Faltan sólo tres días para el estreno de la nueva temporada de Twin Peaks, lo que sin duda va a ser el evento seriéfilo del año (o del siglo), por lo que el hype está por las nubes. Desde que se anunciara el proyecto con aquel tuit de David Lynch, se ha magnificado todo hasta límites insospechados, desde la composición del reparto, los actores que estarán y que no estarán, y hasta la crítica negociación entre el director y Showtime que acabó con final feliz tras, incluso, una campaña de apoyo por parte de los actores.
Todo se aplacó un poco tras el inicio del rodaje y el lógico secretismo de quien no quiere que todo se vaya al traste por hacer filtraciones o mostrar más imágenes de las debidas. De hecho, la campaña publicitaria de la cadena se ha basado en teasers sin imágenes nuevas, o con Lynch comiendo donuts. Hasta la semana pasada no tuvimos oportunidad de ver algo parecido a un tráiler, pero llamarlo así sería ser demasiado generoso. En esa pausa del año pasado, Mark Frost publicó una novela llamada La historia secreta de Twin Peaks, que iba a servir para enlazar las dos series sin desvelar ningún tipo de detalle, refrescar la memoria de algunos y dar un paseo por la Historia americana sintetizada en la pintoresca localidad del noroeste americano.
La novela nos introduce en la historia dándonos un papel protagonista, pues leemos la investigación de un agente del FBI que tiene como misión descubrir quién ha escrito el dossier que estamos leyendo y que fue encontrado en extrañas circunstancias. Gracias a la magnífica edición y a las notas del archivero (la persona a la que debemos "desenmascarar") se unen recortes de prensa, informes confidenciales, contratos y un largo etcétera que hacen que la lectura sea más amena. Personalmente, no había leído un libro así antes.
Los primeros episodios se remontan a la época de los primeros exploradores americanos que conocieron aquellas tierras, personajes reales como Meriwether Lewis o el Jefe Joseph. Frost los sitúa hábilmente en medio de lo que hoy en día es Twin Peaks y los relaciona con sucesos paranormales similares a los que vivirán los personajes en la serie. Así hasta llegar a principios del siglo XX, cuando empezamos a reconocer antepasados de los habitantes del pueblo, así como los hermanos Milford, aquellos dos ancianos que siempre estaban peleándose. Durante esta fase, el autor consigue no sólo que nos interesemos por lo que nos cuenta, sino que además le da un toque de misterio importante.
De ahí en adelante los guiños a los fans se suceden, sobre todo cuando llegamos a los personajes de Twin Peaks, de los que se nos van desvelando detalles de sus vidas que intuíamos pero que no sabíamos a ciencia cierta. Encontramos, un elaborado informe que nos cuenta toda la historia de Josie Packard, nos enteramos que los Truman son una estirpe de sheriffs, cómo se conocieron Ed y Nadine, y toda la historia del triángulo amoroso con Norma. Detalles que por lógica en la serie pasan de puntillas pero que aquí se le dan la profundidad merecida. Y ya no desvelo nada más.
No soy crítico literario, pero creo que la novela está escrita de forma muy decente y, sobre todo muy bien editada. Mark Frost trata con mucho cariño a sus personajes y eso se nota en el resultado final. Es lo suyo al fin y al cabo. Además de todo esto, deja bien claro el leitmotiv de todo el universo que creó junto a David Lynch, que no es otro que la eterna lucha entre el bien y el mal. En definitiva, un gran entretenimiento que recomiendo encarecidamente mientras esperamos al inicio de la tercera temporada.
COMENTARIOS