The Walking Dead siempre vuelve. Y lo ha hecho con un episodio brillante en cuanto a la acción pero también en la parte narrativa y emocional. Algo se está cociendo, sabíamos que Negan será un personaje tan importante como para darle la vuelta a la serie por completo, quizás por eso sus responsables les están otorgando algunas victorias a los protagonistas, y por extensión a nosotros, antes de comenzar la carnicería que esperamos.
Después de un hiato en el que Carol apenas ha tenido presencia, en Not Tomorrow Yet ha recuperado el protagonismo que merece uno de los personajes más adorados del elenco. Al contrario de lo que suele ocurrir, en este episodio no ha habido la oscuridad que siempre la acompaña (bueno, sólo un poco) pero se atisba un cambio en su personalidad. Muchos pensábamos que Carol no tendría remedio como persona pero la muerte de Sam le ha activado algo que tenía latente y que la violencia le había arrebatado, el instinto maternal. La paz que vive Alexandria y la futura maternidad de Maggie la ha devuelto a la cocina a preparar galletas pero esta vez no se está camuflando, quiere cuidar de sus vecinos. Y así, como sin buscarlo, se ha encendido la llama con Tobin. La consecuencia directa de este cambio ha sido acabar cautiva por quedarse con Maggie, algo que antes nos hubiera hecho rezar por sus captores, ahora nos preocupa seriamente.
El regreso de la sexta temporada nos sigue mostrando el The Walking Dead más rosa hasta la fecha. Casi todos los personajes están encontrando pareja. Ya hemos hablado de Carol y Tobin (dudo mucho que acabe con Daryl como sé que queréis), Michonne y Rick, Tara y Denise, y el triángulo amoroso de Abraham, Sasha y Rosita. Todo es amor en la serie pero espero que no sea un recurso zafio de los guionistas para que la muerte de algunos personajes secundarios tenga algo más de fuerza, aunque no estaría mal para crear una catarsis en alguno de los principales.
Mucho se ha hablado de la soberbia de Rick al aceptar el trato con Gregory, pensando en que nadie puede hacerles frente pero todos sabemos que tiene toda razón cuando dice que que si no los matan, tarde o temprano acabarán encontrando el pueblo, con nefastas consecuencias, por no hablar de la situación pésima en la que se encuentra Alexandria, en la que apenas hay alimentos. Además, después de todo lo que han vivido, ¿quién es capaz de decir que no podrán vencer otra vez?
Y llegamos a la secuencia que estábamos esperando desde la semana pasada. Como en cada episodio dirigido por Greg Nicotero, la acción es parte fundamental y está rodada especialmente bien. Los guionistas nos han dibujado un panorama muy confuso y no sabemos qué puede ocurrir a partir de ahora, se ha vuelto impredecible otra vez, de ahí a que el asalto a Los Salvadores nos devolviera la tensión que la serie no ha llegado a perder del todo, pero si atenuado últimamente. La iluminación, el montaje y algunos detalles como un salpicón de sangre que cae en la cámara y la confusión del ataque nos ha tenido al borde del colapso. He tenido que verlo un par de veces para deleitarme como es debido.
El cliffhanger con el que ha finalizado el episodio también nos ha sorprendido aunque supiéramos que tanta superioridad tuviera que igualarse por algún sitio. Carol y Maggie pueden ser las primeras víctimas de Negan, a quien el hecho de mantenerse entre las sombras le agranda la figura y le convierte en un ser más místico. Estamos a cuatro capítulos del final de la temporada y The Walking Dead nos ha regalado el más redondo desde que volviera en febrero, sobre todo por su equilibrio.
P.D: La cabeza que entregan a los secuaces de Negan es una réplica de la de Greg Nicotero, curiosamente se supone que la que debían cortar era la de un personaje llamado Gregory. Supuestamente otra de las candidatas era una réplica de la cabeza de Johnny Depp aunque la verdad es que no le encuentro el parecido por ningún sitio.
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