Que Disney ha dado con la gallina de los huevos de oro con Frozen no es ninguna novedad. Ha pasado casi un año del estreno del último clásico Disney y las tiendas aún tienen colas kilométricas cada vez que reponen el merchandising de la dichosa peliculita. Según me han dicho, esta misma mañana la Disney Store de La Vaguada (Madrid) estaba impenetrable precisamente por esta razón. La gente de Once Upon a Time no es tonta, y viendo cómo una excelente primera temporada se tornó en una abandonable segunda para ocupar la totalidad de la tercera con un quiero y no puedo bastante serio, no han dudado en ir a lo fácil: Frozen.
No dudo que las audiencias se dispararán, pero esta decisión puede salirles muy mal, porque si en algo son expertos en OUAT es en decepcionar fumándose tramas en tres, cuatro capítulos. ¿La Malvada Bruja del Oeste? ¿Alguien recuerda que Glinda y Dorothy salieron en la serie? ¿Y que era tan tremendamente poderosa que nadie podía ni acercársele? Dos telediarios duró y nuestras expectativas de remontada de la temporada tras el excesivamente largo periodo en Nunca Jamás (que por otro lado fue mucho más entretenido para mi gusto y Peter Pan un buen villano). La serie poco a poco ha ido perdiendo gancho, los espectadores se han ido descolgando, quedando como fandom más fuerte el que sólo le interesa la relación de Rumpelstiltskin y Bella (los Rumbelle) y en menor medida el de Hook y Emma (¿Hemma?).
La primera temporada era la novedad y la trama principal, entrelazada con la vida pre-maldición de los diferentes personajes nos cautivó plenamente. A partir de la segunda temporada el bache a superar con el cambio de trama no se llevó todo lo bien que podría haberse llevado por el mismo motivo antes explicado (tramas fugaces), pero al menos nos presentaron a Cora y a Garfio, una gran villana y un personaje de los más queridos desde entonces. Para terminar nos aburrieron soberanamente con la asociación esa de la que poco supimos que quería erradicar toda magia que acabó por ser únicamente una transición para Nunca Jamás, verdadero plato fuerte que nos hizo esperar todo el verano pasado.
Lo que yo me pregunto ahora es qué van a hacer realmente con Frozen. El final de la pasada temporada vendió a Elsa como un ser todopoderoso que Rumpel tenía encerrado por ser magia demasiado potente para él, pero según hemos visto, lo que podía parecer un comienzo excelente de temporada, retomando la idea original para la película de poner a Elsa de villana, parece haberse torcido mucho hacia el lado comercial, con personajes y vestuarios calcados al último éxito de Disney. Mi esperanza es que la verdadera Reina de las Nieves, que será interpretada por Elizabeth Mitchell (Lost, V, Revolution), dé un vuelco a lo que esperamos o se enfrente a su copia edulcorada, beneficiándonos a todos, espectadores y serie, aprovechando bien el boom de Frozen y dejándonos una temporada redonda. ¿Cuántos capítulos le echáis a la trama?
Porque meter Frozen hasta en la sopa no es necesario, pero en este caso puede no salir mal. Que lo haga o no es otra cosa, pero mañana hablaremos de ello, y después de la lata que están dando día sí día también, merecen una mención especial, por pesados, y porque es Frozen, que está de moda... aún.
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