En estos últimos años, las series basadas en hechos reales se han puesto de moda y han cosechado grandes datos de audiencia. Ya sea por sed de conocimiento histórico o por el morbo que suscita ver a personajes conocidos reflejados en la pequeña pantalla, estas series sirven de gancho para la audiencia. Sin embargo, algunas de estas series son en realidad series de ficción que, por muy inverosímiles que parezcan, contienen elementos de la vida real.
Un ejemplo es Scandal, creada por la maestra del drama, Shonda Rhimes. La serie centrada en una abogada experta en manejar todo tipo de crisis y escándalos que rodean el panorama político estadounidense es una especie de culebrón hollywoodense, cuyas tramas son de lo más extravagante que hay en la televisión actual. Desde conspiraciones, manipulaciones, secuestros y asesinatos hasta líos amorosos y trapicheos electorales. Cuando los trapos sucios (muy sucios) de la élite política salen a la luz, aparece en escena Olivia Pope, capaz de cometer delitos de todo tipo, algunos merecedores de pena de muerte. En definitiva, todo vale con tal de salvaguardar la imagen pública. El Washington ficticio confirma los peores prejuicios que el ciudadano de a pie tiene sobre los gobernantes del país, pero lo cierto es que esto no ha sido un impedimento para que las propias clases políticas, encabezadas por los Obama y Hillary Clinton, se hayan declarado fans incondicionales de la serie.
Un ejemplo es Scandal, creada por la maestra del drama, Shonda Rhimes. La serie centrada en una abogada experta en manejar todo tipo de crisis y escándalos que rodean el panorama político estadounidense es una especie de culebrón hollywoodense, cuyas tramas son de lo más extravagante que hay en la televisión actual. Desde conspiraciones, manipulaciones, secuestros y asesinatos hasta líos amorosos y trapicheos electorales. Cuando los trapos sucios (muy sucios) de la élite política salen a la luz, aparece en escena Olivia Pope, capaz de cometer delitos de todo tipo, algunos merecedores de pena de muerte. En definitiva, todo vale con tal de salvaguardar la imagen pública. El Washington ficticio confirma los peores prejuicios que el ciudadano de a pie tiene sobre los gobernantes del país, pero lo cierto es que esto no ha sido un impedimento para que las propias clases políticas, encabezadas por los Obama y Hillary Clinton, se hayan declarado fans incondicionales de la serie.
En Scandal, la política, más que un deporte de contacto, es un juego criminal. Los políticos son cínicos y corruptos, los periodistas, manipuladores, y los espías, propensos a vulnerar la ley. Ante este panorama ¿quién se podría imaginar que la serie está (parcialmente) basada en hechos reales?. Lo cierto es que varios personajes tienen sus homólogos en la vida real y algunos de los sucesos están basados concretamente en la administración de George H. W. Bush, presidente de Estados Unidos entre 1989 y 1993. Aquí os traemos algunas de las coincidencias más destacables de Scandal con la vida real:
Olivia Pope - Judy Smith
Olivia Pope - Judy Smith
El personaje de Olivia Pope marcó un antes y un después en la pequeña pantalla por convertirse en la primera protagonista negra de una serie dramática de televisión en casi cuarenta años en EE UU. Pero lo cierto es que este personaje tan peculiar no nació de la mente de Shonda de un día para otro, sino que se inspiró en una abogada de carne y hueso llamada Judy Smith, quién fuera subdirectora de comunicación de la Casa Blanca durante el gobierno de Bush padre y fundadora de su propia agencia llamada Smith & Company. Además, publicó un libro llamado Scandal en la editorial Alienta.
Shonda Rhimes la conoció cuando fue becaria en un bufete de abogados en Washington y quedó fascinada por la figura de esta experta en arreglar reputaciones, hasta tal punto que le prometió crear una serie basada en su vida. Judy Smith lleva 20 años ocupando un segundo plano en las fotos cada vez que se produce un escándalo mediático en Estados Unidos. Sin embargo, su figura se hizo muy visible por gestionar el caso Lewinsky, puesto que el affair que mantuvieron esta joven exbecaria de la Casa Blanca y el entonces presidente de los EEUU, Bill Clinton, supuso uno de los mayores escándalos en en país.
Shonda Rhimes la conoció cuando fue becaria en un bufete de abogados en Washington y quedó fascinada por la figura de esta experta en arreglar reputaciones, hasta tal punto que le prometió crear una serie basada en su vida. Judy Smith lleva 20 años ocupando un segundo plano en las fotos cada vez que se produce un escándalo mediático en Estados Unidos. Sin embargo, su figura se hizo muy visible por gestionar el caso Lewinsky, puesto que el affair que mantuvieron esta joven exbecaria de la Casa Blanca y el entonces presidente de los EEUU, Bill Clinton, supuso uno de los mayores escándalos en en país.
