Quedan siete
capítulos para la season finale de The Leftovers y la cosa no está
yendo nada mal. El buen sabor de boca que nos dejó la primera temporada es casi
indescriptible para muchos y totalmente inexistente para otros. Una serie que
cuidaba todos sus aspectos y no dejaba prácticamente ningún cabo suelto, maravilló
tanto en aspectos creativos como técnicos (tiene algunas secuencias
prácticamente perfectas) y la banda sonora de Max Richter fue un descubrimiento
para los seguidores que no le habíamos escuchado nunca. Una trama en la que cada
acción tenía su reacción y que concluyó
en una explosión de todo lo que se llevaba acarreando desde el principio. La
segunda temporada parece proponernos algo radicalmente diferente a la que
estábamos acostumbrados. Pero, ¡vamos por partes!
Con el primer
capítulo ya nos dimos cuenta de que esta
entrega sería totalmente diferente a la anterior (por la intro más que
nada), con el segundo nos hicimos una idea sobre lo que podría esperarse de
esta nueva temporada, pero ahora con el tercero ya nos hemos quedados
totalmente descolocados. Empecemos con el cambio de ambiente que la HBO ha
decido llevar a cabo en una de sus series más criticadas y, a la vez elogiadas.
En esta nueva entrega, los Garvey se
mudan de Nueva York a Texas, Jarden en concreto, un sitio milagroso donde al
parecer no hubo ninguna ascensión, siendo el único lugar de la tierra que
no se vio afectado por la catástrofe y sirviendo de núcleo religioso y
turístico. Un puntazo a destacar, el cambio de clima era totalmente necesario
para mantener el misterio en ese mundo en el que viven. Un pueblo en el que no parece haber desaparecido nadie es una idea que
puede dar bastante juego si se sabe usar, porque como ya hemos visto el mal
viene de diferentes maneras. Con Texas entran a escena los Murphy, una familia
bastante sólida, decidida a cuidarse los unos a los otros al igual que cuidan
de su querido pueblo. Al ver que se les dedicaba un episodio entero, el
protagonismo que tendrán los Murphy se nos aseguró desde el principio, pero con
la desaparición de Evie y con Kevin involucrado en todo el lío del lago ya
sabemos que la familia no se quedará al margen de nada de lo que suceda en esta
temporada. Como se dijo en la misma serie: es
difícil saber si los Garvey son parte de la historia de los Murphy, o a la
inversa.
La tensión que
hay en Jarden es bastante obvia. Algo no está bien ahí y nadie logra entender la especie de milagro
del que forman parte, pero parecen vivir con ello, algo raro sucedió ahí y ni
el fanatismo religioso americano podría explicarlo aunque dado los eventos que
marcan la serie es normal que la gente quiera vendarse los ojos y simplemente
vivir con ello. Ya hemos visto cómo es más o menos la vida en el pequeño pueblo,
pero las cosas nunca son lo que parecen
y con el final del tercer capítulo, veremos cómo los pueblerinos digieren las noticias
de que su hogar no es tan seguro como lo parecía.
La presencia de Kevin en
el lago nos lleva a hablar sobre uno de nuestros jefes de policía favoritos, parecía
dispuesto a suicidarse y con eso ha quedado claro que el tema del sonambulismo
vuelve a estar presente. Al parecer Patti
también tendrá un rol a medida que van sucediendo los hechos pero, ¿su
presencia es simplemente parte de la conciencia de Kevin? ¿Señal de que padece
algún tipo de trastorno mental? ¿O algo más? Los Culpables Remanentes
tuvieron un papel bastante grande en la temporada anterior, una secta chunga
que destaca por el fanatismo de sus seguidores y que al parecer sabe más de lo
que parece en relación con los sucesos del 14 de Octubre. El padre de Kevin se
ha marchado por el momento, pero él también sabe algo que ignoramos, por mucho
que nos moleste, y muy sereno no está que digamos. Si nos aferramos a la idea de
que los locos son aquellos que al final
conocen la verdad, probablemente sepamos algo más sobre qué fue lo que
ocurrió exactamente cuando desapareció el 2% de la población mundial. Pero no
estoy muy seguro de si The Leftovers
es el tipo de serie que intentará encontrarle sentido a la situación actual o
simplemente decidirá vivir a la par con ella.
Demos paso a otro
de los grandes cambios de esta temporada, Laurie
ha decidido hacer borrón y cuenta nueva con su vida y dedicarse a rescatar
a las personas que antaño consideró sus compañeros en el supuesto mundo
apocalíptico en el que vivía. Amy Brenneman interpreta a un personaje del que
no sabíamos muy bien qué esperar esta segunda temporada, aunque con este tercer
capítulo ya podemos ver la clase de papel
que tendrá más o menos, aunque quedan siete episodios para darle un giro que
nos cambie cualquier predicción que estuviésemos considerando posible. Por el
momento la vemos como el alma activista de la serie y el interés por saber qué
cosas pasaban en las casas de los fumadores blancos crece constantemente.
Si
algo nos mostró Laurie en la primera temporada fue la devoción que sentía hacia
su causa, aunque tuviese sus dudas, que en cierto sentido le daban sentido al
papel de los Culpables Remanentes en Mapleton, ahora reconoce haberse
equivocado al dejar a su familia y parece estar decidida a ayudar a cualquiera
que dude sobre permanecer dentro de esta especie de secta religiosa. Con todo
el tema del libro, el portátil y el atropello a los fanáticos vemos que le está
costando más de la cuenta adaptarse de manera normal (por decirlo de alguna
manera) a la libertad. A primera vista, se la ve como un personaje bastante
fuerte, después de lo que ha vivido ha decidido “renacer” y luchar contra lo
que una vez creyó que era el sentido de su vida. Ahora por fin, han juntado su destino con el del desaparecido
Wayne y veremos si existe relación entre este y los Culpables Remanentes.
Otra de las
muchas incógnitas de esta temporada es Megan. Parece que el personaje de Liv
Tyler ha subido en la jerarquía de la secta y tiene el privilegio de pasarlo
bien con los embaucadores que se va encontrando por el camino. Un personaje que al principio parecía el
más débil del reparto ha dado un giro gigantesco y será el puente
que nos conecte con lo que de verdad se proponen los fanáticos por la
Ascensión, o no.
Ahora, se puede
intentar adivinar lo que sucederá con los Garvey, o como Laurie digerirá todo
el tema de “Santo Tom”, o qué significan las acciones sonámbulas de Kevin, o qué
quiere Megan, o cómo llevará el reverendo la crisis a la que se sumirá el
pueblo después de que el lago se haya secado (el caos se desata seguro, cuidado
con eso) o por qué el lago se ha secado ya que estamos… Realmente, poco se puede predecir en cuanto a esta
temporada (o la serie en general vamos). Con cada nuevo capítulo vamos
entiendo qué pasó en el anterior pero confundiéndonos más acerca de lo qué
pasará en el siguiente. Tendremos The
Leftovers de sobra para comentar con los amigos, con los compañeros o con
nuestro jefe. Y, aunque nos hayan cambiado la intro (a la cual ya me estoy
acostumbrando, la verdad sea dicha), una cosa es segura: la serie no decepcionará.
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