Pese al alto nivel de su primera temporada, la segunda entrega de Bloodline, el thriller y drama familiar de Netflix, no ha mermado el interés por una de las historias más apasionantes de la televisión estadounidense actual. Estos nuevos diez capítulos han venido a confirmar que los conflictos y las retorcidas dinámicas familiares de la estirpe Rayburn, hoteleros de los Cayos de Florida, no iban a acabar tras la muerte de Danny, la oveja negra. En esta ocasión, lo que mueve a John y sus hermanos es el tormento consecuente al fratricidio y sus ansias por ocultar cualquier rastro del crimen que pueda conducir hasta ellos.
A esto se une la desconfianza de la madre de todos, que cree que sus hijos no han sido del todo sinceros acerca de las circunstancias que rodearon a la muerte de su hermano, la aparición en escena del hijo de Danny (un joven rebelde y descarriado con un acertado parecido en físico y actitud con su progenitor), su madre y el delincuente amante de esta, interpretado por el actor John Leguizamo. Los tres llegarán a la idílica ciudad costera donde residen los Rayburn dispuestos a sacar tajada del patrimonio familiar.
La trama policíaca de esta segunda temporada de Bloodline persigue el esclarecimiento de la muerte de Danny, pese a que John y sus hermanos intentan crear evidencias para inculpar al traficante de la zona. Al final, John se verá empujado a presentarse a sheriff del condado para tener más control sobre la policía y, por ende, sobre la investigación, pero mientras tanto su jefe y oponente encargará a su colega Marco resolver el asesinato de Danny. Este irá acercándose poco a poco a la verdad, augurando un choque frontal con John y rezumando odio hacia su privilegiada familia.
La corrupción y envilecimiento de John esta temporada, dispuesto a hacer lo que haga falta para enterrar el fatal secreto, lo llevará a cometer todo tipo de engaños y tropelías, alentando también una violencia no siempre explícita. Las mentiras y los silencios lo alejarán de su mujer y sus hijos, lo enfrentarán a sus colegas y lo separarán de su madre y hermanos. También Meg tiene su propio descenso a los infiernos, especialmente cuando pierde su trabajo en Nueva York y empieza a liderar la campaña política de su hermano. Parece que la podredumbre reside en la sangre de todos los Rayburn, quizás el único que se salve sea Kevin, a quien se le hace mucho más difícil seguir viviendo con la terrible verdad. Su debilidad de carácter, sentimiento de culpa e inocencia lo llevan a caer en las adicciones, justo cuando su mujer espera su primer hijo. Además, los problemas financieros y las deudas hacen que cometa imprudencias y osadías que casi acaban con su muerte.
No obstante, será Kevin el que más sorprenda en el último capítulo, en un final trepidante que ofrece un cliffhanger sobresaliente. ¿Durante cuánto más tiempo podrá permanecer la verdad oculta? ¿Qué pasará con todos los Rayburn a partir de ahora? Seguro que sus vidas pueden complicarse y sus almas retorcerse mucho más aún, todo ello bajo un sol abrasador y ante la belleza de un océano imponente.
A esto se une la desconfianza de la madre de todos, que cree que sus hijos no han sido del todo sinceros acerca de las circunstancias que rodearon a la muerte de su hermano, la aparición en escena del hijo de Danny (un joven rebelde y descarriado con un acertado parecido en físico y actitud con su progenitor), su madre y el delincuente amante de esta, interpretado por el actor John Leguizamo. Los tres llegarán a la idílica ciudad costera donde residen los Rayburn dispuestos a sacar tajada del patrimonio familiar.
La trama policíaca de esta segunda temporada de Bloodline persigue el esclarecimiento de la muerte de Danny, pese a que John y sus hermanos intentan crear evidencias para inculpar al traficante de la zona. Al final, John se verá empujado a presentarse a sheriff del condado para tener más control sobre la policía y, por ende, sobre la investigación, pero mientras tanto su jefe y oponente encargará a su colega Marco resolver el asesinato de Danny. Este irá acercándose poco a poco a la verdad, augurando un choque frontal con John y rezumando odio hacia su privilegiada familia.
La corrupción y envilecimiento de John esta temporada, dispuesto a hacer lo que haga falta para enterrar el fatal secreto, lo llevará a cometer todo tipo de engaños y tropelías, alentando también una violencia no siempre explícita. Las mentiras y los silencios lo alejarán de su mujer y sus hijos, lo enfrentarán a sus colegas y lo separarán de su madre y hermanos. También Meg tiene su propio descenso a los infiernos, especialmente cuando pierde su trabajo en Nueva York y empieza a liderar la campaña política de su hermano. Parece que la podredumbre reside en la sangre de todos los Rayburn, quizás el único que se salve sea Kevin, a quien se le hace mucho más difícil seguir viviendo con la terrible verdad. Su debilidad de carácter, sentimiento de culpa e inocencia lo llevan a caer en las adicciones, justo cuando su mujer espera su primer hijo. Además, los problemas financieros y las deudas hacen que cometa imprudencias y osadías que casi acaban con su muerte.
No obstante, será Kevin el que más sorprenda en el último capítulo, en un final trepidante que ofrece un cliffhanger sobresaliente. ¿Durante cuánto más tiempo podrá permanecer la verdad oculta? ¿Qué pasará con todos los Rayburn a partir de ahora? Seguro que sus vidas pueden complicarse y sus almas retorcerse mucho más aún, todo ello bajo un sol abrasador y ante la belleza de un océano imponente.
COMENTARIOS