Rogamos pausen sus villancicos durante unos minutos y que la única banda
sonora que escuchen sea la del fermentar de su bilis o, como mucho, el Veneno
de Isabel Pantoja, porque esta lista es lo más tóxico que vais a echaros en
cara estas fiestas. Salvo que tiréis el presupuesto del cotillón muy por los
suelos.
Hoy, lo más aborrecible, repelente, antipático, molesto y agredible de 2015.
Hoy, lo más aborrecible, repelente, antipático, molesto y agredible de 2015.
10. Bonnie Winterbottom (How to Get Away with Murder)
Será ella quien inaugure de la lista de objetos de nuestra ira este año. La
pobrecita Bonnie, un alma cándida y víctima del sistema criminal del bufete
Annalise Keating. La hemos visto intentar volverse antagonista de la diva de
las pelucas e incluso desearle la muerte. ¡¿Cómo se atreve?! Y lo peor de todo:
beberse su vodka. Por no ser capaz de decidirse entre ser una mosquita muerta
que las mata callando o suplente de la peor profesora de la historia del
Derecho Criminal, te deseamos una feliz Navidad con los tuyos y que Laurel
rápidamente se haga con tu puesto.
Técnicamente esta mención pertenece a Nic Pizzolato por defenestrar True Detective tan vilmente como lo hizo
este verano, pero no podemos considerarle personaje por mucho que él se diese
el gustazo de incluir a Cary Fukunaga en un episodio de este año. Así que nos
vamos a conformar con darle palos a ese protagonista que se sacó de la manga: Ray
Velcoro, el enésimo policía corrupto alcohólico y con tendencias
autodestructivas que no le permiten conciliar vida laboral ni interés para la
audiencia. ¿Lo mejor de Ray? Lo bajo que deja el listón para el protagonista de
la tercera temporada.
¿Hay algo más odioso que emplear los últimos episodios de una serie en
personajes cuya única trama es adherirse a una protagonista con aún penas
relevantes que cantar? El fracaso y resurgir de Rachel Berry que iba a cerrar Glee se vio enturbiado por una ruptura
de Kurt y Blaine, con demasiados duetos chirriantes entre medias y una
reconciliación exprés justo a tiempo para asaltar la boda y los últimos
momentos del Brittana. ¿Justificación? Hay contratos más fáciles/baratos de rescindir que otros y que los modelitos que se llevó de Vogue tenían que amortizarlos.
Por muy icono del gremio en el que Ruby Rose se haya convertido tras su
breve paso por la prisión de Litchfield, ese angst porque sí y esa necesidad de
dinamitar el Vauseman con el trabajito que nos costó recuperar a la Prepon no
podemos aprobarlo. Stella es ese conflicto gratuito que no tenemos claro si
responde a una enajenación mental transitoria de los guionistas o a querer hacer
un poco de ruido entre el público vía guest star. Sea como fuere, no, gracias.
Una de las series revelación del año, que va directa a los estudios de
género y que protagoniza un dúo de mujeres de armas tomar contra el mundo. ¿Qué
mejor antagonista que un drogadicto que perpetúa los tópicos sobre el show
business y los contratos firmándose debajo de las mesas? La realidad ficticia
supera a la telerrealidad guionizada cuando los villanos se buscan dentro del
propio programa y se encuentran en los trailers de producción.
Mindy Lahiri es una entidad especial de la televisión. Única en su género y
obras, haciendo del feminismo y la lucha contra la opresión patriarcal una
lección en cada chiste. E intentar someterla a los estándares de los años 60 de
mujer en casa criando a los hijos y pariendo como una coneja en un conato de hacer del baby boom algo vintage es imperdonable. Danny
Castellano, te has pasado de machista y de gilipollas. A la hoguera con tu
madre. #FreeTheMindy
Ryan Murphy es un hombre muy en favor de la diversidad y todos lo sabemos.
Es más, hasta en su serie más mamarracha hasta la fecha ha querido incluir
representación del sector moderado/pánfilo/sinsustancia.
Grace es ese dolor de coprotagonista medianamente racional que tiene que hacer
acto de presencia para aburrir a las ovejas y hacer pensar que no todo el mundo
está tan zumbado como las Chaneles. Esperamos de corazón que, a falta de Red
Devil, la desgana que seguro te generas a ti misma te lleve pronto.
Vaya, otro antihéroe romántico que se nos cuela en la lista. El Noah de la
primera temporada nos vendió el inconformismo ante la crisis de la mediana edad
que la mayoría compramos. En la segunda entrega, este escritor con delirios de
Hemingway lo único que ha hecho es demostrar ser un golfo estereotípico que,
abandonada una mujer, abandonadas ciento. ¿Puede un gran hombre ser un buen
hombre? Tú ni lo uno, ni lo otro.
Como capitana electa a dedo de este barco a la deriva que es American Horror Story, en Lady Gaga hematofílica
vamos a centrar nuestra rabia y nuestra ponzoña. Una protagonista plana como el pladur del
hotel que pulula, inexpresiva cual estatua ecuestre e intentando aparentar ser la zorra
que corta el bacalao cuando es un maniquí sin cejas que se aprieta a Matt Bomer
los días impares del mes. La auténtica historia de terror americana es cada
guión en el que aparece.
El patriarca del imperio de los Lyon no nos dio el gusto de morirse, ni de
quedarse en la cárcel, ni de perderse en Wayward Pines ni de atragantarse con
un micrófono. Sucio, rastrero, homófobo, cruel sin siquiera el flow de esa diva
que tiene por madre de sus hijos. Lucious Lyon es un villano cuyo único
propósito es hacer hervir la sangre de cualquier persona con unos mínimos de
moral y estómago. You’re messing with the wrong bitches.
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