El
grito guerrero por excelencia cumple veinte años: en 1995 se
estrenaba en televisión Xena: La Princesa Guerrera. Con el paso del
tiempo se ha convertido en una serie de culto, gracias a unos guiones que
mezclaban a la perfección mitología y la comedia más disparatada, pasando por
el drama. Sus títulos de crédito, inspirados en la canción tradición búlgara Kafal Sviri, son uno de los más recordados por los seriéfilos.
Xena, el mejor spin-off
Aunque
Xena tuvo su origen en Hércules: Sus Viajes Legendarios (apareciendo por
primera vez en el episodio titulado The Warrior Princess, emitido en
marzo del 95), enseguida se ganó el corazón de los espectadores y sus aventuras
en solitario llegaron a tener más éxito que la serie original. Allí vimos su redención de la mano del
semidiós interpretado por Kevin Sorbo, mientras que su spin-off desarrollaba
sus viajes intentando reparar los males que había hecho en su vida pasada como
señora de la guerra. Mientras Hércules iba acompañado de Iolaus, Xena tenía en
Gabrielle su pareja perfecta.
Una
de las características de la serie fue la aparición de personajes relacionados
con todo tipo de mitologías, héroes legendarios y múltiples referencias al
cristianismo. Si intentabas hacer una línea del tiempo con todos ellos, era
imposible que no surgiese la mítica pregunta: ¿cuántos años llegó a vivir Xena?
Pero lo que de verdad identificaba a su protagonista eran su mítico grito de guerra, su
inseparable chakram o sus estilos de lucha. Ah, y seguramente ser la que más ha
viajado en la pequeña pantalla, paseando desde Grecia a Japón, pasando por la
India o Siberia.
Más
allá de la locura de algunas de sus tramas, Xena también podía presumir de sus
paisajes y fotografía (¡esas persecuciones a caballo que siempre acababan en la
misma duna!), así como el trabajo de vestuario. Que si, que los efectos
especiales eran lo que eran pero la falta de dinero se suplía casi siempre con
ingeniosos decorados y efectos de cámara que se echan de menos en esta época de abusos constantes con el CGI.
Grandes personajes secundarios
La serie no eran sólo Xena y Gabrielle sino que se creó toda una red de grandes
secundarios que fueron apareciendo de forma constante a lo largo de los
episodios. Desde los recursos cómicos hasta los villanos más despiadados, todos
ellos consiguieron su lugar en la historia de la televisión:
- Joxer: El mejor amigo de las protagonistas y su acompañante incansable en infinidad de episodios fue un personaje cliché en demasiadas ocasiones pero aún así se hizo querer. Descendiente de un importante linaje de señores de la guerra, dejó de lado esa herencia familiar en la que no encajaba para asumir el rol de héroe (patoso).
- Autolycus: El autoproclamado Rey de los Ladrones, mostró su encanto a lo Pirata Roberts tanto en las aventuras de Hércules como en las de Xena. Bruce Campbell consiguió darle un toque canalla y tuvo tanto éxito que los productores le dieron espacio en las cuatro primeras temporadas.
- Salmaneus: Un mercader con mucha cara, capaz de interpretar el papel que fuese necesario para salirse con la suya. Compartía con Autolycus un buen corazón que salía a relucir siempre que sus amigos necesitaban su ayuda.
- Calisto: La némesis de Xena, daño colateral de su época más sanguinaria, nos ofreció combates con muy mala leche y desafíos a grito pelado. La actriz Hudson Leick creó con su interpretación a una sociópata inolvidable, capaz de resucitar, convertirse en diosa, demonio o ángel y ser creíble en todas sus versiones.
- Argo: ¿Y esa yegua capaz de reconocer a su ama aunque hubiese cambiado de cuerpo? En realidad la serie no habría sido la misma sin este caballo con grandes dotes para la comedia.
Pero
otro de los elementos característicos de esta producción era el constante
trasvase de actores de Hércules a Xena y viceversa: Karl Urban,
Marton Csokas o Kevin Smith repitieron papeles o interpretaron a diferentes
personajes dependiendo del episodio. Si tienes buenos actores, ¿qué mejor que
reciclarlos?
Todo era posible en sus guiones
Sus
creadores supieron además reírse de su propia obra y sus giros de guión,
apostando por capítulos en los que todo podía pasar y nada era demasiado
descabellado. ¿Que ponemos sobre la mesa el tópico del gemelo sorpresa? No pasa
nada, que Xena tenga tres. ¿Que Lucy Lawless estudió ópera? Pues escribimos un
episodio musical sin problemas y la crítica nos adorará por ello.
Hubo
tiempo para todo: futuros alternativos, volver de la muerte un par de veces,
ver cómo serían los personajes en los años 20, cambios de cuerpo, pérdidas de
memoria, embarazos y peleas con piruetas imposibles.
Después
de su última temporada en 2001, la serie siguió con vida: acabó por tener una gran influencia
en múltiples aspectos: desde la comunidad gay, gracias a la relación entre la
propia Xena y Gabrielle hasta otras series de televisión. No hay más que
recordar el mítico episodio de Halloween de los Simpson protagonizado por Lucy
Lawless, con esa traducción al español tan errónea maravillosa: “No soy
Xena, soy Lucy Sin Ley”.
Excelente una de las series mas queridas de mi infancia, aunque mi madre intento que dejara de verla por ese subtexto lesbico nunca lo logro.
ResponderEliminar