'The Fall' dice adiós a su enigmático y seductor tándem "policía-criminal"

Hay muchas series policíacas y de temática criminalm y pocas con personajes complejos y subyugantes como los protagonistas de The Fall, el popular drama noir de la BBC. El adiós era esperado pero no por ello menos difícil de encajar para los seguidores, pero había que dejar ir a su pareja protagonista. La tercera y última temporada de The Fall culminaba hace tan sólo unos días tras una serie de capítulos adictivos y perturbadores, como en anteriores entregas.

La segunda temporada de esta exitosa serie británica rodada en la capital de Irlanda del Norte, capitaneada por los magnéticos actores Gillian Anderson y Jamie Dornan (detective y asesino respectivamente) nos dejaba con un potente cliff hanger: el temible y circunspecto serial-killer de mujeres Paul Spector abatido por un disparo y al borde de la muerte. Vimos además como la superintendente Stella Gibson lo sostenía en sus brazos y reclamaba una ambulancia como si se tratara de su agonizante enamorado. Y es que una de las grandes bazas de esta historia es el vínculo ciertamente oscuro que une al asesino en serie y a su perseguidora, ambos consumidos y guiados por sus propias pasiones, miserias y traumas.

El arranque de la tercera temporada nos ha regalado un intenso episodio cuya acción transcurría prácticamente por entero en un quirófano, donde médicos y enfermeras trataban de arrancar a Spector de las fauces de la muerte (con túnel y luz al fondo incluidos). Por muy fantasioso o inverosímil que pudiera parecer, el joven y atractivo asesino y depredador sexual (así lo considera Stella) lograba recuperarse sin apenas secuelas perceptibles. Eso sí, una vez consciente, Paul se mostraba desorientado y confuso y aseguraba no recordar nada de su conducta criminal y las muertas que llevaba a sus espaldas. No parecía tener recuerdo alguno de los últimos diez años, ni siquiera de su hijo, que aún no había nacido, y a la última imagen que tenía de su hija era de cuando esta todavía era un bebé. 

¿Decía la verdad o trataba de engañar a todos para evitar su condena? Su aparentemente sutil manipulación de ciertos personajes secundarios nos hacía atisbar la respuesta (su enfermera parecía enamorarse de él), mientras la policía trataba de armar su caso y recopilar el mayor número de pruebas contundentes para que la acusación prosperara en un juicio. Mientras, la familia de Spector se hacía trizas después de hacerse pública su identidad. 

Tan enigmático e impertérrito como siempre, al abandonar el hospital Paul Spector era evaluado por un reputado psiquiatra y trasladado a un centro de internamiento para delincuentes con problemas mentales mientras Stella y su equipo buscaban evidencias de anteriores víctimas del estrangulador de Belfast.

Dejando a un lado tramas menores, esta serie es un perfecto ying yang, el bien y el mal enfrentados, a través de dos antagonistas con igual protagonismo en pantalla, personajes con la misma cantidad de aristas, matices y rostros, que dan forma y carisma a un producto televisivo inteligente, trepidante y lleno de complejidad psicológica. The Fall son Paul y Stella, como las dos caras de una misma moneda, cuya existencia parece sólo tener sentido gracias a la existencia del otro. Hasta el inexorable final. Que no desvelaremos aquí...

Eso sí, merece la pena reseñar un momento memorable de esta temporada, totalmente impredecible, lleno de tensión y emoción que transcurre durante un interrogatorio. Brutal. Ya sólo por escenas como esta merece la pena degustar todos los capítulos. Quizás en esta temporada haya menos acción, sí, pero no por ello menos suspense y sobre todo un tête à tête final como pocos se ven en las series actuales del género.