Estamos empezando a descubrir que National City esconde mucho más de lo que aparenta. El capítulo de esta semana ha girado en torno a un club subterráneo de lucha alienígena del que misteriosamente nadie se había cerciorado antes, ni siquiera nuestros amigos del DEO. De un día para otro un alienígena aparece muerto y otros desaparecen del mapa, lo que alerta a las autoridades de la ciudad.
Nuestra nueva amiga Maggie Sawyer es la responsable de ponernos al tanto del tema, y es que ahora que tiene relación con Alex parece que no pueden hacer nada la una sin la otra. ¿Cómo hacían su trabajo antes? Hasta Supergirl al verlas interactuar nota que no es una relación estrictamente profesional. Y es que la forma en la que se cogen la mano para entrar infiltradas al club subterráneo tiene poco de profesional... Pero resulta que Maggie tiene novia, lo que pone un poco difícil lo de que entablen algo más serio por ahora (aunque no evita que las shippeemos igual).
Lo que Maggie y Alex descubren en ese club las deja boquiabiertas. Una tal Verónica Sinclair, a la que todo el mundo conoce como Roulette (Dichen Lachman, The 100 y Agents of SHIELD) se dedica a organizar peleas ilegales entre alienígenas. Pero no todos esos alienígenas consienten participar en esas peleas ni todos salen vivos de ellas. Poco le importa a Roulette, mientras los asistentes más pudientes de National City disfruten del espectáculo y se dejen el dinero apostando por un vencedor. Esta trama queda abierta y seguramente veamos a Roulette dejarse caer más a menudo por la ciudad.
Para pena de J’onn J’onzz, una de las aienígenas que lucha en ese club de forma voluntaria y que incluso ayuda a buscar alienígenas para la lucha (quieran o no) es M'gann M'orzz, o como se la conoce en los bajos fondos, Miss Martian. Y por si nos parecía poco que sea partícipe de esa barbarie sabiendo las condiciones en las que muchos participan en las batallas, ayuda a que atrapen a J’onn J’onzz. Al final del capítulo descubrimos que todo tiene una justificación, y no es precisamente la de tener un pasado tortuoso de víctima de un campo de concentración marciano como quiere hacer creer. M’gann M’orzz viene de Marte, pero pertenece a la parte del conflicto que exterminó a la raza de J’onn J’onzz: es una white martian. ¿Tendrá algo de bondad en su ser o se estará intentando ganar la confianza J’onn J’onzz para acabar con el último green martian?
Por último, nuestro amigo Mon-El nos desveló algunos de sus secretos. Antes de llegar a la Tierra trabajaba como uno de los guardaespaldas de la familia real de Daxam, y el pobre está muy perdido en un planeta del que desconoce la cultura y la raza que lo habita. Kara se dedica a esquivarlo la mayor parte del tiempo a pesar de que podría ayudarlo mucho, hasta que por fin decide que va a sacarlo del DEO bajo su responsabilidad sin importarle todo el lío que tiene en el trabajo. Pero no nos da la impresión de que sea un acto completamente altruista, ya que parece que con el tiempo Mon-El podría gustarle como algo más que un amigo. Y nosotros contentos de que se deje atrás su corto idilio con James Olsen.
La serie está consiguiendo coger un buen ritmo que nos mantiene enganchados un episodio tras otro, y hasta que las tramas sigan desarrollándose no le podemos pedir más. Echamos de menos que nos hablen más del Proyecto Cadmus y a nuestra querida Cat Grant, y echamos de más los líos de Kara como redactora, que puede que se acabe de meter en un berenjenal diciendo que su fuente de información es Supergirl. Nos despedimos hasta la semana que viene aconsejando a todo el mundo ver la promo del próximo episodio, porque promete muchísimo.
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