El título del episodio ya dejaba entrever que alguien iba a morir en este episodio, y como ya viene siendo una constante, han sido dos los personajes que han perdido la vida. La promo nos ha medio engañado haciéndonos creer que Carol iba a ser la reina del episodio y nos la ha mantenido en ese segundo plano que ha sido tan habitual para ella en esta temporada. Mientras unos mueren, otros despiertan. Y ha llegado el turno del Kingdom para revelarse.
The Kingdom es un lugar que avanza a su ritmo, a una velocidad sosegada y de una manera más o menos pacífica. Los habitantes del reino de Ezekiel son iguales que el lugar en el que viven, cuentan con una gran capacidad de diálogo y, aunque están físicamente preparados para la guerra y se entrenan para ella, prefieren hacer la paz. Todos, excepto Richard. Al que gracias a Dios (y a Morgan) hemos hecho la cruz para siempre.
El personaje de Richard es un ser atormentado por el pasado. En gran medida, él y Morgan están fabricados con el mismo patrón. Dos hombres de familia que pierden a sus esposas y a sus hijos sin poder hacer nada para remediarlo. Mientras Morgan avanzo hacia la locura para más adelante abrazar el aikido, Richard ha vivido en con un constante sentimiento de culpa que ha podido con él. Como no pudo hacer nada para evitar la vida de su hija, cree que dar la vida por el Reino funcionará a modo de convalidación. Pero como ya ha demostrado Rosita afrontando el problema en solitario, cada vez que haces algo sin contar con los demás te das de bruces contra un muro. Y ese muro se llama The Saviors.
Entendemos que la caída de Richard ha sido causada por un error y por mala fortuna. Ha cometido el error de creerse una vida imprescindible para el Reino. Por mucho que quisiera morir como un mártir, y convertirse en un emblema del levantamiento del Kingdom contra Negan, no es lo suficientemente clave para el día a día del reino. Pero es lógico que los hombres de Negan prefieran matar a alguien que no sea la oveja negra del grupo, alguien a quien los habitantes del reino puedan sentir. Es por eso por lo que ha sido Benjamin la víctima del salvador con melena que responde al nombre de Jared (que no contaba para nada con la aprobación del líder). Puede que Gavin se oliese el posible levantamiento con semejante golpe para el grupo.
La muerte del joven Benjamin es igual de necesaria como de dolorosa. Ya lo dejábamos caer en la crítica del 7x09 (Rock in the Road) y la predicción se ha cumplido. En tan solo cinco episodios, ha conseguido posicionarse como un hijo para Ezekiel y Morgan, y ha demostrado gran admiración y cariño por la capacidad de supervivencia de Carol. Benjamin se ha convertido en el emblema del Reino, su muerte ha funcionado de catalizador para que los hombres de Ezekiel y su tigre decidan unirse a la guerra. Pero primero, tienen que reconstruirse. Ezekiel se queda como la única protección de Henry, el hermano de Benji. Morgan ha visto resurgir la muerte de su propio hijo Duane en su mente y ha estado muy cerca de convertirse en el huraño ermitaño del episodio Clear. Aunque he de admitir que el suicidio junto a la tumba vacía me hubiese parecido tan válido como su reacción final al matar a Richard.
La que también ha despertado ha sido Carol. Un despertar que llevamos pidiendo toda la temporada. Es un alivio que Carol no se haya creído la mentira piadosa de Daryl, aunque más me sorprende que no le pareciese raro en un principio. Ahora ya sabe la verdad, el nuevo Morgan ha encontrado necesario contradecirse y confesar lo ocurrido entre Alexandría y The Saviors. Glenn, Abraham, Spencer y Olivia están muertos, y Carol está lista para pelear y para jugar a las casitas con Ezekiel y Henry.
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