La apagafuegos ejerce también como productora ejecutiva de Scandal y aconseja a los guionistas a la hora de concebir las crisis a las que se enfrentan los “gladiadores con traje” o, como Smith se refiere a los suyos, “superhéroes de la Liga de la Justicia”. Mantiene una excelente relación con su homóloga en la ficción, Kerry Washington, que suele llamarla al menos una vez por capítulo para consultarle cómo afrontaría ella alguna situación, además de calcar de ella varios detalles clave, como la tendencia a vestir de blanco y de firmas de lujo. Eso sí, Smith insiste en aclarar que no va moviendo cadáveres por Washington, ni se ha acostado jamás con ningún Presidente de los EEUU.
Hollis Doyle - Donald Trump
El actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, también tuvo su homólogo en la ficción. Las similitudes entre estos dos personajes son innegables y van más allá de lo físico. Dos hombres de negocios, políticamente incorrectos, que se presentan como candidatos del partido republicano con un discurso antiinmigración y machista. Las semejanzas son tan evidentes que la propia Shonda confesó que tuvieron que cambiar algunos guiones porque reflejaban una situación o un discurso que se acababa de producir en la vida real, lo que podría acarrearles problemas. Sin embargo, en contraste con la realidad, Hollis Doyle no consiguió alzarse con la victoria, al ser superado por Mellie Grant quien, finalmente, se convirtió en la candidata del partido republicano. Esto nos hace pensar que, incluso para la esperpéntica Shonda, la posibilidad de que un hombre con el carácter de Trump se convirtiese en el líder del “mundo libre” era demasiado inverosímil. Como se suele decir, en esta ocasión la realidad superó a la ficción.
Mellie Grant - Hillary Clinton
El personaje de Mellie Grant está inspirado en varias primeras damas de USA. Sin embargo hay una esposa con la que coincide casi de pleno: Hillary Clinton. Son abogadas graduadas en la Universidad de Yale, ambas fueron primeras damas y senadoras (Clinton del Estado de Nueva York y Mellie del Estado de Virginia) y las dos se postularon a la presidencia con el objetivo de convertirse en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos. La única diferencia es que Clinton fue candidata demócrata, mientras que Mellie es republicana. Otro aspecto que tienen en común es la infidelidad de sus maridos. Al igual que en su día la infidelidad de Bill Clinton con Monica Lewinsky fue una de las noticias más comentadas en el mundo, la infidelidad de Fitz con Olivia Pope no solo pasó por el escrutinio de la mirada pública, sino que llegó a ser de los temas más comentados de la Casa Blanca ficticia. La diferencia está en que Bill y Hillary hicieron las paces y continúan juntos a día de hoy, mientras que la relación amorosa entre Fitz y Mellie en Scandal se rompió definitivamente.
Intentos de asesinato
En esta última temporada de Scandal nos quedamos boquiabiertos con el inesperado asesinato de Frankie Vargas unas horas después de su elección como presidente. Anteriormente, en la segunda temporada, Fitz ya había sobrevivido a un intento de asesinato en la celebración de su 50º aniversario. Los intentos o, directamente, los asesinatos no son únicamente frecuentes en Scandal, también fueron una constante en la historia política estadounidense. Abraham Lincoln, James A. Garfield, William McKinley y John F. Kennedy fueron asesinados mientras ocupaban el cargo de presidente de los EEUU. Sin embargo, y a diferencia con la serie, fallecieron cuando ya habían sido nombrados presidentes por el Colegio Electoral, por lo que fueron sustituidos sin ninguna polémica y como contemplaba la ley, por su vicepresidente. Por su parte, lo que ocurrió en la serie con Frankie Vargas fue un caso único y sin precedentes, tal y como le explicó el fiscal del Estado, David Rosen, a Fitzgerald Grant.
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En estos momentos, ABC está emitiendo la sexta temporada de Scandal, que contará con menos episodios que las anteriores debido al embarazo de Kerry Washington. En vez de los 22 capítulos habituales, las extravagantes y alocadas tramas se repartirán únicamente en 16 episodios. Sin embargo, Pope & Associates volverán el año que viene tras la ya anunciada renovación de la serie por una séptima temporada. A pesar de esto y teniendo en cuenta que el mandato de Fitz está siendo alargado hasta la saciedad, parece muy probable que esta séptima sea la última entrega de la serie. La propia Shonda ya ha dejado claro que Scandal no seguirá la estela de Anatomía de Grey y aseguró que el final de la serie se aproxima porque ya está escrito.
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