¡La décima temporada de Bones nos llega cargadita de sorpresas!
Tras un final de temporada con mucha acción, el capítulo mantiene la energía
anterior y concluye con un gran drama, convirtiéndose en uno de los estrenos de
temporada más emocionantes de la serie.
El episodio nos da la bienvenida desde la cárcel, allí cumple condena Booth tras haber disparado a tres agentes de policía en el impactante y desfasado final de la novena temporada. Mientras, Brennan y los cerebritos intentan esclarecer el caso de Cooper para poder demostrar su inocencia. Pero la impaciencia de la Doctora Brennan le lleva a chantajear al juez del caso para que su marido salga libre. Y con la firmeza de la doctora, Booth lo consigue.
El protagonista vuelve con ganas de venganza y, como es
habitual en él, no parará hasta conseguir su justicia. A pesar de las advertencias
de su superior, este se aventura a investigar e interrogar por su cuenta y su jefe le asigna
un agente especial para que lo vigile. El nuevo agente es Aubrey, que para desgracia del jefazo, se pone de lado de
Booth y le ayuda en el caso, a pesar de la más que justificada desconfianza del
protagonista.
Otra de las sorpresas de la
temporada es la aparición de Daisy embarazadísima de Sweets, por ello se
encuentra viviendo con el psicólogo. Pero para que no nos hagamos muchas
ilusiones, los guionistas deciden culminar el capítulo con la
muerte del futuro padre. En efecto se llevan por delante a uno de los
personajes más queridos por la audiencia, el doctor Sweets.
Así termina uno de los comienzos de temporada
más emocionantes de la serie y, tal y como podemos ver en la promo, nos espera
un segundo capítulo bastante triste. Con este mal sabor de boca, nos quedamos a
la espera de ver cómo se soluciona el caso de Booth y de cómo despiden al Gran
Psicólogo del Jeffersonian.
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