Muchos nos preguntábamos a quién le tocaría protagonizar este episodio tras la semana de descanso, pero parece que volvemos al Grey de toda la vida. Coral, amplio en tramas y con sus tensiones de fin de episodio.
Empezamos por April, a quien le teníamos perdida la pista desde hace ya mes
y medio y, en efecto, sigue embarazada. Algunos temíamos habernos perdido la
gestación y el parto completo, pero no, hemos llegado a tiempo. Y su mamá
también.
La madre de April. Una madre de manual. Con sus bondades y sus agobios. ¿Quién nos iba a decir que a la cirujana granjera no le iba mucho el rollo
maternofilial? Menos mal que estaba Super Jackson saliendo al rescate y
salvando la jornada. ¿Soy el único que no ve a Jackson Avery siendo padre? Ya
veremos en la temporada 12. Salvo que le caiga un rayo encima montando otra
mecedora. Aquí nunca se sabe.
El culebrón de Maggie sigue. Y ya que tenemos la noticia de que Kelly
McCreary ha sido ascendida a regular, vamos a tener para largo. Derek, su nuevo
gran aliado como vimos hace un par de semanas, obliga a Meredith a montar una
cena de conciliación entre todas las partes del conflicto: las hermanísimas y
el padre de la criatura, Richard Webber.
A nadie le hace gracia, y al final la
única utilidad práctica que tuvo el evento fue que Meredith y Derek echaran un
casquete en la ducha que, siendo realistas, era un giro de la trama mucho más
necesario que Maggie repitiendo otra vez que sus padres son los que la
han criado y que no quiere de Richard ni los buenos días.
En el departamento de casos médicos que crispan al personal sanitario: Jo
Wilson en la crisis de la cama y Miranda Bailey y la operación bikini.
¿Qué
tiene Grey con los militares? Un episodio más aplaudiendo al ejército del Tío
Sam que ha servido para distraer a Callie de su nuevo estado marital y a Alex y
a Josephine para reforzar su vínculo. La otra candidata a Emmy a trama del año
(categoría que debería haberse instaurado con el fantasma de Denny Duquette) es
Bailey, que de repente se siente acomplejada con su cuerpo o que Shonda quiere
aspirar a nueva primera dama de Estados Unidos y mandar mensajes de vida
saludable a la población norteamericana.
Y el cliffhanger para el final, como debe ser. Cual Jacob escogiendo a dedo
al candidato a gobernar La Isla, Geena Davis ha desvelado sus motivos para ser
tan tough love con Arizona. La Dra. Herman tiene una condición terminal en el
cerebro que la fuerza a crear clones suyos en el campo de la cirugía fetal
antes de que fallezca. Giro dramático que da muchas respuestas sobre la
frialdad del personaje. Y como de los muertos no se puede hablar mal (y de los
casi muertos por proximidad tampoco), dejamos aquí el repaso a la espera de ver
cómo caen estos nuevos treinta kilos de presión sobre las espaldas rodantes
de la tierna Arizona Robbins.
Y un beso a Caterina Scorsone. Fichaje de la temporada sin duda alguna.
El drama de los Shepperd, dios, esa familia no descansa.
ResponderEliminarTienen que parar, y que ella tenga su propia historia, es verdad, hasta cuando Shepperd la opaca.