¿A
que echabais de menos a la Carrie bipolar? El tercer episodio nos ha dejado ver
todas las variantes de su personalidad desatada: desde la mujer perseguida por
la culpa, a la creyente, la violenta, la que no se detiene ante nada para
conseguir su objetivo. Mathison ha intentado descubrir a los culpables de su
intento de asesinato dejando de tomar su medicación para potenciar sus
habilidades, liberando sus demonios internos (que acabaron por tomar la forma de Aayan).
Y todos ellos han hecho mella en su relación con Jonas.
El
joven abogado ha comprobado en carne propia lo difícil que es entender el mundo
del espionaje internacional, sobre todo cuando tienes delante a una persona
capaz de tomarse la cafeína como una raya de coca. Las listas interminables de
bajas civiles —‘no sé cómo puedes vivir contigo misma'—, la personalidad
desafiante de la Carrie sin medicación y el secuestro de su hijo han acabado
por hacer volar por los aires la confianza que había entre ellos.
Quinn
ha jugado un papel clave en este último punto, demostrando otra vez que no
tiene límites a la hora de proteger a Mathison. Incluso recibir una bala si es
necesario. Menos mal que se conocen desde hace mucho tiempo y el chaleco es
parte del uniforme si vas a intentar secuestrar a la ex-agente de la CIA (¿sería
para compensar aquel tiro en el brazo que le había regalado en la tercera
temporada?).
¿Cuál es el juego de Saúl?
Y
mientras tanto, en las altas esferas todo se complica aún más, con Saúl jugando
con fuego. No sólo con su relación con Alison Carr, la jefa de la oficina de
Berlín sino también por ese plan encubierto que está planeando con su amigo Dar
Adal y en el que Siria entra en juego insinuando un posible golpe de Estado. Venga,
¿quién eres tú y qué has hecho con nuestro adorable espía barbudo? Jugar con
cartas falsas nunca te ha salido bien y me parece que esta ocasión no va a ser
diferente.
Pero
mientras en la Agencia parece que se han olvidado por unos momentos de la fuga
de información, la pareja de hackers y la periodista intrépida siguen jugando a
ser una interesante mezcla entre Wikileaks y Snowden. Si no era suficiente con
la trama alemana, los tratos con Hezbollah, el conflicto sirio o las
suspicacias de Israel ahora aparecen los servicios secretos rusos, ¿qué
más se puede pedir?
Ha
sido un episodio con menos acción pero en el que Claire Danes ha vuelto a
demostrar que sólo ella puede interpretar a Carrie Mathison: su montaña rusa
emocional muestra en pantalla todas las versiones posibles de una persona en poco más de unos
minutos, el desafío definitivo para cualquier actor (y eso que no soy nada fan
de sus mohines). ¿Qué opináis de este comienzo de temporada?
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