Esta semana, los Associates protagonizan una primera escena perfecta: Quinn y Huck se encuentran a Jake moribundo sobre una mesa. Olivia sabe que no puede llevar a Jake a un hospital, puesto que Rowan se enteraría, y deciden llamar, a través de Charlie, a un médico que esté calladito. Liv no contempla que Rowan sabrá la verdad igualmente si no recibe una llamada de su hija, y Papa Pope envía a Russell de nuevo a encontrar a Jake y terminar la tarea.
El médico, que reconoce a Olivia como fixer y amante del Presidente, le pide un favor a cambio de salvar a Jake. Han de ayudar a Black Sable, una antigua asesina de la KGB que ahora lleva una vida muy distinta como adorable jubilada americana y que, muy a su pesar, ha recibido un nuevo encargo. Le fue fácil asesinar a cambio de ropa y comida en su juventud pero, desde que formó una familia en Estados Unidos y se hizo amiga íntima de Dios, no podría volver a ese mundo. Liv ofrece dinero al contacto con la KGB, a cambio de no avisar a la CIA, pero el señor no se amilana porque sabe lo que le pasa a los traidores.
Jake tiene el pulmón dañado y el doctor consigue coser todas las heridas abiertas, pero Russell acaba en el mismo lugar, recuperándose de un disparo de Rowan, y tratando de rematar al muchacho. Jake consigue evitarlo pero no avisar del peligro a los demás. Liv ofrece al contacto la identidad de Command, pero Command se carga al contacto, a la jubilada y a sus nietos. Queda claro, una vez más, que Papa Pope es omnipresente y todopoderoso, y el doctor se marcha dejando a Jake muy tocado.
Mellie tuvo el desatino de decir frente a la prensa que "ser Primera Dama no es un trabajo", frase que Sally Langston supo aprovechar mucho mejor para hacer campaña en su contra. Mellie estaría menospreciando a las mujeres que tuvieron el título antes que ella y, no solo habría conflicto de intereses por el matrimonio, sino que además podría ser ilegal que la esposa del Presidente se presente como candidata. Abby llama a David para aclarar el tema; hay cierto tono machista en todo esto, ya que no hay leyes que contemplen este hecho, pero no es ilegal.
Aun así, la gente no ve con buenos ojos la candidatura de Melody Grant, así que Abby propone que un hombre la defienda en directo, concretamente Cyrus, que no entiende por qué esa fijación de la First Lady por gobernar. Pese a sus reticencias, Fitz le obliga a debatir con Sally sobre las obligaciones, los juramentos y el salario de la Primera Dama, la madre de la Nación, la esposa del Presidente. Sally le acorrala insinuando que él desearía presentarse a Senador, pero Cyrus acierta a llamarla machista y mencionar al fallecido Daniel Douglas para conseguir acabar la entrevista de manera abrupta pero victoriosa.
Lizzie Bear, que ideó la brillante oración "ser Primera Dama no es un trabajo", propone ahora filtrar que el matrimonio de Fitz y Mellie está acabado y ganar el apoyo de conservadores y moderados. Mellie ni se lo plantea. Fitz llama a Olivia, y es ella la que le da la vuelta a la tortilla. Qué más da lo que piensen los americanos, lo importante es lo que piensen los votantes de Virginia: Mellie va a ser una Senadora con enchufe, con poder, y eso es lo que hay que vender. Y funciona, pero a costa del prestigio de toda la Casa Blanca.
Antes de llevar a Jake a un hospital, Olivia hace prometer a todos que no irán en contra de Rowan, pero solo porque ya se ha dado cuenta de que Russell trabaja para papá. Rowan decide activar Foxtail, sea lo que sea, y Olivia va a averiguar qué es con ayuda de un picardías y una pistola.
Scandal regresa el 7 de mayo.
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