Artículo publicado el 22 de enero de 2016.
Jennifer López no para de intentar convertirse en actriz y ahora es a la televisión a quien le toca aguantar a la de Brooklyn, después de fracasar estrepitosamente con películas como Sucedió en Manhattan u Obsesión. Tras ver que numerosos actores y actrices han recuperado sus carreras gracias a su participación en una serie de televisión (Matthew McConaughey en True Detective, Jessica Lange en American Horror Story o Billy Bob Thornton en Fargo) ella decidió hacer lo mismo, de la mano del guionista de 3 Días para Matar, Adi Hasak.
Jennifer López no para de intentar convertirse en actriz y ahora es a la televisión a quien le toca aguantar a la de Brooklyn, después de fracasar estrepitosamente con películas como Sucedió en Manhattan u Obsesión. Tras ver que numerosos actores y actrices han recuperado sus carreras gracias a su participación en una serie de televisión (Matthew McConaughey en True Detective, Jessica Lange en American Horror Story o Billy Bob Thornton en Fargo) ella decidió hacer lo mismo, de la mano del guionista de 3 Días para Matar, Adi Hasak.
En lo que no cayó Jenny es en que su caso se diferencia en dos cosas fundamentales: su serie es de NBC, uno de los mayores chistes involuntarios de la televisión, y que la mayoría de estos actores que han revivido sus carreras gracias a la televisión previamente tenían un prestigio que por distintas razones se torció, ya que participaron en películas que fueron bien o en taquilla o en crítica. Los únicos éxitos de López son en la discoteca (y en las alfombras rojas), pero en la gran pantalla, en lo que es interpretando, ella está bastante limitada.
JLo interpreta a Harlee Santos, una policía de Brooklyn que junto a unos compañeros de su comisaría intercambian protección a negocios locales consiguiendo que los criminales sigan sus reglas. Su jefe, el teniente Matt Wozniak (Ray Liotta, Goodfellas, quien por otra parte tampoco es conocido por sus buenas elecciones en su carrera cinematográfica) es el cabecilla de policías corruptos, entre los que se encuentran Tess Nazario (Drea de Matteo, Los Soprano) o Santino Fontana (Stuart Saperstein, Crazy Ex-Girlfriend). La excusa bajo la que se escuda Harlee es dedicar la mayor cantidad de dinero posible en la educación de su hija, que se encuentra estudiando en una escuela de música. Un día, así como de la nada, es descubierta por un agente del FBI, quien la obliga a traicionar a sus compañeros.
No porque esté protagonizada por la cantante de On the Floor va a resultar horrible, de hecho resulta entretenida y está bastante bien hecha, por lo que podría ser un próximo éxito de cualquier cadena que la estrene en nuestro país–después de lo que pasó con Forever cualquier cosa puede pasar–. Es un thriller policíaco procedimental con referencia directa al cine que más éxito tuvo en los noventa, con títulos como Sol Naciente o L.A. Confidential, tanto que está un poco estancado en aquella época, tanto en la factura visual como en los giros de guión.
El piloto, aunque algo precipitado, está bastante bien llevado, y los protagonistas están muy convincentes, mostrándonos una historia bastante interesante, aunque le haya faltado darle un poco más de peso a actrices de la talla de Drea de Matteo, que supera en varios puntos a la protagonista, que recibe la mayor parte del tiempo en pantalla. También está el tema de que, vale, aceptamos que Harlee es corrupta para pagar las clases de su hija, pero le cuesta bastante expresarle cariño, algo que choca casi desde el principio.
En cuanto a audiencias, se estrenó exitosamente con un 1,8 en demográficos y 8,57 millones de espectadores como líder de su franja (sólo competía con Elementary y un programucho de dietas de ABC), mientras que en su segunda semana bajó al 1,6 y 6.64 millones de espectadores (no es una gran bajada, mientras se mantenga en esos datos no habrá preocupación para los fans). Eso sí, el Shondazo está preparado para el 11 de febrero y cuando vuelvan Meredith Grey, Olivia Pope y Annalise Keating la competencia va a ser brutal y la Jenni se puede ver bastante perjudicada por ello. Aún así, NBC, que renueva sus series al azar, siempre puede convertirla en Shades of Blue of Chicago y asegurarse la renovación.
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