The Walking Dead casi nunca decepciona, cada capítulo siempre tiene algo que atrae muchísimo, cuando no es acción a raudales es una historia de personajes potente y casi siempre devastadora, como la de la semana pasada en Slabtown. Pero siempre hay una primera vez para todo, Self Help es uno de los más flojos que he visto, y probablemente sea porque los protagonistas del episodio sea de los peores personajes que nos haya presentado la serie de AMC.
En efecto, Abraham y Eugene me parecen los menos atractivos de cuantos personajes han pasado por el drama apocalíptico. Ambos me parecen antinaturales, como si los hubieran sacado del cómic directamente a la televisión, una sensación que desgraciadamente fue más allá de los minutos que aparecían en pantalla. Y salvo a Rosita de este insulso trío porque por primera vez le he visto atisbos de persona y no sólo de personaje accesorio sin más.
Durante el capítulo hemos sido testigos de los flashbacks de Abraham, en los que se narra cómo se encuentra a Eugene y en qué circunstancias, pero no nos cuenta quién es o cómo es sino que todo lo que se nos presenta ya lo sabemos, es decir, una persona muy violenta capaz de pasar por encima de cualquiera en busca de un objetivo, razón por la cual su familia prefiere sobrevivir fuera sin él, por cierto. Si la historia que ocurre en el presente tiene poca sustancia salvo la revelación final, creo que los guionistas podrían haber hecho énfasis en lo que le ocurrió en su pasado reciente de forma más sustancial y no con piezas tan cortas, por ejemplo alguna escena antes de matar a los tipos en el supermercado.
Abraham no estaría vivo de no ser por Eugene y su intervención divina, aunque suene paradójico. Si el militar no fue de mi agrado desde el principio, qué decir de él, cuyo peinado y su pose de empollón fue insoportable desde el principio. Tanto uno como el otro sólo tenían como atractivo su misión a Washington, que volvía a abrir el horizonte de una posible cura para el azote zombie, un hecho totalmente descartado desde el final de la primera temporada. Su lenguaje críptico, sus metáforas y la absurda explicación que nos dio en No Sanctuary nos hacían temernos que el científico fuera un fraude y hubiera estado jugando con los supervivientes, y también con nosotros. Al menos nos queda el consuelo de que la revelación no ha llegado más adelante. No me imagino lo doloroso que hubiera sido soportar varios capítulos como éste.
Espero que el cambio de rol que van a experimentar ambos tras Self Help, sirva para que aporten más a la trama. El primero será visto como un fraude con elevado cociente intelectual que puede ser útil en el futuro, y el segundo puede resultar aún más interesante porque supone la vuelta al Abraham pre Eugene, ese que no tenía por qué luchar y que estaba al borde del suicidio. Y los personajes llevados al límite son los más interesantes.
A lo mejor The Walking Dead necesitaba esta pausa para conseguir dar profundidad a estos dos personajes. Recordemos que Bob y Beth también fueron importantes en capítulos aburridos la temporada pasada y que sin los cuáles la muerte del primero no hubiera tenido el efecto que tuvo, y la chica no habría podido sostener el peso de Slabtown de la manera tan brillante como lo hizo.
¿Qué te parecen Eugene y Abraham como personajes? ¿Cuál será el destino de ambos tras sus cambios de rol? ¿Crees que ha sido el peor capítulo de la temporada?
La verdad es que si hay una serie que casi siempre decepciona, con las mayoría de personajes y tramas predecibles esa es The Walking Dead. Es curioso que yendo por la quinta temporada resultan más interesantes los personajes nuevos que los habituales.
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