Poco a poco en Once Upon a Time vamos descubriendo las cartas de la Reina de las Nieves para con Storybrooke, Arandelle y los habitantes de ambos mundos, así como el parentesco real que todos tienen, porque como bien ha dicho Garfio, aquí todos son familia, y lo sabemos.
En Breaking Glass, el capítulo de la semana pasada, conocimos a la adolescente Emma y su corta pero intensa amistad con otra chica que se había escapado de casa. Si sabremos más de Lily (Nicole Muñoz, Defiance) o no, no queda claro aún, y aunque Emma no volvió a saber más de ella, su falta de recuerdos y el historial de sorpresas con conocidos en Once Upon a Time nos hacen pensar que todo es posible —y que la marca de estrella de su muñeca es algo más que una cicatriz—. Gracias a estos recuerdos de su corta estancia con Lily, Emma acude nostálgica a una cámara de vídeo en la que descubre lo que todos nos temíamos, que Ingrid, la Reina de las Nieves, fue su madre de acogida. ¿Pero cómo ha podido olvidarlo todo? Por otra parte asistimos a lo que parece una tregua entre la Salvadora y Regina, que traicionada por Sidney acaba por unirse a la madre de su hijo, ya que ambas tienen una misión común.
En el capítulo de esta semana descubrimos por fin el plan de la Reina de las Nieves gracias a los libros de Storybrooke, que están más documentados de lo que deberían ya que la información que contienen desapareció por arte de magia de todas partes. Cuando Anna se reunió con Elsa en Arandelle, sospechó inmediatamente de su tía y con ayuda de su futuro "suegro" y de Bella, que la meten un poco de comodín para hilar historias, descubre la verdad: su madre tenía dos hermanas pero éstas desaparecieron y todo recuerdo o prueba se borró del mundo. Desde que salió de la urna, Ingrid lo único que busca es recuperar a sus hermanas, y aunque Elsa es una clara candidata, Anna no es digna, por lo que elige a Emma. Gracias a la culpabilidad de Bella por haber dejado a su amiga a su merced, descubrimos que Ingrid lo que trata es de enfrentar a todo el pueblo unos contra otros con su espejo mágico mientras ella consigue su ansiada y poderosa familia. Raro de narices, la verdad.
A mí lo que realmente me intriga de todo esto es qué papel juega Rumpelstilskin en el plan y cuándo van a dar puerta a la congelada Marian para que Regina acabe con Robin de una vez, que la pobre está sufriendo y apenas sale, y queremos verla más. Una vez más, fantásticas las referencias a Frozen con el traje de coronación de Elsa, llamando a su madre Gerda —en la película es una de las sirvientas reales, pero era el nombre que iba a tener Anna en primer lugar, el mismo que en el relato de Andersen—, en la conversación de Anna y Kristoff y sobre todo, Oaken y su sauna. Maravilloso.
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