Claire Robbins (Sarah Hay) es una joven de 21 años, de origen humilde (y turbio) y familia desestructurada (y turbia) que huye de su casa para unirse a una compañía neoyorkina de ballet, donde sufrirá en sus carnes la dureza de este oficio unido a su lastre emocional, que por supuesto la acompañará y atormentará hasta el final. Flesh and Bone se presenta en Starz como una limited series de estas que están de moda, de la mano de Moira Walley-Beckett, cabecita pensante de varios de los mejores episodios de Breaking Bad (y productora de la misma).
Pese a ser una serie que a primera vista podría parecer muy cerrada para los amantes de la danza clásica, no se presenta ningún tipo de dificultad para seguirla más allá de que el gran público no entienda los términos técnicos cuando se marcan ejercicios de centro o para las diagonales. Además, y aunque el hilo central sea el mundo del ballet profesional, se tocan más temas, como la esclavitud sexual infantil o los problemas psicológicos. Todo esto no quita que haya momentos para el disfrute de los entendidos, que contemplarán con alegría que más allá del postureo, la serie cuenta con verdaderos profesionales para llevar a cabo la parte técnica, con Ethan Stiefel (bailarín principal del American Ballet Theather de 1997 a 2012 y director artístico del Royal New Zealand Ballet de 2011 a 2014) como consultor y coreógrafo de la serie y bailarines reales como miembros de la compañía. Buena postura, bonitas líneas y coreografías con mucho sentimiento consiguen que cada momento de baile sea una delicia, desde las clases hasta la presentación del ballet final, que se muestra casi en su totalidad.
En los ocho capítulos que componen la serie (curiosa casualidad que sean ocho siendo una serie sobre baile) seguimos la aventura de Claire desde su sospechosa escapada en Pittsburgh hasta el estreno del ballet de la compañía. Conocemos a Bryan (Joah Helman, The Pacific), su (extraño y perturbado) hermano soldado, con quien tiene una relación bastante inusual e incluso enfermiza que marcará la vida de Claire y sus decisiones a lo largo de la temporada, mientras el espectador va descubriendo hechos de su pasado; a Romeo (Damon Herriman, Justified), un sin techo con un corazón de oro que habita a las puertas del edificio donde viven Claire y Mia (Emily Tyra, Boardwalk Empire), una compañera del ballet; o a Daphne (Raychel Diane Weiner), otra compañera con la que Claire tendrá un segundo trabajo nada habitual en común. La serie cuenta también con personajes algo más ceñidos a tópicos, como Kiira (Irina Dvorovenko, Power), una famosa y eterna primera bailarina que doblando en edad a sus compañeras, teme por su puesto y hará cualquier cosa por conservarlo; o Paul (Ben Daniels, House of Cards), el extravagante, exagerado y severo director de la compañía de ballet, que verá algo especial en Claire desde la primera vez que ésta baila. Completando el reparto encontramos nombres como Sascha Radetsky (Center Stage), Tina Benko (Brotherhood), Marina Benedict (Torchwood) o Tovah Feldshuh (The Walking Dead).
Una elegante y delicada obra que no puede faltar en las pantallas de los amantes de la danza, ocho capítulos que culminan con una pequeña obra de arte que nos muestra el paso de niña a mujer y el desenlace inesperado fuera del escenario que, con el ballet de fondo, nos hace aplaudir esta pequeña y extraña joya que nos muestra las aventuras de Claire en el ABC (American Ballet Company).
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