"HBO lo ha vuelto a hacer". No sé cuántas veces habré leído esa afirmación, pero no es por ello menos cierta. El pasado domingo se estrenó el primer episodio de The Night Of, la nueva propuesta del canal de cable americano que nos trae la historia de Nasir Khan, Naz para los amigos, y la crítica no ha tardado en encumbrarla como la posible nueva mejor serie del verano, e incluso del año.
Naz (interpretado con magistral elegancia por Riz Ahmed, Nightcrawler) es un estudiante ejemplar de raíces pakistaníes que una noche decide coger sin permiso el taxi de su padre y salir en busca de su "gran quizás", lo que termina traduciéndose en una noche de drogas y aventuras con una desconocida (Sofia Black-D'Elia, Gossip Girl, Skins US). La ironía del destino querrá que no conozca el nombre de su aventura hasta oírlo en los labios del inspector Box (Bill Camp, 12 años de esclavitud, Daños y perjuicios), mientras éste le interroga y apunta como principal sospechoso del asesinato de la joven.
Las cosas no pintan bien para Naz, quien es pillado, literalmente, con la sangre de Andrea en sus manos y la presunta arma homicida en su posesión. El problema es que el propio Naz no recuerda bien los acontecimientos de la noche anterior, nublando también la perspectiva de los espectadores, que lo seguimos de cerca en un relato que, aunque predecible, se construye como un ejercicio brillante de suspense, pues nos mantiene al borde de un ataque de nervios constante.
Steven Zaillian (guionista de la oscarizada La lista de Schindler, y de otras nominadas como Moneyball o American Gangster) y Richard Price (director habitual de The Wire) adaptan este drama basado en la británica Criminal Justice que, repartido en ocho episodios, pretende ofrecer una aproximación realista y certera al sistema de procesamiento criminal americano, con la inevitable consecuencia de poner al descubierto sus fallos y el racismo inherente al mismo. Por ejemplo, en la calle, un muchacho negro pregunta a Naz dónde se ha dejado las bombas para más tarde ser acusado por el inspector Box de posesión de marihuana sin ser registrado siquiera.
No en vano se está comparando The Night Of con Ley y Orden o The Wire en cuanto al retrato del sistema judicial que ofrecen, o incluso con la primera temporada de True Detective; aunque tal vez la comparación más curiosa sea la que se ha establecido con el famoso podcast Serial que se hizo viral hace un par de años y cuyo argumento gira también en torno al procesamiento de un estudiante musulmán por el asesinato de su exnovia. ¿El problema? Al igual que Naz, tiene algunas lagunillas en cuanto a la noche en cuestión.
En cualquier caso, un cóctel de racismo y burocracia se mezclan en la historia de Naz, cuya inocente mirada de ojillos de cordero degollado (los policías no tardan en apodarle Bambi) hacen que quieras protegerlo de todo lo malo de este mundo, mientras la ineludible sombra de la cárcel planea sobre sus acciones desde el momento en que se despierta en la cocina de Andrea y lo último que recuerda es haberse acostado con ella.
La dirección del piloto establece un pulso deliberadamente pausado y detallista que se regodea en el suspense de saber que todo va a torcerse pero desconocer cuándo, dando lugar a una suerte de noir moderno en el que no importa tanto lo que ocurra sino cómo avanzar desde las lagunas de Naz y sacudir los prejucios del estereotipado racial que afectan a la percepción de detectives y policías sobre el protagonista.
Pese a tener Naz un carácter que rezuma bondad hasta decir basta, ello no conlleva, por cierto, que sea un personaje maniqueo. La actuación de Ahmed perfila y nutre de matices el carácter de Khan conforme éste se adapta a los entresijos de su aventura con Andrea y a los reveses de su tiempo en comisaría. Su búsqueda del "gran quizás" se convierte en una abrupta entrada a la edad adulta en su versión más desagradable, pues todo parece apuntar a que la pérdida de su libertad irá acompañada a la de su inocencia.
Para aflojar la dureza del purgatorio al que Naz va a entrar con su detención, entra en escena Jack Stone (John Turturro, El gran Lebowski, O Brother!), un abogado que no puede evitar reparar en él en comisaría. Stone aporta el contrapunto afable y cómico que un drama de este calibre necesita. Su carácter excéntrico y su capacidad de afrontar las vicisitudes con una pizca de humor hacen que aplaudas su presencia y sientas su ausencia en pantalla, aun con una intervención de apenas diez minutos.
Para aflojar la dureza del purgatorio al que Naz va a entrar con su detención, entra en escena Jack Stone (John Turturro, El gran Lebowski, O Brother!), un abogado que no puede evitar reparar en él en comisaría. Stone aporta el contrapunto afable y cómico que un drama de este calibre necesita. Su carácter excéntrico y su capacidad de afrontar las vicisitudes con una pizca de humor hacen que aplaudas su presencia y sientas su ausencia en pantalla, aun con una intervención de apenas diez minutos.
Curiosamente, un primer piloto de la serie fue rodado en 2013 con James Gandolfini en la piel de Stone. Tras su fallecimiento, el papel fue a parar a manos de Robert De Niro durante algún tiempo, aunque finalmente terminaría en las de Turturro. Actualmente, James Gandolfini aparece acreditado como productor de la serie.
En cualquier caso, parece seguro afirmar que Stone será una piedra angular en la narrativa de la serie, así como el paso de Naz por Rikers Island, donde permanecerá detenido hasta su juicio. Y si tal vez estos elementos os sean más que conocidos (un dudoso culpable, un abogado y un detective inquisitivo), lo cierto es que las actuaciones de The Night Of aportan la frescura necesaria para salir del estereotipo, mientras que la dirección y escritura la convierten en un thriller de ocho minipelículas con personalidad propia.
En cualquier caso, parece seguro afirmar que Stone será una piedra angular en la narrativa de la serie, así como el paso de Naz por Rikers Island, donde permanecerá detenido hasta su juicio. Y si tal vez estos elementos os sean más que conocidos (un dudoso culpable, un abogado y un detective inquisitivo), lo cierto es que las actuaciones de The Night Of aportan la frescura necesaria para salir del estereotipo, mientras que la dirección y escritura la convierten en un thriller de ocho minipelículas con personalidad propia.
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