Tras el desasosiego, la tristeza y la desdicha generalizada de las últimas semanas, Shameless para un momento para respirar y normalizar la situación de los personajes. Más o menos. Lo que esta serie permite. Aunque el capítulo no ha sido malo, sí me ha resultado un poco tedioso. Menos Fiona, todos los personajes han empezado y terminado en un punto similar de sus vidas, sin que pasara mucho por medio.
Lip al fin le ha dado una merecida tregua a Fiona y sigue con su doble vida universitaria y familiar, en la que parece haber entrado para quedarse una nueva chica, Amanda, que, por supuesto, está como una cabra, igual que todas las mujeres de las que Lip se rodea.
Carl tiene suerte de estar lejos de los 18 años porque si no iría de cabeza a la calle. Sus niveles de delicuencia y violencia teniedo en cuenta la edad que tiene me trastornan mucho, por eso mismo, ver a Debbie comportarse de manera tan parecida a su hermano me ha parecido un momento tristísimo. Además, a pesar de los cambios por los que ella esté pasando, no termina de encajarme ese comportamiento tan agresivo y estúpido. Me alegro mucho que le devuelvan la bofetada al final, se lo merecía.
Ian sigue comportándose como el nuevo Ian y aunque Lip parece preocupado por su nueva personalidad, nadie más le presta mucha atención, lo que dice mucho de la situación actual de los Gallagher. Cada personaje tiene la cabeza en sus propios problemas y esa sensación de red de seguridad que siempre han ofrecido los hermanos ha empezado a desvanecerse poco a poco desde el comienzo de la temporada, hasta llegar al punto de que ahora mismo parece inexistente.
Mientras Frank sigue muriéndose (ese momento en el salón de Sheila casi me hace sentir compasión por él), Fiona comienza su búsqueda de trabajo y aquí viene lo frustrante. ¿Se encuentra en una situación complicada? Sí. ¿Va a tener que esforzarse más de lo habitual? También. ¿Es injusto? Probablemente sí. Pero, ¿cuántos días se pasa buscando trabajo antes de perder la esperanza? Fiona, no. Por muy difícil que sea la situación no puedes dar por vencida después de pasarte uno, dos o incluso tres días buscando trabajo y optar por el camino más fácil, echarle la culpa a Robbie. Además, sabiendo como sabemos todos que a pesar de que el capítulo termine antes de que algo malo pase, algo muy malo va a ocurrir. Creo que es la primera vez en toda la serie en la que Fiona me decepciona de verdad.
Un capítulo que, salvo el abrupto final, no ha tenido mucho destacable, diría que me ha resultado un poco aburrido. Nada nuevo bajo el sol, aunque esa última escena parece que va a desatar algo realmente peligroso para Fiona y, por extensión, para el resto de los Gallagher.
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