La nueva serie de Freeform (antigua ABC Family) se llama Guilt y, como muchos ya sabéis o habéis intuido, se basa en un caso que tuvo mucho revuelo en su día, el de Amanda Knox. Del mismo modo que le pasó a esta chica, la protagonista es la sospechosa principal de la muerte de su compañera de piso; la diferencia es que la serie se desarrolla en Londres, en lugar de Italia.
Lo más destacado de la serie es su constante juego de sospechosos, especialmente con la protagonista, Grace (Daisy Head), ya que conforme avanza el piloto reúne más oportunidades de ser la culpable. Pero no es la única, pues las sospechas se disparan al aparecer su padre adoptivo, James (Anthony Stewart Head, Buffy the Vampire Slayer), quien tiene una cierta predilección por ligar con chicas jóvenes; además de que parece haber escogido él mismo al abogado para que mitigue su culpabilidad. Por otra parte, el novio francés de Grace tampoco parece de fiar, pues lo primero que le dice a su novia es que se vayan juntos a París, lo que se interpreta como una huida; aunque sería muy poco original que fuera él.
Entre los agravantes que va sumando Grace, encontramos su aventura con un profesor de la universidad, quien también podría haberse liado con la fallecida, pero en realidad todo se centra en Grace por haberle pinchado los neumáticos y golpeado a su esposa.
La serie decide ir más allá incorporando sospechas incluso en la casa real, el príncipe Theo, a quien interpreta Sam Cassidy, parece tener unos gustos sexuales un tanto peculiares; de hecho, está bastante obsesionado con la fallecida, pues acude a la escena del crimen para coger un objeto personal. ¿Se trata del asesino que quiere el recuerdo de su víctima o solo un cliente enamorado? Digo cliente porque es evidente que la chica tenía una doble vida como prostituta.
En general, hay una amplia gama de sospechosos que se irá ampliando conforme avance la serie pero, básicamente, todo va enfocado a hacernos creer que la protagonista es la culpable, no solo por las evidencias, sino por lo ingenua que nos la pintan. Son numerosas las imprudencias que comete, de modo que es fácil que la prensa se cebe con ella. Si a esto le sumas sus escarceos con las drogas, las críticas se intensifican.
Ante la estupidez de la protagonista, era necesario incorporar en la serie otras figuras que aumentan el nivel interpretativo de la misma. Para ello, la serie cuenta con actores más veteranos como Anthony Stewart Head, quien no aparece mucho en el piloto, pero es evidente que eso cambiará; y uno de los que más han llamado la atención —y eso que aparece poco— es el abogado que interpreta Billy Zane, quien seguramente no sea trigo limpio, pero sus intervenciones son sarcásticas y llamativas —algo que se agradece dentro de tanto drama—.
Podemos encontrar también a la hermana de Grace, Natalie (Emily Tremaine, Vinyl), quien parece haber llamado la atención del detective principal del caso. Natalie, ya en el piloto, comienza a dudar de la inocencia de su hermana; al ser fiscal le está costando mucho confiar en Grace. También tenemos al hermano de la fallecida, quien parece tener ansias de venganza, y a la otra compañera de piso, que no sabemos muy bien qué papel tiene en todo esto, más allá de su colaboración en el negocio de la prostitución.
En suma, tenemos una serie con unos diálogos un poco pobres, pero con juegos de intriga que pueden llegar a ser bastante entretenidos. Además está basada en un caso muy mediático, así que será interesante ver si siguen el caso real o se desvinculan del mismo.
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