Por fin ha terminado la campaña política de Alicia Florrick, y aquí está nuestra crítica del episodio Red Meat de The Good Wife. Cargada de spoilers, como siempre.
La candidatura de Alicia y su posterior campaña para convertirse en la nueva fiscal del Estado ha marcado el ritmo de la sexta temporada de la serie. De su resultado dependen muchas cosas, como veremos en los próximos episodios, pero la clave de este gran arco argumental ha sido la de descubrir la otra cara de Alicia Florrick; una de la que ya sospechábamos, pero de la que necesitábamos tener evidencia.
La hemos conseguido: Alicia Florrick no es tan buena ni tan santa; es ambiciosa y está sedienta de poder. Para conseguir su objetivo mentirá y hundirá a quien haga falta, por muchos remordimientos que tenga después.
Alicia ya se había manchado las manos, y Red Meat era el capítulo necesario para ver si su descenso a los infiernos ha merecido la pena. Pero puede que, aunque Alicia haya obtenido su victoria, también haya acumulado nuevas derrotas de las que todavía no es consciente...
Para empezar, la separación definitiva de Peter. Tras todos sus conflictos y el tema de Ramona, su relación pendía de un hilo, y Red Meat ha sido un gran episodio a la hora de comprobar la nueva dinámica de los Florrick y de cómo se utilizan el uno al otro para obtener ventaja política o sabotear al cónyuge. Alicia dejó caer que Peter era un racista, y este mostró al electorado su convicción en la victoria de su mujer que les hizo creer que no hacía falta que fueran a votar. Red Meat es, en ese sentido, la prueba definitiva de que Alicia puede sacar las garras y vencer a un animal político como Peter, a pesar de todos los actos que ella y su equipo tienen que lanzar a la desesperada (como ese divertido cameo de Melissa Fitzgerald/Carol Fitzpatrick). ¿Qué será de ellos ahora?
Además, el final de su campaña coincide también con lo que parece ser el punto final de sus diatribas románticas. Mientras pasa el día de la votación jugando al Halo con Marissa, Alicia tiene uno de sus últimos encuentros platónicos con Finn Polmar, quien parece haber comenzado una relación y pone punto final a su imposible romance (¿quizás porque no sería ético estar liado con su nueva jefa?). Por otro lado, después de aclarar las cosas con Johnny, este ve necesario alejarse después de ver cómo Alicia sigue casada, a pesar de todo. ¿Esto significa que ninguno de los dos estará en el futuro romántico de Alicia, si es que tendrá alguno?
Sea como fuere, Alicia gana, lo que significa muchas otras cosas. Ahora es una política más y se tendrá que manchar las manos. Lemond Bishop así lo exigirá, de hecho. Además, tendrá que abandonar el bufete, y convertirse en la enemiga de sus hasta ahora socios... en algún momento.
Por otro lado, ha sido una verdadera satisfacción comprobar que lo que vimos en el episodio anterior, Open Source, no solo era una mirada condescendiente al personaje de Diane: parece que los guionistas han decidido darle algo que hacer a este gran personaje y encontrarle un hueco en una serie que se había convertido de forma exclusiva en el diario personal de Alicia.
La abogada se va a un retiro de caza con su marido Kurt McVeigh. Encerrada con los republicanos más poderosos del país, Diane pronto ve una oportunidad para sustituir la pérdida de Chumhum como cliente. David Lee y Cary le llaman más por hacer acto de presencia que por otra cosa, y señalan a un joven empresario como el pez gordo de la reunión. Diane mete la pata a la hora de conseguir su atención, y acaba teniendo una interesante conversación con R.D.: una conversación que gira, en resumen, sobre todo lo que Diane Lockhart es y lo que representa. Ella no lo sabía, pero su contrincante (interpretado por Oliver Platt) es el cuarto hombre más rico del país, y a pesar de sus diferencias consigue convertirle en su nuevo cliente después de su profundo, inteligente y respetuoso diálogo. Diane ha probado lo que es convertirse en un depredador... y le gusta.
Finalmente, nuestra Kalinda ha aparecido por más de tres segundos, pero solo para empezar a perfilar lo que será su despedida de la serie.
Durante los últimos episodios, ha sido la niñera del hijo de Bishop y no ha sido hasta este episodio cuando su futuro se ha mostrado ante nosotros: Bishop quiere retirarse pero no podrá lograrlo tan fácilmente; necesita el apoyo de Alicia, ahora fiscal, y Kalinda tiene que ser quien consiga que la balanza se incline a su favor (algo que será complicado ya que la Florrick se quiere alejar del mafioso). Además, parece ser que Geneva Pine está siguiendo a Kalinda: ¿habrá descubierto que falsificó pruebas durante el juicio de Cary?
De ser así, a mi entender, hay varias posibilidades:
- Geneva usa las evidencias que tenga para encarcelar a Kalinda. Poco probable ya que sería extraño que un personaje que desaparece de una serie en la que vemos cárceles a menudo acabe en una.
- Geneva consigue que Kalinda testifique contra Bishop (a cambio de no encarcelarla), por lo que Kalinda tiene que huir y adoptar una nueva identidad. Poco probable ya que Kalinda, a pesar de ser flexible es muy leal.
- Y la que me parece más interesante: Alicia, ahora fiscal, consigue limpiar el expediente de Kalinda en recuerdo de su antiga amistad, siempre y cuando desaparezca de Chicago para siempre.
El futuro de The Good Wife, en cualquier caso, se plantea muy interesante: tenemos que ver la nueva dinámica de Alicia como fiscal, y seguir los pasos de Kalinda en su camino de salida. ¿Emocionados?
Alicia no será la nueva jefa de Finn Polmar, recuerden que el renunció a la Fiscalía y trabaja como abogado litigante en el piso de abajo de las oficinas de Florick, Agos and Lockhart.
ResponderEliminarSi no será su jefa será porque él no quiere. Si no, ve el episodio 6x17
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