La primera temporada de Faking It
nos supo a muy poco. Demasiado corta para tan buena la idea. Y verla regresar tan prontito fue una alegría para
afrontar el curso televisivo. Dejamos a Amy liándola parda con Liam, borrachos
perdidos y haciendo tiritritrán trán trán mientras que Karma… Bueno, como
siempre. Karma muy a lo suyo.
Esta segunda temporada nos ha dado sus grandes momentos y sus ratos del
tedio más absoluto cuando se ponen a dar vueltas a la mecánica de “ni contigo
ni sin ti” tan MTV y similares. ¿Por culpa de quién? Obviamente de Karma.
Realmente es de los guionistas que han caído en el topicazo, pero vamos a
proyectar toda nuestra furia hacia Karma, ¿os parece?
¿Por qué hay que detestar a Karma, meterla en un cubo de basura, darle una
patada a dicho cubo y dejar que la gravedad haga lo que tenga que hacer
barranco abajo? La Karma que hemos conocido esta temporada es una expansión de
la niña caprichosa que lo quiere todo y claro, ya lo dice el refranero, quien
mucho abarca, poco aprieta. Sus bandazos sentimentales de ir y venir, de volver
y de cagarse en sus muertos con Liam han sido la trama más primitiva y de
manual que podían hacer. Hacernos pensar que su elección entre Liam y Amy era
una elección de verdad y no un conflicto forzado ha sido un cero por parte de
los guionistas. No era para tanto.
Pese a que Karma haya emponzoñado especialmente la recta final de la
temporada cuando ya sí que su historia no daba para más, el resto de personajes
sí que han sabido rendir. Incluso Liam. Liam, que parecía no ser más que el
objeto a conseguir por la heroína (o antiheroína petarda que tiene que estar
todo el día cantando porque se cree que está en Glee) ha resultado tener una interesante historia detrás con una ‘madrermana’
y unos padres-abuelos y un follón genealógico que explica que el chaval deteste
todo lo que Google represente.
Seguimos con la última punta del triángulo: Amy. Estoy convencido de que
Amy es un personaje diseñado para ser querido, empatizado o como poco para que
la gente se apiade de ella. Esa incapacidad de pasar página, el cadáver emocional
de tener un amor no correspondido en la misma persona sin la que no puedes
vivir y la desgracia de no encontrar nada que se pueda comparar a esa persona
que no te quiere como debería. Todos somos Amy. Salvo cuando te colocan una novia con unas dotes para la interpretación más que dudosas. Pero las quejas a casting.
Y terminamos con las estrellitas de la temporada (con permiso de Laverne
Cox, que ya que Faking It está
postulándose como serie LGBTmente transgresora del año, tenía que dejarse
caer). Lauren y Shane, esos secundones que se crecen y se crecen hasta que
llegan a ser lo mejor de bastantes episodios. ¿A quién no le gusta una buena
zorra cuyo veneno tiene origen en una extraña condición sexual? ¡Mala por
prescripción facultativa! Y Shane, en su constante de chistes de homosexuales,
armarios y otros chascarrillos del gremio, luchando para defender los valores y
los gaydars de uno mismo. Señores, crean en sus valores y sus gaydars, ellos
nunca les fallarían. Especialmente los últimos.
En teoría la temporada no ha terminado. Quedan 10 episodios más de lo que
sería una temporada 2B cuyo rumbo y fecha de estreno aún desconocemos. Aquí os esperamos, en una acera o en la otra.
No entiendo de todo el odio a Karma. A mí sólo me parece la típica adolescente, con todo lo que ello conlleva. Quizás es que al lado vemos a Amy, que es una tía mucho más madura emocionalmente, y claro... Pero me parece que en esta recta final Katie Stevens ha estado muy bien en algunas escenas dramáticas. Y creo que, a la larga, Karma se descubrirá como bisexual (al menos veo todas las papeletas) y veremos que sólo tenía un cacao mental tremendo, que es lo que más veo yo en la muchacha. La típica adolescente confusa, insegura e inmadura. Para mí el error/acierto de la serie es que está muy contado desde el punto de vista de Amy y, para bien y para mal, eso hace que empatices 100% con ella y te den un poco igual el resto de personajes jajajaja.
ResponderEliminarEn lo de Shane y Lauren como robaescenas... Casi más Lauren, ¿no? Me sorprendió mucho su evolución. A Shane lo veo un poco más encasillado en un estereotipo, deberían darle algo más que las típicas puntillitas para hacer la gracia.