Desde que acabara la segunda temporada hace casi un año no
he querido ver nada de Ilana Glazer y Abbi Jacobson fuera de Broad City, a
pesar de que ambas (y casi siempre juntas) se hayan pasado todo este tiempo
reforzando su presencia mediática atendiendo cada cierto tiempo algún evento, o
sentándose al lado del presentador de late-night de turno. He leído que siendo
tan brutas y adorables (sí, se puede) como siempre. Y me lo creo.
Algo me dice que, en la vida real, Ilana y Abbi no deben ser
muy distintas a sus personajes de Broad City, pero he preferido no descubrirlo.
El otro día me decía Marina Such
que Tina Fey y Amy Poehler seguramente fueran dos tías muy aburridas (muy
serias, muy centradas en su trabajo) cuando no están interpretando sus
respectivos papeles de Tina Fey y Amy Poehler molonas, y lo cierto es que tiene
toda la pinta de ser así.
Yo quiero creer que las chicas de Broad City son igual de
colgadas en la vida real. Tienen que serlo. Interpretar unos papeles tan
divertidos, frescos y decadentes requiere algo más que una buena capacidad de
interpretación: tiene que ser real. Ni Tatiana Maslany podría ponerse en la
piel de una chica Broad City. Mucho tendría que fumar.
Porque Abbi e Ilana son de esas creadoras todoterreno con
las que yo soñaría con irme de fiesta. Mataría por irme de farra con ellas dos.
Pagaría para que estuvieran en mi funeral haciendo comentarios despectivos a mi
costa.
No hay nada mejor que una comedia (personalista, que llamo
yo) que te transmite no solo humor, sino una dosis de realidad. Y aunque de
todas ellas (hablo también de Louie, Master of None, Girls, Please Like Me o
incluso Inside Amy Schumer) Broad City es la más burda y con menos aspiraciones
a representar absolutamente nada, lo cierto es que en esa carencia de
intencionalidad se oculta la mayor de sus virtudes. El buenrollismo de Broad
City es real. Es casi tangible.
Broad City se estrenó anoche en Estados Unidos. En España
todavía no ha puesto los pies, y nada apunta a que vaya a ser así. Vosotros os
lo perdéis. Yo seguiré soñando con que algún día traerán la serie a España, la
cadena de turno me invitará al evento, y estas dos aparecerán por sorpresa
gritando “Yass Queen”. Por soñar que no quede.
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