Podríamos adaptar el dicho Los
últimos serán los primeros a los segundos serán los primeros en el caso de
muchas de nuestras series favoritas. Porque, ¿quién no ha seguido viendo
alguna producción algo rollo por tal o cuál personaje de reparto que nos emocionaba,
incomodaba o hacía reír mucho más que sus protagonistas? Ejemplos los hay a
montones, pero quizás el más claro y consensuado lo tenemos en
Entourage, la serie de HBO aquí estrenada como El Séquito que parió uno de los secundarios más memorables de
la parrilla televisiva norteamericana hasta la fecha: Ari Gold.
Ególatra, despiadado, impúdico,
irreverente, workaholic y desquiciado, este agente de estrellas de Hollywood, basado en un
personaje real, fue convertido por su actor Jeremy Piven en pilar básico de una
serie que se mantuvo ocho temporadas en la pequeña pantalla. Si bien la
serie contaba con otros secundarios bastante espléndidos (Drama, Tortuga…), Ari
era lo mejorcito del show producido por Mark Walhberg. En breve regresará en
formato cinematográfico, pero me temo que no llenará el vacío que nos dejó hace
ya varios años. En Youtube hay miles de montajes sobre los momentos o frases
más memorables de un personaje al que era inevitable no tomar cariño pese a su
baja catadura moral.
Precisamente los personajes más
malos, egoístas, insolidarios o despreciables son los que muchas veces nos
cautivan más a los espectadores. Ahí tenemos a Bender en Futurama, el personaje
que encarna Allison Janney en Mom o la indescriptible Dalia de Suburgatory. ¿Cuántos espectadores de estas dos últimas las seguirán capítulo
tras capítulo sólo por ellos? Se trata de papeles que muchas veces han llegado a sustentar producciones algo flojas o venidas a menos. Como
ya digo, ejemplos hay muchos.
Muchos no querrán confesarlo,
pero ante la decadencia y el tedio que acompañó a las últimas temporadas de
Cómo conocí a vuestra madre, los fans más acérrimos se acercaban semanalmente a
esta sitcom simplemente por el hecho de comprobar qué nuevo lío o situación
surrealista provocaba Barney Stinson, un personaje que ha vuelto a
encumbrar a Neil Patrick Harris como gran estrella catódica desde que dejara de
ser ese médico precoz. Precisamente, para actores como
él o Jeremy Piven, tras sus exitosos papeles televisivos recientes, se les
plantea ahora una dura prueba, la de trascender estos auténticos iconos de la
cultura popular y volver a deslumbrar en el futuro con algún otro papel en cine o
televisión. No lo tienen nada fácil, pero aunque no lo consigan, ya han alcanzado un nivel que ya quisieran muchos...
Aparte de Allison Janney, durante
los últimos años otra gran actriz madura como Ann Dowd ha engrandecido todas
las series en las que ha participado (que son muchas, por cierto). Sólo durante
el último año, Dowd ha aparecido en Masters of Sex (en esta también está Janney), True Detective y The
Leftovers, grandes producciones que han conseguido altas cotas de audiencia en
USA. Precisamente en esta última, era uno de sus grandes alicientes, como líder de la secta de los Culpables Remanentes. He aquí otro claro ejemplo de serie sustentada por secundarios más que protagonistas (no convencía
el novio de Jennifer Aniston, Justin Theroux).
Antes de terminar, puedo poner
otros dos ejemplos de buenas series corales donde casi cualquier secundario ha
terminado eclipsando a sus principales rostros: Orange is the New Black y The
Walking Dead. En esta última, que esta semana ha regresado con su quinta temporada, es Michonne la que debe llevarse
todos los laureles y la que sobresale en cada una de las temporadas del drama de zombis de AMC. Uno de los personajes más potentes del cómic, pero que la actriz Danai Gurira ha sabido manejar y dotar
de gran fuerza dramática y credibilidad. Por cierto, no os perdáis a esta gran
intérprete en una buenísima película indie: The Visitor. Merece la pena verla en otro registro.
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