Más desgracias y alguna alegría es lo que le trae la tercera temporada a los Donovan. Esa familia irlandesa de Boston que se fue a Hollywood a hacer fortuna no ha dejado atrás su pasado turbio. Después de una segunda temporada llena de historietas del abuelo Mickey, el truncado romance de la niña con el rapero, el dramático final de temporada de Terry y el affair de Abbey, los guionistas no dan tregua a los personajes. Con un final verdaderamente brillante, en este post, os hablo de mis sensaciones sobre esta última temporada de Ray Donovan.
DESGRACIAS: En la vuelta, vemos como el pichabrava de Ray, quien se repasa a toda mujer que pasa por su vida, no lleva bien que su abandonada mujer se haya buscado a otro y decide dejar la casa e irse a vivir a su apartamento. Por su lado, Mickey se muda a unos apartamentos de las afueras dedicando su tiempo libre a hacer de chulo de las prostitutas del lugar. El ingenuo de Daryll sigue a su padre en el negocio de drogas y prostitución. Por su parte, Terry, quien la cagó en el final de la segunda temporada, se ve en la cárcel.
MAS DESGRACIAS: Si este cuadro no te parece suficiente, Ray se verá obligado a comenzar a trabajar para una familia chunga, muy chunga a cambio de pedir un favor que salve el culo de Terry y lo saque rápido de la cárcel. Mickey además decide meterse en negocios con la mafia armenia. Por si fuese poco, Bridget, a la que meten en un cole privado de élite, ve que no encaja y se pone a tontear con quien no debe. Vaya telita con la niña. En los nuevos 12 capítulos, vemos como Los Donovans saben atraer los problemas ellos solitos sin necesidad de que el abuelo esté de por medio.
En la vida de Raymond, se cruzan The Finneys. Nuestro matón/fixer favorito, enfundado en trajes de Armani con camisas blancas impecables y un Mercedaco al volante, comienza a trabajar para esta familia de millonarios productores de películas. Viven creyendo que el dinero puede comprarlo todo y, para salvarlos de ellos mismos y sus perversiones, ahí estará Ray con Lena y Avi. Con las meteduras de pata del papá y la hija, atraerán viejos fantasmas que complicarán aún más la vida chunga de Ray.
ALEGRÍAS: La llegada de Los Finneys a la serie es una alegría para cualquier seguidor aunque no tanto para Ray Donovan. Ellos son la sorpresa de la tercera temporada. Tanto el papá, Andrew Finney, como la caprichosa hija, Paige, son tan repulsivos como los brackets de ella. Nunca una ortodoncia representó tan bien el carácter de una mujer y, por ende, el de su familia. Detrás de estos personajes tan brillantes está la gran interpretación de Ian McShane (Andrew Finney) y de la ex esposísima de Tom Cruise, Katie Holmes (Paige Finney).
ALGUNAS MÁS: Me quedaba hablar del que había sido el auténtico desgraciado de Los Donovans, así es, me refiero a Bunchie. Por sorpresa, irá viendo que su "amiga", dormida por sus problemas de anorexia sexual, se irá despertando con la aparición de una luchadora mejicana en el local de Boxeo. De esta atracción, nace una historia de amor que el bueno de Brendan ya se merecía.
El amor o la ilusión no se quedan en Brendan y su luchadora, la mudanza de Terry a casa de Ray y Abbye hace que surjan unos sentimientos impropios entre cuñado y cuñada. Aunque esto no va realmente de amor. En esa casa, hay una ausencia permanente de la figura del padre de familia y Terry parece ir llenando ese vacío. Ray, que no es tonto, se da cuenta de lo que está ocurriendo.
LA FINALE, así en mayúsculas, realmente se desarrolla durante los capítulos 11 y 12. Todas las tramas se van resolviendo hasta que, con un golpe de efecto, heridas que se creían cerradas vuelven a reabrirse. La tensión y el tono dramático van in crescendo hasta unos 15 minutos finales simplemente espectaculares en los que Mickey vuelve a ser Mickey y Ray se enfrenta a quién es él realmente.
¿Sigue siendo Ray el solucionador de los problemas que trae Mickey a Los Donovans? ¿O es su forma de entender la vida y resolver las cosas quien trae más desgracia a su familia?
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