"Si estáis interesados en historias con finales felices entonces mejor id algún otro sitio. En esta historia, no sólo no hay un final feliz, no hay un comienzo feliz, y muy pocas cosas felices en el medio. Mi nombre es Lemony Snicket. Es mi solemne deber traer a la luz la triste historia de los niños Baudelaire como pasó hace muchos años. Pero vosotros en el público no tenéis tal obligación, y recomendaría a todos los espectadores que se fueran inmediatamente y en su lugar vieran algo más agradable."
Con esta maravillosa advertencia para nuestra salud mental y estado de ánimo en forma de monólogo comienza A Series of Unfortunate Events, la nueva apuesta de Netflix por las novelas de Daniel Handler (Lemony Snicket), que vuelve a las pantallas tras la película de 2004 protagonizada por Jim Carrey. Con Neil Patrick Harris (How I Met Your Mother) como relevo en el personaje de Carrey (y en la producción) y con el mismo Handler como productor ejecutivo, la temporada de ocho capítulos narra lo equivalente a los primeros cuatro libros de la saga —a libro cada dos capítulos— y nos deja con ganas de otras dos temporadas para terminarlos.
Aunque el ambiente steampunk de la película se echa de menos en ocasiones, la escenografía entre oscura y lúgubre y de decorados de libro de cuentos infantiles es de lo que más llama la atención a simple vista, y que chirría al principio pero enamora cuando más avanzas —los efectos en ocasiones sí espantan, las cosas como son—. La historia, narrada en el tono antes citado por Lemony Snicket (Patrick Warburton, Rules of Engagement, Family Guy), trata sobre la vida de los hermanos Baudelaire: Violet (Malina Weissman, Supergirl), Klaus (Louis Hynes, Barbarians Rising) y Sunny (Presley Smith), que tras un incendio en el que pierden a sus padres, se ven obligados a vivir con el Conde Olaf (Harris), un excéntrico y despiadado actor que lo único que busca es hacerse con su fortuna a toda costa, incluso persiguiéndoles pésimamente disfrazado cuando los niños quedan a cargo de otros tutores. A diferencia de la película, en la serie, probablemente con vistas a un futuro en el que seguir desarrollando la historia según los libros, se capta mucho más al espectador con datos y misterios de una organización secreta, dando más contenido a una trama que sin esto podría resultar demasiado infantil y dejándonos con ganas de saber más.
El tono de comedia negra con humor absurdo y toques educativos —con magistrales definiciones de palabras ejemplificadas— es de los puntos más fuertes de la serie. El papel de Neil Patrick Harris, pese a estar perfectamente interpretado y recordarnos a lo que en su día hizo Jim Carrey —ya me he hecho con los libros para poder comparar con la fuente también—, en ocasiones da la impresión de que es una exageración de una de las artimañas de Barney, pero esto no es culpa suya, sino del personaje que le dio la fama en la última década; aunque conforme van corriendo minutos de metraje, esta asociación va desapareciendo, seña de que algo se está haciendo bien, y empiezas a ver a Olaf disfrazado en vez de a Stinson haciendo el panoli. Los capítulos pasan volando, con pegadizos openings personalizados por libro interpretados por Harris para culminar la temporada con un precioso tema musical que aún no puedo quitarme de la cabeza.
Completan el reparto Joan Cusack (Shameless), Alfre Woodard (Luke Cage), Sara Canning (The Vampire Diaries), K. Todd Freeman (The OA), Aasif Mandvi (The Brink), Catherine O'Hara (Six Feet Under), Will Arnett (Arrested Development) y Cobie Smulders (How I Met Your Mother). Y no, que Barnie y Robin estén en la misma serie no ayuda a desconectar.
Aunque aún no hay confirmación oficial de una segunda temporada por parte de Netflix, Daniel Handler ya ha dicho que se encontraba escribiendo nuevo material para la serie, y que pretende que la hipotética segunda temporada cubra los libros del quinto al noveno para dejar los tres últimos para la tercera, además de intentar filmar todo lo más rápido posible para que el crecimiento de los niños no se haga muy notable —aunque visto lo visto, la cabeza de Sunny pueden ponerla digitalmente toda la serie sin problema—. Desde aquí sólo nos queda desear que esto llegue a buen puerto; queremos saber más de los Baudelaires, de sus difuntos padres, de Lemony Snicket y su imposible historia con su también difunta amada Beatrice, de la organización secreta que parece estar por todas partes para bien o para mal. Ojalá pronto se anuncie que la historia continuará aunque nos adviertan que "there's no happy endings, not here and not now, this tale is all sorrows and woes".
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