Younger, la comedia más exitosa de la cadena hermana de MTV, TV Land, acaba de arrancar su segunda temporada explotando los mismos ingredientes que el año pasado: mucho enredo, crisis generacionales, retazos de feminismo, hipsters, millennials y el universo editorial como telón de fondo. Aunque no llegue a pertenecer nunca al club de las grandes comedias made in USA, os damos algunas razones por las que se le debería dar algo de crédito a esta serie.
1. El drama de la mujer madura
La premisa de Younger es simple, poderosa y realista: ¿qué pasa cuando una mujer de 40 años intenta reincorporarse al mundo laboral tras haberse dedicado al cuidado de un hijo? Liza era una joven con un futuro muy prometedor en el mundo editorial, pero decidió casarse y formar una familia. Dejó el trabajo y se dedicó algo más de una década a cuidar de los suyos. Años después, divorciada y endeudada, intenta retomar su pasión. En el piloto la vemos de entrevista en entrevista, teniendo que soportar cómo unas jovencitas impertinentes y despectivas la miran mal por dos motivos: el principal, su edad, y el otro, haber optado por la familia antes que el trabajo. Descorazonada y con pocas esperanzas de volver a trabajar, Liza liga en un bar con un atractivo joven de 26 años que cree tener la misma edad que ella, lo que dará pie a una disparatada idea: cambiar de look para fingir ser una veinteañera y encontrar así trabajo. Y lo consigue. Aunque resulte poco verosímil que tanta gente se crea que una mujer de 40 años, por muy buena genética que tenga, pueda aparentar 26, este detalle nos da totalmente igual cuando vemos Younger.
2. La brecha generacional
Sin abandonar la comedia y sin buscar ser pretenciosa, la serie expone algunas de las diferencias entre la generación millennial y las anteriores, con algo de distorsión, claro. La primera se retrata sin complejos, ambiciosa en lo laboral, desenfadada socialmente y muy habituada a los nuevos medios de comunicación y las redes sociales: según parece, estas últimas te pueden hacer famosa, te permiten expresar tus demandas y deseos, te ayudan a encontrar pareja, compañero de piso o incluso vender un par de bragas usadas a pervertidos cuando estás sin blanca. Sin embargo, las mujeres de 40 se muestran muy preocupadas por su aspecto físico, competentes en lo profesional, independientes, pero poco bregadas con las nuevas tecnologías, ajenas a los nuevos referentes culturales y, sobre todo, amenazadas por jovencitas que llegan a la oficina dispuestas a comerse el mundo.
3. Las modas hipster
Younger también está plagada de burlas a los nuevos hipsters que se concentran en el barrio de Williamsburg, en Brooklyn. Precisamente, el atractivo y tatuado novio veinteañero de Liza, Josh, encarna al hipster clásico: tiene un estudio de tatuajes, un grupo de bluegrass, juega al balón prisionero… Todo un mundo nuevo en el que Liza se zambuye de cabeza, no sin perjuicios y tropiezos, como cuando por jugar al popular deporte se granjea una lesión de hombro muy típica en las mujeres de su (verdadera) edad.
4. Los entresijos del sector editorial
Para aquellos que leemos libros y estamos al tanto de las novedades editoriales, ver cómo funciona este sector desde dentro, aunque sea a brochazos, es un reclamo más. En Younger hay alusiones a grandes autores de éxito norteamericanos como Joyce Carol Oates o Jonathan Franzen, vemos cómo se organizan los lanzamientos de libros, se publicitan best sellers o qué ocurre con la pila de manuscritos anónimos que llegan a una editorial. Especialmente hilarante es la trama en la que las protagonistas fichan a una famosa bloguera de moda para que escriba su primer libro dentro del sello más joven de la editorial, para después perseguir a la susodicha por toda la ciudad mientras ésta dilapida el adelanto económico sin escribir ni una sola página.
5. Algunas buenas secundarias
Hay un par de personajes de reparto que engrandecen esta comedia ligera, protagonizando algunos de sus momentos más divertidos: la jefa de Liza y amiga de Kelsey (la compañera de trabajo de Liza que interpreta Hilary Duff), Diana, y la alocada publicista Lauren (Molly Bernard). La primera, estirada pero generosa, con sus desventuras amorosas y sus fracasos al seducir al jefe de la editorial o al escritor feminista, se ha erigido a lo largo de las dos temporadas como un personaje notablemente interpretado y necesario. Por su parte, la imprevisible Lauren, con su ‘Hot Mitzvá’, el #ToplessTuesday y su desvergonzada actitud ante la vida, también nos ha conquistado.
Y vosotros, ¿habéis visto Younger? ¿Qué os ha parecido hasta ahora?
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