The Killing y su agonizante final

Gracias a Netflix, The Killing ha podido poner fin a su agónico destino. Recordemos que fue rescatada dos veces de la cancelación definitiva: la primera vez, AMC accedió a un acuerdo de producción en conjunto con Netflix y la segunda, el gigante del streaming se aventuró en solitario con 6 episodios para poner término al cliffhanger de su tercera temporada. 

Quienes no hayan visto aún la tercera y cuarta entrega, os aviso que a continuación habrá spoilers.

La cuarta y última temporada retoma los hechos inmediatamente después de que Linden asesinara al jefe de la policía y confeso culpable de los asesinatos de innumerables adolescentes. Holder decide ayudar a su compañera a encubrir lo sucedido, mientras se embarcan en un nuevo caso de homicidio: la masacre de una familia adinerada, de la cual sólo existe un superviviente. 

Veena Sud, guionista de la serie, ha explicado a la prensa que su objetivo para esta temporada era discutir sobre el tema de “quién es el bueno y quién es el malo” en un relato determinado. Para esto, ha decidió llevar a la protagonista de The Killing a un punto oscuro, dónde la tensión dramática se centra en si ella será capaz de volver a moverse hacia la luz. Así, nos vemos obligados a preguntarnos qué tan justificado es que Linden le quitara la vida a uno de los peores asesinos de la historia y no darle la oportunidad a éste de rendir sus cuentas ante la justicia pública. 

El viaje personal que inicia Linden -y del que nos habla su guionista- no es novedoso para lo que ya habíamos visto antes en la serie y el relato no logra dejar claro qué es lo que está en juego para la protagonista. Es más, el viaje real del personaje, literalmente, es fuera de pantalla y en una elipsis de la historia. Así, todo el proceso de reflexión de Linden queda a intuición del televidente, cuando debimos haber visto este recorrido en pantalla. 

Finalmente, ¿qué fue lo que vimos en estos 6 capítulos? Lo mismo que en la temporadas pasadas: Linden siempre al borde de la locura y Holder luchando contra sus adicciones. Por lo tanto, para mi gusto, la guionista de The Killing ha perdido la posibilidad de despedir la serie con un argumento y tramas novedosas o desafiantes. 

Por otra parte, el caso policial de la temporada mantiene la misma fórmula de desarrollo que sus entregas anteriores, es decir, cada episodio comienza con un falso culpable que será descartado al final del capítulo para dar paso a un nuevo sospechoso. The Killing había recibido muchas críticas por este método -que alberga un final predecible a la hora de resolver la trama criminal- pero fiel a su estilo, la serie mantiene el suspenso para una revelación en el quinto capítulo. 

¿Qué será del futuro de Linden y Holder? Al igual que el final de la segunda temporada, Linden termina la serie alejada de la policía y regresando varios años después a Seattle a enmendar su relación con Holder. Con un argumento que puede ser adorable para los fans de The Killing, el final de la serie nos sugiere que Linden y Holder se reencuentran dándose cuanta de que su buena relación, durante tantos años, puede haber estado fundada en algo más grande que la amistad. 

La cuarta temporada de la serie cumplen su poco ambicioso objetivo, poner fin a una historia que venía agónica desde hace años. Ahora que The Killing ya ha terminado, cada uno puede archivarla con el recuerdo que quiera. Yo la guardaré como una serie entretenida, con una pareja de policías que me hicieron pasar un buen momento. The Killing fue una buena propuesta mientras se mantuvo fiel a su versión originalmente danesa (Forbrydelsen) y el resto fue relleno. Y a vosotros ¿qué os ha parecido este final?