una gran mayoría de ficciones que representan relaciones amorosas clásicas, la popularidad que están alcanzando series como esta última es crucial para la evolución intelectual de la audiencia. Ahora las series en las que aparecen relaciones homosexuales o las relaciones abiertas como el poliamor centran su espéctaculo en algo que todavía y, desgraciadamente para muchos, aún no se percibe como natural para todos, pero tengo la esperanza de que dentro de unosaños habrá series en las que este tipo de relaciones sean solo un detalle sin importancia y podamos centrarnos en lo que realmente importa.
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