Tras el parón de acción de gracias, American Horror Story vuelve con su octavo capítulo, donde por fin el detective John se entera de lo que está pasando con su vida en el Cortez. También vemos la finalidad del personaje de Sally, el cual tenían bastante abandonado, desde casi el inicio de la serie.
El capítulo retrocede cinco años, una noche del año 2010, John acude al hotel Cortez en busca de un buen trago que le hiciera olvidar; pero lo que consigue es conocer a March, el cual ve en él un posible potencial como serial killer. Así que decide lavarle el cerebro durante esos cinco años para convertirlo en su marioneta y que finalice su mayor obra, la de los diez mandamientos. En todo este proceso de conversión intervienen varios personajes clave, uno de ellos es la condesa, como era de esperar, que se encarga de arrebatarle a su hijo Holden y conseguir que pierda aún más el norte. De modo que a la hora de asesinar, ve en todas las injusticias una forma de luchar por su "fallecido" hijo.
Otro personaje clave es Sally, que hasta ahora sabíamos muy poco de su estancia en el hotel, pues resulta que ayudó a March en esta conversión de John, a cambio de que una vez muerto le perteneciera. Además de esto, hemos podido observar la obsesión de Sally por perderlo en medio de la "misión" y que muriera en la calle, lugar donde lo perdería para siempre. Para ello, es ella la que le manda a la niña vampira para lo que vigile, convirtiéndose en principal culpable de que la chica muera al principio de este capítulo.
Cuando, una vez más, el inspector acude al Cortez en busca de las respuestas, es Sally la que le revela toda la verdad y le abre los ojos ante lo que su mente le tenía bloqueado. Una vez que conoce toda la verdad decide ir a confesárselo todo a su antiguo compañero de trabajo, pero este no le cree, y finalmente acaba matándolo por acostarse con su mujer, Alex. Tras acabar con él se lleva como trofeo parte de su víctima al Cortez.
Ya podemos ver al detective mucho más cuerdo y dispuesto a completar la obra de su amigo March. Por fin dejamos de ver a un personaje tan torturado, aunque sea para cometer asesinatos, pero es que tanto sufrimiento ya estaba empezando a aburrir.
También hemos podido comprobar que durante esos cinco años todos los miembros del Cortez sabían lo que estaba ocurriendo con John y tenían que lidiar con dos personalidades distintas: el amigo y asesino de March y el detective torturado por la culpa, la duda y la sospecha. Esto lo hemos podido comprobar por el personaje de Iris, pues cuando John entra en el Cortez lo trata como si fuera un desconocido, hasta que este le confiesa que se acuerda de todo, dejando a la recepcionista respirando, pues ya no tiene que fingir más.
En resumen, un capítulo íntegro sobre el detective, cosa que ya se merecía, y bastante revelador, ya que junto a él, hemos podido conocer el personaje de Sally y comprender otros capítulos anteriores, como el de la víspera de Halloween. Recordemos que March solía hacer una cena con todos sus amigos psicópatas y allí estaba invitado John, lo que no se entendía muy bien, más allá de la reiterada tortura del detective, pero ahora queda todo mucho más claro.
¿Vosotros qué opináis? ¿Os ha gustado el capítulo de esta semana?
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