Ya sabéis cómo funciona nuestra visión del panorama televisivo en Reino Unido: “¿cuándo vuelve Sherlock?” y poco más. Así somos de negligentes y así de veces se nos pasan pequeñas joyas que se merecen unos mínimos de reconocimiento. Hoy se reparte justicia y un planazo para vuestro fin de semana.
De Channel 4, Crashing está creada por una de sus
protagonistas y sin montar a su alrededor una obra personalista. Una comedia coral sobre las relaciones
humanas en 2016 y cómo los millennials hemos venido al mundo para defecar en el
convencionalismo. En 20 minutos, son capaces de hacer de lo disfuncional
algo envidiable, empezando por la misma premisa.
Todo aderezado por la presencia de la creadora de la serie, Phoebe
Waller-Bridge, a través de cuyo personaje, Lulu, juega la carta del pez fuera
del agua. Ella, con su “ukululu” a cuestas y sus canciones de la verdad molesta,
se presenta en el hospital para declararse a su mejor amigo y acaba encerrándose en un estado de negación
y cobardía patrocinado por la friendzone. Y otros dramas que todos hemos
vivido desde que Fanta la inventase, ¿verdad?
Lo rocambolesco del escenario, la diversidad del reparto, la frescura en el
guión y el corazón que destilan todas y cada una de las relaciones. Crashing
ha demostrado que va sobrada de autenticidad, de encanto y de gracia. Y que
larga vida a la comedia menor británica, pese a lo breve del formato.
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