El pasado 12 de abril la cadena NBC estrenaba Game of Silence, un remake de la serie turca Suskunlar. El estreno gozó de buenos datos de audiencia (1,5 en demos, algo más de 6,5 millones de espectadores), además de ser lo más visto de su franja horaria nocturna. Muchos argumentan que es gracias a The Voice, talent show que le precedía en la parrilla y que podría haber provocado el arrastre de espectadores al visionado de la serie. Lo cierto es que, tras ver el primer episodio, estoy segura de que, además de este detalle, la culpa de su buen ritmo es simplemente la buena historia de la serie.
Game of Silence narra la historia de un grupo de amigos (Jackson, Gil, Shawn, Boots y Jessie) cuando eran niños y el terrible suceso al que tienen que hacer frente con tan pocos años de edad. Las consecuencias de ese acto temerario, aunque involuntario, les cambiaría la vida para siempre. Tras 25 años desde que sus caminos se separaran, un nuevo acontecimiento los vuelve a reunir.
El punto fuerte del producto creado por David Hudgins (Friday Night Lights) es lo dinámica que resulta la idea de entremezclar el presente con el pasado, aprovechando conversaciones actuales para introducir flashbacks que se sitúan y te muestran lo que ocurrió cuando eran pequeños. Esto permite que se cree un halo de suspense sobre qué pudo llegar a ocurrir, cuáles fueron las consecuencias de su error y qué les ocurrió durante los meses posteriores para desencadenar el terrible acontecimiento en el que se ven implicados en el presente. Importante el detalle de que la información se va proporcionando con cuentagotas, el suficiente conocimiento del pasado para comprender el presente.
La cantidad de subtramas de las que goza es otro de sus puntos a favor. Una de ellas es la venganza, el hilo conductor de la serie. El grupo de amigos se ve obligado a reconstruirse para hacer frente a sus enemigos del pasado, que están dispuestos a continuar haciéndoles la vida imposible. El porqué de este conflicto es parte de la información que vamos conociendo a través de los flashbacks.
Por otro lado, será interesante conocer la evolución de algunos personajes, especialmente de Jackson, ya que es a través de quien se nos relata la historia. Aunque parezca que ha olvidado todo lo que sufrieron, lo cierto es que no es así. Puede ser un detalle potente el descubrir cómo este personaje hará frente a esta situación desde su nueva vida.
También se plantea el conflicto moral. Deambularemos siempre entre la postura del protagonista, mantenerse al margen y hacer el bien, y la de la otra parte del grupo, hacer justicia. El bien y el mal. ¿Qué posición tomaremos? Lo que está claro es que viviremos distintas etapas en las que amaremos a unos y odiaremos a otros, y viceversa, según las decisiones trascendentales a las que se enfrenten.
No podía faltar la trama amorosa en toda serie que se precie. Jackson está a punto de casarse con otra mujer que no es Jessica y esta, a su vez, mantiene una relación con otro de los integrantes de la pandilla. El reencuentro puede hacer tambalear la rutina de todos. Este, quizás, sea el punto más flojo, aunque no llega a ser negativo dentro del argumento, ya que camufla con la buena historia que tiene delante.
A priori, Game of Silence me ha resultado un producto muy bien hecho y una historia mejor contada, con todos los puntos a favor que he ido desglosando en este artículo. Tengo muchas esperanzas depositadas en la buena evolución de este drama que, por el momento, me ha conquistado y os recomiendo completamente.
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