Nicole Beharie y Tom Mison, que interpretan a la detective Abbie Milles y al soldado inglés Ichabod Crane son el ancla que permite que el resto de la serie pueda navegar entre historias tan dispares como el jinete sin cabeza buscando su venganza, demonios tomando los cuerpos de algunos de los personajes o la llegada del Apocalipsis. A pesar de todas las excentricidades, el equilibrio entre el exceso de la historia y la estabilidad que proporcionan los personajes funciona perfectamente, lo que se termina traduciendo en capítulos muy entretenidos que se pasan volando.
Por supuesto, no me puedo olvidar de todos y cada uno de los gags en los que se aprovechan de la falta de conocimiento de Ichabod de la tecnología para liberar a los capítulos de dramatismo. ¿Quién no quiere ver un spin-off de Crane y su smartphone?
A parte de la detective Milles y de Crane, la inclusión ocasional de Jenny, la hermana de la primera, siempre está bien conseguida, gracias a su compleja relación con Abbie, que funciona y se ha integrado muy bien en la historia. El personaje del capitán Irving, por su parte, no termina de funcionar independientemente de la pareja protagonista y su historia familiar no es lo suficientemente interesante. De hecho, el capítulo 11, The Vessel, en el que todos los personajes estaban atrapados en una mansión luchando contra el exorcismo de su hija fue una de sus mejores momentos de la temporada.
Además, aunque es evidente que el presupuesto para efectos especiales es limitado, creo que salvan muy bien la situación gracias a un diseño de producción y maquillaje de los monstruos bastante sencillo pero que, a la vez, es bastante escalofriante y funciona en ese universo casi apocalíptico que han creado.
El doble episodio final, adrenalítico, ha dejado todos los frentes abiertos (unos pocos spoilers a partir de aquí). Ha estado especialmente bien que involucraran personalmente a los personajes en la resolución (por llamarlo de alguna forma) de las tramas. Katrina consigue salir del Purgatorio a cambio de que Abbie se quede en él. Sinceramente, ¿a alguien le importa Katrina? Me sigue resultando extraño que Katie Winter aparezca en los créditos como actriz secundaria y no sea una simple estrella invitada. En mi opinión, para lo único que sirve es para hacernos sufrir con la relación de Abbie y Crane, pero también es posible que mi lado fangirl me esté traicionando aquí.
Pero la sorpresa del capítulo ha sido la revelación de quién es el Devorador de pecados: nada más y nada menos que el hijo perdido de Ichabod y Katrina. No sé si espectadores más despiertos que yo se lo habían imaginado pero a mí me pilló totalemente por sorpresa y me encantó disfrutar de John Noble interpretando a un malo malísimo aunque solo fuera unos minutos. Para ponerle la guinda a este cliffhanger, su intención no es otra que liberar al segundo Jinete del Apocalipsis y acercar un poco más ese infierno en a tierra que parece que está a punto de llegar.
Dos frentes abiertos con dos cliffhangers demoledores cuya resolución no la sabremos hasta el comienzo de la nueva temporada de series, allá por septiembre. Sí, yo tampoco sé cómo voy a aguantar tantos meses en penumbra.
En resumen, si quieres ver una serie frenética con la que es difícil aburrirse es tu serie. Abraza su locura, sus giros de guión, libera a tu yo más shipper y disfrutarás de Sleepy Hollow como un niño.
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