Esta semana Supergirl ha vuelto para surcar los cielos de Vancouver National City por primera vez desde que la serie se mudara a The CW con el resto de nuestros superhéroes, y aunque en comparación con la primera temporada el color de la ciudad ahora sea algo más apagado, el capítulo nos ha dejado un buen sabor de boca.
Pero antes de meternos de lleno en el asunto, vamos a refrescar un poco la memoria. Allá por abril, Supergirl logró vencer a su tío Non y a la villana Índigo con ayuda del marciano J’onn J’onzz, y para evitar el exterminio de todos los seres humanos por culpa del Proyecto Myriad, envió al espacio ella solita Fort Rozz, la cárcel de los delincuentes kryptonianos. En su faceta de chica normal trabajando como secretaria en CatCo, Kara Danvers acababa de recibir un ascenso, y en lo sentimental dejaba el tema a punto de caramelo con su adorado James Olsen.
En la recta final de la temporada quedaba plantada la semilla de algunas de las tramas que podremos ver esta nueva temporada. La impactante noticia de que Jeremiah Danvers seguía vivo pero en manos del Proyecto Cadmus sacudió a su familia, que lo creía muerto desde hacía diez años. El Omegahedron, una fuente de energía kryptoniana capaz de alimentar ciudades, fue entregado a Maxwell Lord por el General Lane por motivos que todavía desconocemos. Por último, lo que parecía una nave recién llegada de Krypton acababa de aterrizar (con un poco de ayuda) en National City.
Siguiendo la historia de esta nave empieza la segunda temporada de Supergirl, y es que Kara no reconoce al hombre inconsciente que venía dentro de esa nave. El grueso del capítulo gira alrededor del Venture, una nave espacial comercial que sufre un accidente, momento idóneo para que entre en escena Superman (Tyler Hoechlin, Teen Wolf), una nueva incorporación a la serie que no necesita presentación, y que resulta que tiene rencillas antiguas con J’onn J’onzz.
Pronto descubrimos que ese accidente no fue algo arbitrario, sino que fue un sabotaje en toda regla cuyo objetivo era acabar con una persona que decidió no subirse en el último momento, Lena Luthor (Katie McGrath, Merlín). Se nos presenta a la hermana adoptiva de Lex Luthor como una buena persona que pretende lavar la imagen de la empresa familiar Luthor Corp, convirtiéndola en L Corp para desvincularse de su hermano, aunque ya sabemos que debemos tener cuidado con los personajes nuevos de dudosa naturaleza.
Por su parte, esta vez nuestra Kara debe enfrentarse a sí misma y descubrir qué quiere hacer en su futuro, tanto en lo profesional como en lo personal. Pero esta tarea no le resulta sencilla después de haber pasado un año concentrando todas sus energías en ser Supergirl; ahora que puede elegir entre cualquier trabajo con el que pueda soñar dentro de CatCo y puede salir con su chico ideal, se da cuenta de que no tiene sus prioridades claras.
Este capítulo nos ha servido de introducción a una temporada que está despegando con muchos cambios, dejándonos además algunos guiños llenos de humor. Nos queda mucho tiempo para ver cómo funcionará Supergirl en The CW, conocer a personajes que están por llegar, saber si Supergirl y Superman pueden coexistir sin que Superman robe el protagonismo de la serie, esperar por la madre de todos los crossovers y averiguar cómo vamos a lograr sobrevivir con el cambio de nuestra querida Cat Grant de personaje principal a recurrente. Pero las cosas de palacio van despacio, y por ahora esperaremos a ver qué sucede la semana que viene.
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