iZombie se emite en The CW y miedo, lo que se dice miedo, no da. Además, se salta sin ningún pudor las convenciones no escritas del género zombi. Y, sin embargo, a mucho nos parece la mejor serie sobre muertos vivientes en emisión, aunque solo sea porque, en cuanto a diversión, es infalible. Ahora que ha regresado con su tercera temporada (las dos primeras están disponibles en Netflix), es el momento perfecto para daros 5 razones para verla.
1. Un punto de partida original
En iZombie, la propia protagonista es una zombi, un punto de vista que se ha explotado poco (Warm Bodies es uno de los pocos ejemplos recientes que vienen a la memoria). El truco para que nos podamos poner de su lado es que es forense y solo come cerebros de gente que ya está muerta. De este modo, adquiere sus recuerdos y puede ayudar a encontrar a quienes les mataron. Pero los no muertos, como en cualquier serie del género, siguen siendo una amenaza que se multiplica rápidamente y que pone en peligro a la ciudad de Seattle (y al mundo entero) si sus protagonistas no encuentran pronto una cura.
2. El sentido del humor
El showrunner de iZombie es Rob Thomas, conocido por ser el creador de Party Down y, sobre todo, de Veronica Mars. Es con esta última con la que iZombie tiene más similitudes, porque sus diálogos están llenos de comentarios ácidos, juegos de palabras, referencias a la cultura pop y humor absurdo. Además, la trama es tan loca que a la serie le viene muy bien no tomarse demasiado en serio a sí misma: uno de los mejores momentos de cada episodio es descubrir qué receta se va a preparar Liv. ¿Pimientos rellenos de cerebro? ¿Noodles orientales con sesos? ¿Pizza de materia gris? Da hasta hambre.
3. Personalidad múltiple
Sí, iZombie es un procedimental y sus casos, como tal, no son especialmente interesantes. Pero la gracia aquí no está en averiguar quién cometió los crímenes, sino en qué rasgo de la personalidad de la víctima adquirirá Liv al comerse su cerebro. Una semana puede ser una mentirosa compulsiva, a la siguiente cantautora y a la otra escritora de novela erótica; un pequeño juego que, aparte de ser muy simpático, hace que cada episodio sea distinto del anterior.
4. Un universo que no deja de expandirse
Conforme pasan los capítulos, la trama horizontal de iZombie va ganando más peso, con diversos villanos (algunos muy turbios y otros más bien cómicos) movidos por intereses muy distintos. Y, aunque todo está conectado de un modo u otro, todos aportan a la hora de retratar esa Seattle plagada de zombis que, ocultos a simple vista y siendo muy conscientes de sus actos, pueden resultar a veces (pero solo a veces) más inquietantes que las hordas de The Walking Dead.
5. Un plantel de secundarios perfecto
No solo la protagonista de iZombie va sobrada de carisma, su cómplice y compañero en la morgue, Ravi, es tan divertido como ella. Juntos, forman un tandem infalible que se complementa muy bien con Clive, un personaje que va ganando con el paso de los episodios. Aunque Blaine, el malo al que David Anders se pasa en grande interpretando, roba todas y cada una de las escenas que aparece. Y si algun secundario va algo más justito de personalidad (Major), lo arreglan rápidamente dándole uno de los conflitctos más interesantes de la serie.
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