Making a Murderer es la nueva moda y viene de la mano de Netflix. Hablamos de un documental serializado que, en diez episodios, nos relata un caso criminal y judicial bastante particular que no ha dejado a nadie indiferente, convirtiéndose en tema de discusión tanto en la Casa Blanca como en el hogar de Kim Kardashian.
Making a Murderer es el trabajo de documentación de Laura Ricciardi y Moira Demos, quienes en 2005 –cuando se graduaron en una escuela de cine en Estados Unidos– se toparon con un titular del New York Times que decía: "Liberado por ADN, ahora acusado de un nuevo crimen”. En ese momento, ellas decidieron dedicarse a investigar el caso de Steven Avery, quien pasó 18 años en prisión condenado por una violación que no cometió. A dos años de ser puesto en libertad, Avery fue acusado del asesinato de una mujer.
El resultado de diez años de investigación, por parte Ricciardi y Demos, es lo que vemos en este documental de Netflix que expone la falta de prolijidad de la policía a cargo de la investigación del caso de Steven Avery. Además, la serie sugiere grados de corrupción en altos mandos judiciales y deja instalada la discusión respecto a las iniquidades o sinrazones del sistema de justicia de Estados Unidos.
El resultado de diez años de investigación, por parte Ricciardi y Demos, es lo que vemos en este documental de Netflix que expone la falta de prolijidad de la policía a cargo de la investigación del caso de Steven Avery. Además, la serie sugiere grados de corrupción en altos mandos judiciales y deja instalada la discusión respecto a las iniquidades o sinrazones del sistema de justicia de Estados Unidos.
Pero más allá de las denuncias que la serie haga, Making A Murderer también llama la atención por su estilo de relato y la edición audiovisual de gran cantidad de material exclusivo. En cada episodio, hay una selección y asociación de momentos que construyen una historia cargada de contenido y emoción. Making a Murderer es maestra a la hora de ocultar o revelar información de forma dosificada para obligar al espectador a participar de lo que está viendo. Así, este documental tiene un estilo propio que lo aleja de la inevitables comparaciones con The Jinx de HBO o Serial Podcast.
Otro aspecto destacable del documental es que tiene un punto de vista muy claro. Esto puede ser confundido con falta de objetividad –a la hora de decidir a quién entrevistar o qué evidencias dejar fuera de pantalla– pero debemos entender que Steven Avery es solo el medio que Laura Ricciardi y Moira Demos han utilizado para expresar la opinión que ambas tienen de la sociedad estadounidense, porque Making a Murderer no solo nos habla de policías o justicia, también nos retrata el incondicional amor de una madre, el abuso de poder, el cinismo o el prejuicio.
Laura Ricciardi y Moira Demos pasaron una década produciendo Making a Murderer. |
Making a Murderer es una historia compleja que intenta abarcar muchas cosas. Eso sí, a ratos esto juega en su contra, pues tanta información abruma al espectador. Es inevitable sentir que menos episodios habrían beneficiado a la serie, pero Netflix ha insistido en que sus productos tengan más de 10 capítulos.
Con sus defectos y virtudes, Making a Murderer se ha convertido en un fenómeno global y tema de discusión obligado, pero esta fascinación por las historias de casos criminales no es nada nuevo. Descubrir la verdad, jugar a ser policías o jueces que den sentencia (culpable o inocente) es algo que ha copado la dramaturgia, el cine o la literatura por milenios.
Lo novedoso (para bien o para mal) es que hoy en día hacemos binge-watching de ello y luego vamos a las redes sociales para opinar al respecto de lo que nosotros creemos es la verdad. La prensa ha hecho eco de nuevas teorías, entrevistado a abogados expertos o cercanos a la familia Avery que desean opinar y dar su veredicto respecto a la culpabilidad o inocencia de Steven.
Lo novedoso (para bien o para mal) es que hoy en día hacemos binge-watching de ello y luego vamos a las redes sociales para opinar al respecto de lo que nosotros creemos es la verdad. La prensa ha hecho eco de nuevas teorías, entrevistado a abogados expertos o cercanos a la familia Avery que desean opinar y dar su veredicto respecto a la culpabilidad o inocencia de Steven.
Así, Making a Murderer no termina cuando nos devoramos los 10 episodios. La fascinación seguirá hasta que un nuevo documental serializado llegue y os aseguro que eso será pronto, pues este formato se ha convertido en la gallina de los huevos de oro. Ya os hablaremos de ello, cuando un nuevo caso criminal esté de moda y tengamos una nueva obsesión televisiva.
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