Mientras en la edad adulta la
mayoría quiere diferenciarse del resto, dar con eso que te hace
diferente de los demás, cuando uno está inmerso en plena adolescencia
cualquier retazo de singularidad nos repele y avergüenza, por lo que preferimos
esconderlo del mundo exterior. Lo ideal para los chicos de esa edad es ser uno
más, ser normal, parte del grupo y a ser posible no destacar. Para la gran
parte de los mortales el tránsito a la madurez será uno de los procesos vitales
más importantes de su existencia, a menudo acompañado de crisis, problemas
personales o sentimentales, adversidades, miedos, incertidumbre. Lo único que
lo hace más llevadero es saber que este duro periplo es sufrido por todos y
cada uno de nosotros por igual, en mayor o menor medida. Nadie se salva. Y si
estos devaneos no van acompañados de pérdidas, dramas o crisis importantes en
nuestro entorno, por lo menos podremos darnos con un canto en los dientes.
Pese a que algunos estudios
apuntan que los jóvenes no se sienten influenciados por los medios de
comunicación, especialmente el cine o la televisión, no hace falta ser muy
avispado para atisbar en qué medida influyen los productos audiovisuales en nuestra forma de ver el mundo, las relaciones, la moralidad o el sexo, por poner algunos ejemplos. Junto a
las películas, las series muchas veces han buscado reflejar los problemas de los
adolescentes, los avatares del autodescubrimiento que tiene lugar en esas
edades y la búsqueda de la autonomía personal. Algunos productos
se han acercado a la adolescencia sin profundizar demasiado, reforzando los
estereotipos de género o pasando de puntillas por las consecuencias que puede
tener el entorno familiar en el desarrollo de los jóvenes. Otras series, sin
embargo, han decidido coger al toro por los cuernos y desgarrar el interior de esos chavales muchas veces
confundidos y asustados, inmersos en un mundo que no cambia a la
misma velocidad que ellos.
La mayoría de las ficciones para
adolescentes que llegan de Estados Unidos podrían engrosar el grupo de las insulsas historias de chavales durante sus años de instituto, donde los
noviazgos y la popularidad son las principales preocupaciones de sus
protagonistas. Si bien, algunas series han querido trascender estos límites
para ofrecer una cara algo más real de la adolescencia. Aun así, a quienes
podemos atribuir el mérito de ser más irreverentes, políticamente incorrectos,
honestos y valientes en esta dura tarea de retratar la adolescencia es a los
británicos, de la mano de series como Skins o My mad fat diary. En ellas, las
rarezas, hándicaps o disfuncionalidades de sus protagonistas son vistos como
algo positivo que, bien gestionado y llevado, puede llevar a una construcción
más sólida y auténtica de la personalidad. En las series americanas, sin embargo, el rarito se avergüenza de serlo y finalmente conseguirá la felicidad
amoldándose a las conductas en teoría ‘normales’ de los demás. Rara vez las
diferencias son tratadas como un revulsivo o un valor que al final te
enriquecerá como persona. Sólo algunas producciones independientes, y no
necesariamente enfocadas al público adolescente, reflejan un rostro algo más
cercano a la realidad social, eso sí, siempre valiéndose del humor para rebajar
las dosis de drama. Ahí tenemos ejemplos como Shameless o Weeds, donde los
chicos o jóvenes que pertenecen a estas disfuncionales familias son retratados
con mayor veracidad. Prácticamente son los únicos ejemplos donde podemos ver a chavales con preocupaciones menos triviales, como cuidar de sus hermanos o tener que dejar a un lado los estudios para trabajar y ayudar a sacar adelante a su familia. Y es que estos chicos existen, no sólo los que buscan gustar al chico o la chica de turno, sacar buenas notas o ir a muchas fiestas con los colegas.
Estas series son las que, a lo largo de los últimos años, han llevado a la pequeña pantalla
cuestiones como los problemas de salud mental, la depresión, los trastornos
alimenticios, la homosexualidad, el suicidio o los dramas familiares que
marcan de por vida la existencia de sus miembros más jóvenes. Incluso algunas ficciones como Glee
o Girls, a priori tan modernas o progresistas, no lo son tanto si uno se para a
rascar un poco y a analizar los valores y modelos de juventud que transmiten.
Resulta raro aceptar que en una serie donde se reivindica la diversidad y las
rarezas que a uno le hacen único (como en el caso de la primera), todos sus
personajes quieran pasar por el altar cuando llegan a sentirse enamorados.
Los últimos estudios del Injuve
en España apuntan que la crisis económica y el paro se cuelan cada vez más
entre las preocupaciones de los adolescentes de nuestro país, junto al fracaso
escolar o las relaciones afectivas. Además, estas investigaciones reconocen que
cuanto mayores son estos jóvenes, más preocupados se sienten por su futuro. Aun
así, poco podrán hacer por este, si sus grandes aspiraciones en la vida
únicamente son ganar mucho dinero y tener un buen trabajo, y sus grandes ídolos
siguen siendo las estrellas del espectáculo o del deporte como férreos modelos de fama, éxito y belleza. Todo esto nos
debería hacer reflexionar sobre el tipo de valores que promueve nuestra
sociedad. Los porcentajes de jóvenes que de mayor les gustaría convertirse en personas
cultas, libres, respetuosas, solidarias o afectuosas son tan pequeños, que
apenas merecen mención en las informaciones que recogen cada año las
conclusiones del Injuve.
Muy bueno!
ResponderEliminarTienes razón, en general la televisión británica hace retratos mucho más honestos de la adolescencia. La única americana que sí destacaría es Freaks and Geeks, una joya del género teen.
Totalmente, la serie mas fiel a la adolescencia que vi es Skins. No solo por el retrato del adolescente sino porque es mas genérico y se aleja de los tipicos clishés norteamericanos de los chicos populares, el baile de graduación, el capitán de futbol americano y todo eso. Eso también ayuda, creo, a que la identificación. Y eso que omitieron la factoría disney y todos sus adolescentes de mentira, que son peores que todas las norteamericanas citadas. Pretty Little Liares, sino fuera porque es tan lenta, me pareció que en un principio intentaba ser un poco mas realista con temas como la homosexualidad y la bulimia, pero se desinfló rapidamente y calló en los clishes de siempre. En fin, muy bueno el post. Saludos
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