El día ha llegado, y aunque las preparaciones son las más rápidas que he visto en la vida —ya les gustaría a las parejas de hoy en día organizarse una boda tan fácilmente—, el amor que sentimos hacia la siempre maravillosa Brittany y la estupendísima Santana nos traen a este capítulo con ilusión y ganas de verlas de blanco radiante (y con doble modelito cada una) el día de su boda. Para mí, esta última y corta temporada de Glee debería haber consistido en el cierre de tramas de los personajes principales, con algún conflicto de por medio para ajustar y dar interés, como puede ser el nuevo coro llevado por Rachel y Kurt que tiene que abrirse paso en un nuevo instituto con cero artes. Si la temporada hubiera consistido en eso y cierres, habría sido maravillosa, incluso aunque pecara de cursi o predecible. Que en los ocho capítulos que llevamos al menos 2 ó 3 hayan sido de relleno innecesario o de interés nulo hace que el conjunto pierda fuelle, pero a falta de únicamente 4 episodios para dar por finalizada la serie, afirmamos y esperamos no equivocarnos, que esta boda es el principio de un buen final, donde no hay cabida de más relleno. Sólo falta eliminar la pareja Sam-Rachel y todos contentos.
Supersticiones, reencuentros —sí, tras la sorpresa de la creencia firme de la Abuela López de capítulos anteriores, hoy se rectifica aunque ella siga rechazando el matrimonio homosexual—, situaciones estúpidas (Tina... YA), redención y sorpresas, todo ha tenido cabida en este capítulo nupcial en el que esperábamos ver una boda y vimos dos, porque dedicar otro capítulo a una boda Klaine era mucho, así que aprovechamos. Y yo me pregunto, ¿no ha sido todo demasiado rápido? Acaban de volver juntos, en el mismo capítulo, Blaine no ha pasado ni cinco minutos solo y desamparado y sin más, de repente está casado. Comprendo que las circunstancias de la serie y los finales que se tenían en mente acaben provocando situaciones así, pero realmente no creo que fuera necesaria su boda esta semana. Habría visto más realista y productivo un desarrollo de la relación tras su reconciliación para acabar en un "y habrá boda" o un epílogo en los que se les vea casados y con familia si quieren. Pese a que me ha encantado ver a Burt oficiando la boda de su hijo por sorpresa, creo que esto no debería haber ocurrido. Sin embargo, si algo bueno podía salir de todo esto es, sin duda, un aniversario compartido.
Mike Chang, Sugar Motta, Gloria Estefan-López (me da igual cómo se llame el personaje, es Gloria Estefan)... caras conocidas que vuelven para este feliz evento en el que (además de a Finn) echamos de menos a Quinn por encima de todo. ¿Cuál es la razón que hace que la Unholy Trinity no pueda reunirse el día de la boda de dos tercios del grupo? Me gustaría saberlo, porque a Puck sí que le vemos, con su inseparable uniforme y pegado a la madre de Blaine en la pista de baile. Respuestas que ansío pero no sé si tendré, pero al menos sé que el feliz matrimonio estará disfrutando de su luna de miel en las Bahamas.
Lo que más lata me da, es que a Quinn ni siquiera la nombran, esta bien, lo más seguro es que Dianna Agron no pudo concretar fechas para poder ir a grabar, pero por último podrían dar una explicación de porque Quinn no fue. Es como si su personaje nunca existiera.
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