El final de la midseason de Vikings nos dejó con un importante salto en el tiempo después del fracaso de la conquista de París. En el ambiente enrarecido de Kattegat parece que las heridas del pasado no se han cerrado mientras algunos prefieren buscar nuevos horizontes que saquear. El vacío de ocho años nos abre las puertas a posibles especulaciones sobre lo que ha pasado pero, sobre todo, lo que queremos ver en la recta final de algunos personajes que nos han acompañado durante cuatro temporadas.
1. Una muerte épica para Ragnar
Cuando
todos creíamos que el enfrentamiento con Rollo nos dejaría una fantástica muerte
en batalla, Ragnar acabó en un barco de vuelta a casa maldiciendo su suerte.
Con la herida del estómago a medio curar y ¿superada? su adicción al opio, se
enfrenta al odio de todos los que le rodean.
Aunque
se lance el desafío para un enfrentamiento individual que le quite el trono, sabemos que Lothbrok seguirá dando guerra. Lo
simbólico siempre ha estado muy presente en la serie –las serpientes forman
parte de su destino— y puede que Hirst no se desvíe del conocido final en el
pozo. Sea como sea, Ragnar debería acabar lo que empezó en Inglaterra en la
primera temporada y enfrentar su destino como su tocayo en la película Los
Vikingos, con una espada en la mano y un grito a Odín.
2. La caída de Aslaug
En
esta serie nadie está libre de pecado: todos los personajes han cometido sus
traiciones pero Aslaug se ha convertido en la villana por excelencia: desde el
toque Cersei –sentada en el trono con una copa en la mano, sospechando de todo
el mundo y consintiendo a un niño un poco psicópata— hasta sus momentos de adolescente repelente cada vez que Harbard El Vagabundo aparece por la aldea. ¡Y por encima
amenazando a Lagertha en los avances! Ya es hora de que alguien le haga morder
el polvo y veamos un relevo total en la corte de Kattegat.
3. Una escala hispana en los viajes de Bjorn
Bjorn
siempre ha estado obsesionado con conseguir la aprobación de su padre y el mapa
encontrado en París es el mejor billete para huir de su sombra. Su objetivo es
llegar a Roma pero para ello tiene que bordear el Atlántico y el Mediterráneo
por nuestras costas y la historia nos dice que los vikingos se entretuvieron
bastante por aquí.
Además,
hace casi un año el equipo de rodaje de Real Vikings (documental que
acompaña a la serie y profundiza en los hechos históricos), hizo una parada en
Galicia para comprobar in situ la huella de estos guerreros. ¿A quién no le
gustaría ver alguna referencia entre saqueo y saqueo?
4. Ecbert contra todos
Hasta
ahora el rey de Wessex ha sido uno de los personajes más inteligentes de la
serie y todo le ha salido según lo planeado: quedarse con Edith, el reino de
Mercia o tener al hijo de Ragnar como posible comodín. Ya es hora de verle
sufrir un poco: sabemos que los vikingos volverán para ajustar cuentas tras la
destrucción de su asentamiento, pero con el rey Aelle como aliado con malas pulgas, no estaría
mal verle atrapado entre dos frentes. Lo que haga falta para verle jugar con
sus enemigos —con más diálogos memorables interpretados por Linus Roache— y
quizá perder la partida por una vez.
5. Lagertha más allá de la guerra
En la primera mitad de la cuarta temporada, nuestra shieldmaiden favorita estuvo un poco desaparecida y cuando por fin aparecía en pantalla la perseguía el drama. La dejamos malherida en brazos de su hijo y tras el salto temporal queremos verla alejada un rato de las incursiones vikingas. Es líder de su pueblo por derecho y como tal podrían desarrollar más su papel político, demostrando su ferocidad tanto en batalla como en los intrincados movimientos por el poder. El tiempo se agota para los personajes originales, dando más protagonismo a las nuevas generaciones y queremos verla encarar la vejez con tramas propias, sin acudir a la llamada de Ragnar o su hijo.
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