Una semana más, debo comenzar la review de Homeland sorprendido por el nivel al que se está manteniendo a pesar de que tantos años y tantos giros deberían haber hecho mella en ella. Sin embargo, la serie original de Showtime está demostrando que es capaz de obrar milagros con su trama estrella de la temporada, sencilla pero impactante.
Era de esperar que el mundo que retrata Homeland entrase en caos tras el atentado terrorista en el que Sekou se convierte en víctima y verdugo de toda la nación. Su muerte, a ojos de todos un ataque premeditado por parte del joven, es un motivo de guerra para los Estados Unidos. Un casus belli. Lo que no esperaba era que los actos se escalasen tan rápido ni que salpicasen a Carrie de una forma tan directa. A pesar de todo, en Casus Belli encontramos una razón de ser para todo lo que hemos visto esta temporada y, aunque sea algo rebuscado, cobra pleno sentido.
No tengo muy claro si la inocencia de Sekou será algo que a la serie le interese demostrar, teniendo en cuenta que parece que por fin Carrie se ha dado cuenta de que hay una conspiración detrás del ataque y que ella está en el centro de la misma, algo bastante más interesante. Descubrir quién la está vigilando, por qué, y quién está detrás de todo ello será sin duda la clave de la temporada.
Lo que no sabemos es qué sucederá con Quinn. El personaje está con un pie en dos mundos: uno el de la razón y otro el de la locura, y en su cabeza no es capaz de discernir cuál es cuál. Después de su impresionante trabajo en este episodio (el momento en el que se atrinchera en casa de Carrie es poco menos que glorioso) no sé qué destino le deparará al soldado, pero lo que está claro es que nadie en su sano juicio le dejaría salir de una reclusión forzosa y también muy necesaria.
Mientras Saul regresa de Irán con más preguntas que respuestas (aunque ha demostrado que hay una conspiración, quién sabe si la misma, detrás de sus investigaciones), la Presidenta electa Keane ha recibido el golpe más grave de su carrera, y eso que todavía no ha jurado como mandataria. Keane, postulante de una postura pacifista y abierta, ha recibido un gran batacazo al explotarle la bomba en sus propias narices. Alejada de los suyos y convertido en objeto de críticas por los medios de comunicación, tendrá que tomar las riendas de la situación, desgraciadamente, con un nuevo tono beligerante.
Tengo muchas de descubrir hasta dónde llega esta conspiración una vez que Carrie comience a tirar del hilo. La sospecha fácil recae en Dar Adal pero ya sabemos que Homeland nunca camina por el sendero más lógico.
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