Episodio de reparto de correo universitario. Que tampoco es Hogwarts, pero
oye, Jenna se ha pillado su buen berrinche por quedarse fuera de SCU.
Como toda buena ironía en las tramas de Awkward, si tu futuro de repente se
ve frustrado por un revés académico, ¿qué mejor forma de distraerte con una
feria del trabajo a la que tu padre de obliga a ir a vender ventanas? Muy awkward, sí señor.
Pero como los dramas curriculares de Jenna no dan para mucho comentario, vamos a
hablar de la Puta de Babilonia, que es un tema más agradecido. En el episodio
de esta semana seguimos conociendo/centrándonos en la familia de Lissa, de férreos valores con sus dos hermanos liados y un padre atravesado. ¿Cómo gestionamos toda la
tensión? ¡Más feria del trabajo y a reclutar misioneros! Ese “Bienvenidos al
infierno” que da título al episodio nos ha dejado más de un momento gracioso.
Destacamos a la Sadie evolucionando en Jesucristo Superstar dando consejos de
fashionista. Soberbia.
En otros lares de la feria tenemos a Jake y su MILF (MQMF para
los que seáis de American Pie), que no se esperaba la mujer apretarse a un
yogurín tan yogurín que aún estuviese sin graduar. Parece que esta relación es
la que más viento en popa va en toda la serie.
Hablando de yogurines: el tierno, tierno Owen. Punching ball de Jenna
Hamilton que siempre lleva un libro de música clásica para principiantes para
repartir como el que reparte folletos del menú del día de la cafetería de la
esquina. El tierno chavalín quiere conocer más a la diva triste del blogueo y
lo está consiguiendo. A estas alturas de culebrón nadie da dos duros por esa pareja, pero bueno, el chico es muy entrañable y se está ganando nuestro cariño, no como la perra del averno que nos colocaron hace un par de meses. Se agradece.
Y ya que estamos con nuevos para pasar el rato. ¡Hay
una para Matty! En este episodio se incorpora Gabby Intimidation Nation, que
igual os suena de la parte más terrible y decadente de la 5ª de Glee, y que ha
venido a Awkward a darle en los morros a McKibben. Porque siendo realistas, el
chico no es para tanto. Poor McKitten.
Y mientras todo el mundo se lo pasa teta, Tamara se entretiene con su "fuck
it list", saltándose clases y pasando del código de vestir. Radical. Traducción: no
tenemos ni idea de qué hacer con este personaje, lancemos un concepto random y
que se distraiga fuera de pantalla cual gatete con madeja de lana. ¿Cuánto va
a durar el stand-by de Tamara?
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